LUNES Ť 22 Ť ENERO Ť 2001
REPORTAJE
El factor Cavallo
La conexión mexicana
Otro enigma es cómo obtuvo el turista Ricardo Miguel Cavallo, en tan pocas semanas, la famosa fórmula migratoria FM-3 que le autorizaba a trabajar en México. ƑQuién recomendó a Cavallo ante Fernando Solís Cámara para que, desde su condición de jefe de Asuntos Migratorios, le haya extendido ese documento? Una versión, que alimenta la teoría sobre la "vieja disputa" entre Herminio Blanco y el ex secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco --entonces jefe de Solís Cámara--, señala que la información de que Cavallo
era un pájaro de cuenta en Argentina, acusado de torturador y robacoches, salió del Palacio de Bucareli.
CARLOS FAZIO/ IV Y ULTIMA
Según esto, la "ficha" criminal de Cavallo fue suministrada a Gobernación por la Procuraduría General de la República, que no sabía el uso político que le iba a dar el despacho de Diódoro Carrasco. Y nos consta que la información con los antecedentes del ex director del Renave en Argentina fue suministrada una semana antes de que fuera revelada en la prensa, casi en los mismos términos que la ficha policial.
Otra variable sobre la detención de Cavallo es la hipótesis del periodista argentino Luis Sicilia, que lo ubica como un hombre de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Sicilia indica que pudo haber sido "entregado" por el Departamento de Estado estadunidense ante la negativa del jefe de la central de Langley, George Tenet, de abrir sus archivos sobre la guerra sucia en Argentina, un compromiso asumido por Madeleine Albright a su paso por Buenos Aires.
La revista porteña Tres Puntos especuló que la señora Albright mandó un "mensaje" directo al funcionario, poniendo el dedo sobre Cavallo en México, ante lo cual Interpol se vio obligada a actuar a pesar de que tenía los datos desde hacía tiempo. Para Sicilia, "Cavallo era un outsider bananero en los pliegues de la inteligencia estadunidense, cuyo mérito fue disponer de un apreciable banco de datos muy caro a cualquier organización de espionaje. Como director de una empresa privada, podía meter su nariz en la identidad de 15 millones de mexicanos propietarios de automóvil, acceder a registros domiciliarios, teléfonos, tarjetas de crédito, ocupaciones".
No deja de ser curioso que uno de los abogados mencionados para defender a Cavallo --pero que al final declinó representarlo legalmente--, el mexicano José Luis Nazar Daw, sea hijo de otro ex represor acusado de ser agente de la CIA y con una causa abierta en Estados Unidos por robar autos: Miguel Nassar Haro. El paralelismo entre Nassar y Cavallo es asombroso: como Cavallo, el teniente coronel Nassar Haro montó en los últimos años un despacho de asesoría en "seguridad".
Aunque ha perdido fuerza, el "factor Cavallo" reabrió el expediente de la guerra sucia en México e hizo aflorar a los epítomes locales del torturador argentino. Dos militares presos, acusados de estar involucrados con el cártel de Juárez --el de Amado Carrillo, presuntamente muerto--, los generales Mario Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quirós Hermosillo, vienen a abonar la hipótesis de los vínculos entre política y delito, y entre política y economía. O entre la privatización de lo público y la clandestinización de lo privado. Con ellos resurgen también las desapariciones, las torturas y el accionar de la tétrica Brigada Blanca, el organismo paramilitar que tenía su sede en la plaza de Tlaxcoaque bajo la denominación formal de Novena Brigada de la Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD), que diezmó en los años setenta los residuos de la guerrilla en México.
Otros nombres volvieron al primer plano al ser vinculados con la guerra sucia, como los de Fernando Gutiérrez Barrios (quien era senador del PRI cuando murió el año pasado) y Jesús Miyazawa (preso en el estado de Morelos), integrantes del "grupo de los diez", como se conoce a los cadetes que fueron seleccionados entre egresados del Colegio Militar para formar la Dirección Federal de Seguridad (DFS), en 1947. Fueron entrenados por expertos del FBI y han sido señalados como colaboradores de la CIA en México. Pero el hombre síntesis de los "servicios" es Nassar Haro, un personaje casi de leyenda. El, como su ex jefe Gutiérrez Barrios, estuvo al frente de la DFS --la policía política del régimen-- y está catalogado por sus víctimas como el "gran torturador" y cazadisidentes por excelencia.
Su aparente desgracia comenzó en 1981, cuando el ex procurador de San Diego, California, William Kennedy, reveló que el entonces jefe de la DFS, Nassar Haro --que había sido uno de los comandantes de la Brigada Blanca--, integraba una banda dedicada a la compraventa de autos robados en Estados Unidos. Kennedy fue cesado violentamente por el presidente Ronald Reagan nueve días después de haber descorrido el velo de las conexiones de Nassar y sus trabajos sucios para la CIA. Responsables de la CIA y el FBI en Washington argumentaron que Nassar era "la fuente de inteligencia más importante de Estados Unidos en México y América Central".
El Departamento de Justicia congeló el caso donde se involucraba a Nassar con una banda de contrabandistas que había introducido a México por lo menos 600 autos robados --aunque el número real podía llegar a 4 mil--, a un promedio de 14 mil dólares la unidad. Se trataba de autos marca Porsche, Mercedes Benz, Ford Bronco, yips, Ferrari, Corvette y sobre todo camionetas tipo Van, de uso frecuente entre los miembros de la DFS y de la Brigada Blanca. Nassar fue protegido como "agente encubierto", al aplicársele la Ley de Protección de Identidades de Espionaje, que prohíbe la identificación de agentes que trabajan para Estados Unidos. El policía mexicano negó todo y atribuyó los hechos a una "conspiración comunista"; aunque admitió haber suministrado a la CIA información sobre las actividades de guerrilleros guatemaltecos y salvadoreños en México, para proteger la "seguridad" del país.
La red de roba-autos por "pedido", en la que según la justicia estadunidense estuvo involucrado Nassar, estaba formada por 14 individuos, entre ellos dos agentes de la Dirección Federal de Seguridad, funcionarios y empleados de la Dirección General de Aduanas y del Registro Federal de Automóviles.
Uno de los miembros de la DFS era Javier García Morales, hijo del desaparecido Javier García Paniagua, ex director de ese cuerpo represivo y luego subsecretario de Gobernación y presidente del Partido Revolucionario Institucional.
Javier García Jr. --nieto del general Marcelino García Barragán, uno de los responsables de la matanza de Tlatelolco-- está involucrado ahora en las investigaciones que por narcotráfico se les sigue a los generales Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo. De nuevo política, represión, delito.
La sombra de la DFS
Durante el sexto informe de Gobierno del ex presidente Zedillo, en San Lázaro, el entonces subsecretario de Comercio, Raúl Ramos Tercero, le confesó al director de un periódico capitalino que el Renave había sido "liquidado" por las mafias del robo de autos que operan en México.
"Pusieron de acuerdo a 21 gobernadores y cuando quisieron, reventaron a Cavallo... Es posible que ellos mismos lo pusieran como una bomba que estallaron cuando les convino".
Distintas versiones aludieron a una "guerra entre mafias" de roba-autos, nacionales e internacionales. Como la floreciente industria de las empresas de seguridad privada, propiedad por lo general de ex policías o policías en actividad, la del robo de autos se ha convertido en la segunda industria criminal más lucrativa de México. Según algunas fuentes, cada año 200 mil autos robados en Estados Unidos cruzan la frontera hacia México y van hacia Panamá, El Salvador y Honduras. Otros 160 mil automóviles son robados en territorio mexicano cada año.
Esta rentable modalidad de empresa criminal está integrada por diversas etapas que incluye el robo, traslado, desmantelamiento, reacondicionamiento, cambio de documentos, resellados de numerales, embarque, distribución y venta del vehículo en el extranjero, y es considerada como otra de las industrias "tractor", porque arrastra toda una actividad productiva de diversas ramas como la industria del seguro de autos, de refacciones, alarmas y equipos de seguridad.
A partir de la muerte de Ramos Tercero se comenzó a hablar de una "guerra" entre mafias por el reparto del jugoso "territorio" mexicano. Esa era una de las líneas de investigación de la Interpol-México antes de que el caso fuera archivado. Las castas empresariales que integran esas bandas son parte del submundo donde cohabitan delincuentes y policías, que cuando son descubiertos utilizan la vendetta. Si el "suicidio inducido" de Ramos Tercero fue el golpe final al Renave, Ƒquién resultó beneficiado? ƑLa misma mano que "reventó" a Cavallo? En ciertos círculos es bien conocido que los servicios de inteligencia en México, particularmente en Gobernación, han estado muy bien informados respecto a la situación de los militares en Sudamérica.
Un conocido columnista señaló que "no es secreto que durante los muchos años que Fernando Gutiérrez Barrios estuvo vinculado a Gobernación, había incluso algunos ex militantes de organizaciones de izquierda de Sudamérica que trabajaban muy cerca de él". La versión indica que Cavallo tuvo que contar con "padrinos políticos" del más alto nivel para que lo "encubrieran con seguridad". Y agrega: "pareciera ser una estrategia deliberada para colocar en una posición clave a quien podría ser parte de una vasta red criminal con ramificaciones en Argentina y El Salvador".
Las preguntas se amontonan. ƑQuién o quiénes estuvieron detrás de Blanco, Farell, Davis y Cavallo? ƑQué mano interesada sembró a Cavallo para que estallara el conflicto? ƑQuién es la conexión argentina de la trama? ƑPor qué se "enterró" el caso en México? ƑQuién se cobró una "factura" al estilo de las mafias sicilianas? ƑFue Ramos Tercero el primer eslabón de una cadena de venganzas? La faida ya cobró su primera víctima.
ƑQuién sigue?