Pinturas mexicanas y catalanas en la Galería Pecanins
MERRY MAC MASTERS
En 1969, Teresa Pecanins regresó a España para asistir a un festival de cine. Fue su rencuentro con su Barcelona natal, de la que salió con su familia hacia México en 1950. Ya tenía información de que existía "un Guinovart, un Hernández Pijuan, un Argimon, un Ràfols-Casamada"; entonces, se dedicó a visitar a esos pintores.
Encontrarlos, afirma, fue una "gran sorpresa", pues en México se pensaba que en la España franquista "no había un mundo intelectual".
Al contrario, descubrió que había "un mundo
secreto", muy fuerte, de gran calidad, "lleno de poetas y de artistas,
porque Barcelona siempre ha sido una cuna de cultura". Poco a poco, junto
con sus hermanas Montserrat y Ana María empezó a traer obras
de estos artistas catalanes a México -desde 1964 tenían la
Galería Pecanins en la calle de Florencia y luego en Hamburgo- y
así interesarle a la gente.
El exilio español en México, expresa, fue
"maravilloso", pero en artes plásticas "ninguno llegó a ser
un Tapies, ni un Guinovart, ni un Saura".
Con la "emoción de ver lo que se hacía
en nuestra tierra", las hermanas Pecanins buscaron a Fernando Gamboa, entonces
director del Museo de Arte Moderno, para proponerle una exposición.
"De Franco no quiero saber nada", respondió el museógrafo. Pero Teresa argumentó que el arte no tenía por qué pagar por la existencia de un dictador, y que todo se podía hacer de manera privada, pues no había relaciones entre ambos países. La muestra se hizo y le siguieron otras.
La construcción de un "puente de ida y vuelta", como dice el crítico de arte Luis Carlos Emerich, para la plástica contemporánea entre México y Barcelona, también incluyó la apertura, en 1972, de una galería en el barrio gótico de la ciudad catalana.
A lo largo de ocho años, los catalanes conocieron a Tamayo, Felguérez, Nissan, Von Gunten, Laville y Toledo, entre otros.
A su vez, la colaboración de las Pecanins con el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya devino en exposiciones como Constantes del arte catalán actual (Museo Tamayo, 1991), y A Méxic, homenaje de Cataluña a México (Museo de Arte Moderno, 1992).
En entrevista, Teresa Pecanins reconoce que en la actualidad "traer cosas" es "muy costoso" para una galería privada, que no es rica, y que se sostiene por "cariño". También de España "han dejado de venir un poco", por tener los ojos muy puestos en Europa con el asunto de la unidad del continente.
No obstante, la idea de este intercambio México-Barcelona "siempre está". Y se hacen colectivas, como aquella que hicieron con motivo del centenario del nacimiento de Joan Miró.
Una exposición de pintura española contemporánea fue inaugurada hace unos días en el Museo José Luis Cuevas.
Al respecto Teresa externa: "Qué bueno que alguien más vaya levantando ahorita", pero "esos esfuerzos ya los hicimos".
Le parece de gran importancia que el promotor cultural Isaac Masri pueda llevar a España la exposición Variantes, ocho pintores, de obra mexicana, porque además de mostrar a los "consagrados", falta hacer "descubrimientos". La entrevistada ha luchado desde hace mucho tiempo por que se haga en México una gran exposición de Guinovart, Hernández Pijuan, Ràfols-Casamada y Argimón.
El año pasado, la Galería Pecanins festejó sus 35 años de labores con la edición de un libro hecho posible gracias al apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, entonces dirigido por José Luis Martínez. La edición comemorativa fue presentada en diciembre pasado en Barcelona y Madrid.
Ahora, "en agradecimiento", la galería ha organizado la exposición Barcelona-México, México-Barcelona, que conjuga obra de los catalanes Argimón, Guinovart, Hernández Pijuan, Miró, Ràfols-Casamada y Tapies, con la de los mexicanos Cuevas, Felguérez, Fernando García Ponce, Rodolfo Nieto, Brian Nissen y Rufino Tamayo.
(Barcelona-México, México-Barcelona, será inaugurada el martes 23, a las 19:30 horas, en Durango 186, colonia Roma.)