MARTES Ť 23 Ť ENERO Ť 2001

Ť Quienes se negaban a cooperar recibían una golpiza, relatan testigos

Los capos entregaban 250 pesos a custodios del penal de Puente Grande por cada guardia

Ť Uno de los episodios sin aclarar es el asesinato del subdirector de seguridad del Cefereso

CAYETANO FRIAS FRIAS CORRESPONSAL

Guadalajara, jal., 22 de enero. El procedimiento para involucrar a los custodios del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) de Puente Grande con los grandes narcotraficantes era muy sencillo, según revelan algunos de los guardias afectados, que recurren al anonimato para aclararlo.

"La mayoría fueron llevados con engaños a uno de los módulos y los paraban frente a uno de los capos. Este extendía la mano para saludarlo y si el custodio no accedía, entonces los vigilantes involucrados le propinaban una golpiza, incluso utilizando tubos para doblarlos", relata uno de ellos.

"A quienes saludaban al delincuente, desde ese momento le entregaban un fajo con los primeros mil pesos, y posteriormente les daban 250 por cada guardia en la que estaban presentes, de parte de los que controlaban el Cefereso, creando una cadena de complicidades que no tenía fin", señala.

Otro de los custodios refiere que "a los que no le entrábamos, simplemente nos 'abrían' y nos amenazaban con que no fuéramos a 'chivatear', aparte de que otros recibieron golpizas".

Uno de los empleados relata que después de haber recibido el dinero no podía dormir, buscaba a sus compañeros custodios para encontrar la forma de devolverlo, pero nadie le pudo ayudar y quedó involucrado.

Durante los últimos dos años se registraron situaciones que fueron acalladas dentro del penal o se le dieron poca trascendencia, como el suicidio de dos de los internos y la golpiza en noviembre pasado a dos custodios dentro de las instalaciones, a manos de sus propios compañeros.

Una ejecución tal vez relacionada

La tarde del 3 de diciembre de 2000, Juan Castillo Alonso, quien se había desempeñado como subdirector de seguridad del Cefereso de Puente Grande, fue asesinado de cuatro balazos, uno de ellos en la cabeza, con una pistola calibre 38 especial, adaptada con silenciador, que fue encontrada en el lugar de los hechos.

Castillo Alonso se encontraba dentro de su domicilio, una casa de interés social, y sus dos asesinos llegaron a bordo de un taxi, encontraron la puerta abierta y uno de ellos le disparó. Después trascendió que el ex subdirector, a quien se le conoció como jefe enérgico y que no permitía corruptelas a los custodios, tramitaba su retorno al Cefereso de Puente Grande.

Castillo Alonso estaba identificado con Juan Pablo de Tavira, creador del sistema penitenciario de máxima seguridad y que recientemente fue victimado en Pachuca, Hidalgo.

Lugarteniente de El Chapo

El chofer Antonio Mendoza Cruz, alias El Paisa, fue detenido el 9 de junio de 1993 junto con su patrón Joaquín Guzmán Loera, en el puente Talismán del río Suchiate, en la frontera con Guatemala, y trasladado al Cefereso de Almoloya de Juárez.

Tiempo después recuperó su libertad y se trasladó a Guadalajara para seguir operando a las órdenes de El Chapo Guzmán.

Mendoza Cruz fue detenido nuevamente el 21 de marzo de 1999, en esa ocasión por la Policía Municipal de Zapopan, en su domicilio de la colonia Jardines Vallarta, luego de que protagonizara un escándalo al disparar sus armas y gritar que lo querían matar.

Los uniformados le incautaron en esa ocasión una camioneta blindada Cherokee de color blanco, ocho armas de fuego, entre las que se encontraba un rifle AK-47 cuerno de chivo con mira telescópica, alrededor de 400 cartuchos de diferentes calibres y 67 mil dólares en efectivo.

El paisa fue puesto a disposición de la PGR, lo consignaron y menos de dos meses después fue liberado por un juez de distrito quien le concedió el amparo bajo el argumento de que fue detenido en forma ilegal.