MIERCOLES Ť24 Ť ENERO Ť 2001
Ť Empresa estadunidense comete acción de biopiratería
Pide centro internacional del agro revisar la patente de frijol amarillo
ANGELICA ENCISO
El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) presentó una apelación ante autoridades de Estados Unidos para que se revise la patente del frijol amarillo, originario de México, registrada en aquel país en 1999, pues ha provocado grandes pérdidas a los agricultores mexicanos y constituye una acción de biopiratería.
En la argumentación presentada a la oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos, con sede en Washington, se señala que el frijol amarillo fue expropiado a México y viola los derechos del país sobre sus recursos genéticos, tal como lo establece el Convenio de Diversidad Biológica, informó la Fundación Internacional para el Progreso Rural.
Señala que la patente Enola no cumple con los requerimientos de novedad, además de que cuestiona la propiedad monopólica de los frijoles comunes de matiz amarillo, registrados por Larry Proctor, de la empresa Pod-Ners, con sede en Colorado, quien compró frijoles en 1994 y después presentó una solicitud de patente monopólica exclusiva en ese país, la cual le fue autorizada en abril de 1999.
Después de que Proctor obtuvo la patente, emprendió un juicio contra las dos empresas mexicanas que vendían esa variedad a Estados Unidos y argumentó que se violaban sus derechos de patente. Los principales afectados son agricultores de Sinaloa.
El presidente de la Asociación Agrícola de Río Fuerte, Miguel Tachna Félix, que agrupa a 22 mil productores, explicó que exportaban el frijol mayocoba y otras variedades a Estados Unidos cuando se registró la citada patente, por lo cual la empresa Pod-Ners comunicó a los importadores de la leguminosa que la variedad era de su propiedad y que debían pagar regalías. Esto ocasionó una caída de 90 por ciento en las exportaciones.
Ante esta situación, el 20 de diciembre el CIAT presentó ante las autoridades estadunidenses la solicitud formal de revisión de la patente. Esto constituye un "golpe a la biopiratería y protege la integridad del germoplasma", conservado en los centros internacionales.
La denuncia fue hecha por la fundación el año pasado y al mismo tiempo la organización empezó trámites legales para su cancelación, el caso fue presentado ante la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y ante el Grupo Consultivo Internacional de Investigación Agrícola.