JUEVES Ť 25 Ť ENERO Ť 2001

Ť Presentó Poesía reunida, compilación que recoge casi 20 años de creación

Antonio Deltoro, la extraordinaria cotidianidad

Ť Ir más allá de las convenciones y emprender aventuras pequeñas, propone el autor

YANIRETH ISRADE

Los poemas admiten muchos modos de ser mirados; son criaturas que provocan conferencias, análisis, disecciones o algo más simple, digamos una celebración fraterna entre colegas, como ocurrió la noche del martes en la Casa del Poeta, donde se reunieron Fabio Morábito, Eduardo Hurtado y Laura González para festejar un volumen publicado por la UNAM que recoge las creaciones poéticas escritas por Antonio Deltoro durante poco menos de 20 años y cuyo título es Poesía reunida (1979-1997).

Son dos décadas de ejercitar un espíritu "ocioso" que le ha permitido a Deltoro recorrer la vida con una mirada "atenta", no en las cosas aparentes sino en lo extraordinario que se oculta en la cotidianidad, con la red lista y extendida para pescar aquellos momentos o atmósferas que luego se convertirán en poema, señaló Morábito al referirse a la actitud "vacacional" del escritor comentado.

El ocio, reconoció el aludido, es una condición inherente al poeta y reivindicó la actitud "vacacional" con la que en su opinión debe transitar éste, pues sólo tal posición permitirá que una silla -por ejemplo- deje de ser un objeto funcional y convertirse, por gracia de la poesía, en un objeto conmovedor.

Como exploradores invitados a recorrer la geografía poética de Deltoro, los comentaristas enumeraron sus hallazgos en ese territorio. Morábito, por ejemplo, encontró también una proclividad del poeta hacia las aventuras en la cotidianidad, no en vano uno de los epígrafes de su Poesía reunida hace honor a Julio Verne.

Deltoro aclaró que su empeño por las aventuras, aunque sean mínimas -incluso sin salir de casa- le ha permitido "descubrir la cara no anestesiada de la cotidianidad". Así, un día martes puede tener sabor a jueves, y el tiempo ser distinto a como lo marca el reloj. Se trata, en resumen, de ir más allá de las convenciones y para eso no hay que hacer grandes cosas. ''Mi vida es como la de todo mundo -confesó el autor-; únicamente suelo emprender aventuras no ostentosas, pequeñas, simples e íntimas, como irme de pinta dentro de mi propia casa y alterar los horarios del desayuno para alargar la mañana".

El asombro, le dice Deltoro a Francisco José Cruz en una entrevista incluida en el volumen presentado, "no estriba tan sólo en vivir lo que hemos vivido toda la vida como si fuera la primera vez, sino también en vivir la repetición, lucida y conscientemente, como un milagro, como un resplandor''.

A la pregunta, hecha por el entrevistador, de si concibe a la poesía como un modo de agradecimiento, responde el poeta: "En el universo este planeta es sólo un grano de arena pero, quizás, el único con vida; ser hombre entre las formas vivas es una probabilidad minúscula, habitar este tiempo entre todos los tiempos es otra; nacer es la casualidad mayor. Concibo mi poesía como una forma de agradecimiento. Creo, con Paul Eluard, que el estar vivos es un honor. Como todo honor, es un honor inmerecido y misterioso, a este privilegio y a este misterio responde mi poesía".