SABADO Ť 27 Ť ENERO Ť 2001
Ť Cuida sus intereses porque el alza del crudo precipitaría la desaceleración allá, dicen
México se une a EU y da la espalda a la OPEP: analistas
REUTERS
Hace sólo dos años, México se sentaba en la misma mesa que Venezuela y Arabia Saudita, dos pesos pesados de la OPEP, para diseñar juntos una política energética que llegaría a triplicar los precios mundiales del petróleo.
Dos años después y bajo el gobierno del presidente Vicente Fox, México parece alejarse sigilosamente de sus aliados del cártel, al que no pertenece. Y, al mismo tiempo, en el campo energético, tiende a reducir la distancia diplomática que lo separaba de Estados Unidos, su principal socio comercial y ávido consumidor de crudo.
Detrás de bambalinas, dicen algunos petroleros, México también está sentando las bases para un aumento de su participación en el crucial mercado de crudo estadunidense, a expensas de los saudiltas y los venezolanos.
Cuando la OPEP decidió la semana pasada recortar la oferta petrolera para compensar la menor demanda al finalizar el verano en el hemisferio norte, México no habló de inmediato para decir que también reduciría su suministro de crudo, como lo había hecho en los últimos dos años.
México fijó el miércoles sus exportaciones en 1.75 millones de barriles por día (bpd) a partir del primero de febrero, por debajo de lo que el país había proyectado exportar en 2001, pero casi exactamente en línea con sus niveles actuales de exportación.
Varios analistas dicen que al no sacar petróleo del mercado, México, el quinto productor mundial de crudo, está sonriéndole a Estados Unidos, país que se opone a las presiones de la OPEP para llevar el petróleo a cerca de 30 dólares el barril.
"Existe toda una nueva serie de relaciones que se están desarrollando entre los nuevos gobiernos de México y Estados Unidos", dijo un analista del sector energético. "Esos (gestos políticos) deben esperarse si Fox desea tener buenas relaciones con Estados Unidos", agregó.
Si esto es verdad, la nueva posición sembraría la semilla de una batalla contra los aliados que México había forjado en los pactos de producción petrolera de los últimos dos años: Arabia Saudita y Venezuela. Los tres países son los principales proveedores de petróleo de Estados Unidos.
El alejamiento de la OPEP tiene mucho que ver con el momento político actual. El presidente estadunidense, George W. Bush, en el poder apenas desde el 20 de enero, dijo que prestaría nueva atención a América Latina, y para subrayarlo anunció que su primera visita al exterior sería a México.
Antes de eso, el gobierno de Fox parece querer pintarse como un aliado clave de Estados Unidos. Esta es la posición opuesta a la adoptada por el otro gran petrolero de la región, Venezuela, dijo George Baker, director de México Energy Inteligence, con sede en Houston.
"Bush va a buscar en México a un gran aliado, ya que ese país envía 90 por ciento de sus exportaciones totales y la mayor parte de su crudo a su vecino del norte, así que cualquier cambio de fortuna en Estados Unidos puede afectar fuerte el desempeño económico de México.
Esto significa que la inminente desaceleración en la economía estadunidense seguramente frenará el fuerte crecimiento que registró la economía mexicana el año pasado. "México está favoreciendo sus intereses nacionales, que resulta que coinciden con los de Estados Unidos. Esto es, quiere evitar una fuerte alza en los precios del petróleo, que podrían lanzar a la economía estadunidense en caída libre", dijo George W. Grayson, profesor de College of William & Mary. "Fox cooperará con la OPEP cuando las políticas del cártel sirvan a sus intereses nacionales", añadió Grayson.