SABADO Ť 27 Ť ENERO Ť 2001

Ť El Nobel de la Paz 1980 encabeza una campaña contra el Plan Colombia

Paramilitares colombianos han asesinado más personas que Pinochet: Adolfo Pérez Esquivel

Ť Denuncia la presencia cada día mayor de tropas estadunidenses en países de la región

STELLA CALLONI CORRESPONSAL/III Y ULTIMA

Buenos Aires, 26 de enero. El reciente anuncio de los parlamentarios europeos de que exigirán a los gobiernos de sus países que retiren su ayuda al Plan Colombia hasta que la misma se dirija a la paz y no a incrementar la guerra "con temibles consecuencias para los de-rechos humanos del pueblo colombiano, ha alertado aún más a los sudamericanos", dijo aquí el argentino Adolfo Pérez Esquivel.

El premio Nobel de la Paz 1980, quien encabeza con otros personajes una campaña para evitar que este proyecto continúe y se favorezcan en cambio las negociaciones de paz, advirtió asimismo que "las denuncias de las matanzas paramilitares, que son parte del terrorismo de Estado que se impone en Colombia, demuestran que hay más personas asesinadas en pocos meses allí que du-rante los 17 años de la dictadura de Augusto Pinochet, como se ha denunciado recientemente en Bruselas".

Como dato significativo cita la presencia cada día mayor de tropas estadunidenses, no sólo en el conflicto colombiano, sino en el resto de los países de la región.

Para completar el esquema, los países del Cono Sur, en mayor o menor grado y bajo el liderazgo de Brasil y Venezuela, se oponen al Plan Colombia. A fines de 2000, en Brasil se denunciaron operaciones militares de tropas estadunidenses en Paraguay, en torno a las fronteras brasileñas.

"Ahora las tropas estadunidenses están en Paraguay, Colombia, Perú, Ecuador y Ar-gentina, donde realizan maniobras en forma constante. Lo grave es que en toda América Latina crece entre civiles y sectores militares el inevitable repudio a esas acciones y a la expoliación y, en esa medida, esa invasión se tornará absolutamente contradictoria con la voluntad de los pueblos de sostener su soberanía e independencia", señala el semanario Hora de Povo.

En estos días aparecen recuentos de protestas populares y en especial de las manifestaciones de los ecuatorianos en repudio a la presencia estadunidense en la isla Manta.

El trazado de bases estadunidenses, el mo-vimiento de tropas, o las presiones sobre países como Panamá para que acepte la figura encubierta de "tropas visitantes" así como las maniobras en Argentina, son algunos de los elementos que exponen los cada vez más numerosos críticos del antidrogas Plan Colombia.

"Ha llegado el momento de que contrarrestemos la presión estadunidense sobre los gobiernos con la presión popular masiva en todas partes. Ya el mundo ha despertado y la posición europea en los últimos días da muestra de que están entendiendo de qué se trata este supuesto plan de paz de Colombia, que es un plan de muerte y destrucción".

Desde Paraguay, país olvidado si lo hay, ciudadanos y organizaciones democráticos enviaron una carta a esta corresponsalía de La Jornada expresando que abogan por una solución pacífica por medio del diálogo al conflicto colombiano y demandan a gobiernos y parlamentos de Estados Unidos y de Colombia, para que sea suspendida la aplicación del llamado Plan Colombia.

Acusan que "como está concebido con un fondo de más de mil 300 millones de dólares dedicados al apoyo militar y a la erradicación forzada de cultivos de coca, agudizará el conflicto social y la guerra".

Coincidiendo con otros llamados en el Cono Sur, sostienen que el Plan Colombia constituye "una repetición de los esquemas de intervención de las grandes potencias en los conflictos internos de nuestros países de América Latina y que no contribuirá a una salida digna y en paz".

Entre los firmantes figuran obispos como Mario Melanio Medina, de la diócesis de Misiones y Ñeembucú, y Fernando Lugo, de la diócesis de San Pedro de Ycyamandiyú, así como la Asociación de Comunicadores Católicos, partidos y movimientos, organismos sindicales, además de dirigentes, profesionales y periodistas de todo el país.

Ahora esta demanda está en todas las redes populares y sociales del Mercado Co-mún del Sur y otros países, conjuntamente con documentados informes sobre las ga-nancias que el narcotráfico proporciona a Estados Unidos, a los grandes bancos y otros negocios, lo que contradice los argumentos del plan. Asimismo, se despliegan informes sobre las consecuencias de las pa-sadas dictaduras militares.

"Recuperar la fuerte autoridad estadunidense, si es necesario por el método viejo pero efectivo del garrote, es el trasfondo de la actual intervención. Con ese fin Estados Unidos está dispuesto a sacudirse los viejos fantasmas de Vietnam", señaló por su parte el analista Andrés Ruggieri.B