SABADO Ť 27 Ť ENERO Ť 2001
Ť Juan Villoro
DF, entre Medellín y Barcelona
PATRICIA LANDINO CORRESPONSAL
Madrid, 26 de enero. Aunque algunos científicos hablan de un "ecocidio" y tienen una visión apocalíptica de la ciudad de México, a la que pintan como un lugar inhabitable, el futuro es incierto.
"En realidad nadie sabe qué va
a pasar", opinó Juan Villoro durante la mesa Tres voces, tres ciudades nerviosas: Barcelona, Medellín y Distrito Federal, que tuvo lugar en La Casa de América.
"Hay una cultura de la resistencia, en la que la verdadera pesadilla del capitalino es tener que salir de ahí", respondió Villoro a las preguntas del público madrileño, citando al cronista Carlos Monsiváis.
En la mesa redonda, en la que también participó el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince y el catalán Enrique Vila-Matas, el autor de La casa pierde, situó a la ciudad de México en un punto "equidistante entre la próspera Barcelona y la convulsa Medellín", de las cuales los autores también dieron sus impresiones.
Respecto a la comparación que el novelista Vila-Matas hizo de Barcelona con la madame Bovary de Flaubert, "aquejada por la misma sensibilidad", Villoro relacionó a la ciudad de México primero con la extinta cantante Janis Joplin, "siempre entre la pasión y el accidente", pero también con "la mujer barbuda del circo. La más grande, sucia, que nos repele y nos atrae. De la que estamos enamorados".
El escritor definió a la capital mexicana como una urbe en la que las distintas culturas se mezclan, pero también se atropellan a sí mismas, y vestigios de antiguas civilizaciones como la azteca "se enlazan con la modernidad trash metal". Como ejemplo de ello citó a un civil que en su borrachera subió su auto al Zócalo, y lo condujo a lo que pensó era una calle, pero terminó encima del Templo Mayor.
También mencionó la avenida
República del Salvador, en la que conviven grandes casas coloniales, con tiendas de aparatos eléctricos hechos en China, y que cubren campos en los que en tiempos prehispánicos se practicaba el juego de pelota.Villoro habló de proyectos para sanear la ciudad de México, que para él son más bien simbólicosñ; por ejemplo, para conservar el agua, del los arquitectos Teodoro González de León y Alberto Kalach, que proponen recuperar el lago o
crear lagos artificiales nuevos en zonas donde todavía hay espacio.
Abad Faciolince habló de Medellín desde el exilio y la soledad de algunos de sus personajes, quienes por amenazas de paramilitares prefieren abandonarla. En esta ciudad antioqueña, dijo, se pasó de la picaresca a la "sicaresca", género que, a diferencia la mayoría de los escritores y algunos cineastas nativos de Medellín, prefiere no cultivar.
La mesa surgió a raíz de la presentación del libro Desde la ciudad nerviosa, de Enrique Vila-Matas, presentado recientemente, en el que el novelista catalán hace crónicas de Barcelona escuchando las chuscas conversaciones de la gente en autobuses tomados al azar o en vagones del metro, observando los libros que la gente lee. Contó una anécdota: "una joven tenía un libro en sus manos, pero no podía ver su título. Me tuve que agachar tanto que quedé debajo de ella, para darme cuenta de que el libro estaba forrado con papel. La joven terminó por cambiarse de lugar pensando que era maniático".