DOMINGO 28 DE ENERO DE 2001




México y la economía global

Desde 1970 no se había dado en México un cambio de poderes en condiciones económicas tan estables. Después de un periodo de crecimiento económico sostenido en nuestro país, se espera que por la desaceleración económica en Estados Unidos enfrentemos un proceso similar que nos ubique con una tasa de crecimiento de 4% para este año, por debajo del 7% del 2000. En un contexto de pluralidad en el Congreso se obligará al nuevo gobierno a negociar y convencer a los legisladores de sus propuestas, en especial la reforma fiscal, lo que podría posponer los cambios estructurales que requiere la economía mexicana


Miguel Angel JIMENEZ y Susana BERRUECOS*

Los pronósticos económicos de las principales instituciones económicas multilaterales sitúan la expansión de la economía global en el orden de 4.7% para el año 2000. No obstante, varios países continúan enfrentado fuertes crisis económicas, agudizadas en muchos casos por desastres naturales y movimientos adversos en precios de materias primas. A pesar de que se espera una ligera desaceleración, la economía global para el 2001 presenta signos positivos de fortalecimiento para el futuro inmediato, tanto que se prevé el crecimiento del PIB global en las principales regiones económicas. Este crecimiento ha sido impulsado por el dinamismo de la economía de Estados Unidos, la cual se espera tenga un crecimiento de 5.2% para este año; una robusta expansión en Europa, y la recuperación de las economías asiáticas, que en conjunto alcanzarán un crecimiento del orden de 6%. De acuerdo con el informe preliminar de la Conferencia para el Comercio y el Desarrollo Económico de Naciones Unidas sobre los flujos de inversión extranjera directa a escala internacional, éstos sumaron 1.1 billones de dólares en el 2000, 14% más que en 1999, lo que representó la duplicación del valor registrado tres años atrás.

Dolarex Las economías en transición en Europa del Este también han contribuido al crecimiento global con el dinamismo adquirido durante los últimos dos años, impulsado en gran medida por el fortalecimiento que ha mostrado la economía rusa. Finalmente, América Latina muestra signos de recuperación y crecimiento sostenido, impulsado por los grandes flujos de inversión extranjera directa y las condiciones favorables que para la región significa el crecimiento de la economía de Estados Unidos.

No obstante, no se descartan desequilibrios económicos y financieros en Europa, Estados Unidos o Japón, con la capacidad de introducir riesgos en los niveles de crecimiento y expansión de la economía global. Los mismos organismos internacionales estiman que la economía mundial tendrá un menor crecimiento en 2001 respecto del año pasado. Sin embargo, el mayor riesgo lo representa el incremento sostenido de los precios del petróleo, como se señalará más adelante.

*El producto interno bruto

La última desaceleración de la economía global, que durante 1998 creció sólo 2.4%, resultó ser mucho menos profunda que crisis en años anteriores. Esta fue seguida de una rápida recuperación económica de 3.2% en 1999 y 4.2% en el 2000, debido en gran parte a que tuvo su origen en desequilibrios generados en economías emergentes, mientras que

previas desaceleraciones fueron detonadas por las economías más dinámicas y consolidadas del planeta, con efectos más fuertes y duraderos. Las políticas económicas utilizadas en Estados Unidos, Europa y Japón han jugado un papel clave en la expansión y recuperación de la economía global. La adopción de este tipo de políticas macroeconómicas sanas en países menos desarrollados ha contribuido de manera importante a la prevención de crisis económicas y a la consolidación de la economía global.

*Inflación

El crecimiento de la mayoría de las economías más dinámicas del planeta a niveles por encima de lo esperado y las presiones inflacionarias derivadas de la elevación de los precios del petróleo han despertado preocupación en el mundo. En general, se espera que la inflación mantenga su nivel en los países más desarrollados y que continúe con su tendencia a la baja en la mayoría de los países en desarrollo, de tal modo que se garanticen equilibrios macroeconómicos globales duraderos. El control de la inflación, y en particular en las economías más desarrolladas, jugará un papel muy importante en el control de posibles desequilibrios futuros, ya que en los últimos años ha mantenido una tendencia al alza en estos países.1

*Petróleo

Los precios del petróleo han superado todos los pronósticos debido tanto a la restricción de la oferta en países productores como al fortalecimiento de la demanda global. En marzo de 1999, con los precios del petróleo aún en sus niveles más bajos desde 1980, miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) lograron un acuerdo para reducir la oferta global hasta por un total de 1.7 millones de barriles diarios. Es importante señalar que los países miembros de la OPEP aportan alrededor de 40% de la producción mundial de crudo y mantienen 75% de las reservas mundiales probadas. Países no miembros de la OPEP como México y Noruega aumentaron la presión para reducir aún más la oferta petrolera hasta por 0.4 millones de barriles diarios.

El cumplimiento de los acuerdos resultó ser escrupulosamente observado y aunado a la reciente expansión económica y a la reducción de inventarios petroleros -particularmente en Estados Unidos- tuvo como resultado el crecimiento sostenido de los precios: de un poco más de 10 dólares en febrero de 1999 se pasó a más de 30 dólares por barril en febrero de 2000. Aunque los pronósticos en el futuro inmediato y en el mediano plazo son aún muy inciertos, pese a los esfuerzos de los productores y consumidores por mantenerlos en un nivel estable, aún se percibe el tema de los precios del petróleo como un riesgo para los primeros meses del año 2001. En este sentido, el principal efecto negativo se espera por el lado de la inflación y de desequilibrios en las balanzas comerciales de los países más dependientes de oferta externa del petróleo. De hecho, la creciente inestabilidad mostrada en el mercado petrolero se acentuó por el conflicto entre Palestina e Israel.

*El contexto regional en América Latina

La desaceleración económica en América Latina, que se inició en 1998 y que continuó en 1999, terminó con el surgimiento de signos de recuperación económica para toda la región durante el primer trimestre de 2000. Los factores contribuyentes al crecimiento regional, de casi cero en 1999 (debajo de 2% en 1998), fueron choques externos a la actividad comercial internacional (importaciones y exportaciones) y desastres naturales, que empeoraron la situación económica de estos países. Con el objeto de minimizar estos choques externos, en varios países latinoamericanos se ha reforzado el debate sobre la conveniencia de dolarizar las economías, transformando los bancos centrales en consejos monetarios. Cabe mencionar que ya son varios países en la región que han puesto en práctica esta medida. Después de Argentina, Ecuador adoptó el nuevo esquema monetario en abril pasado; El Salvador aprobó la dolarización en noviembre y Guatemala legalizó las transacciones en dólares a finales de diciembre, mientras que Panamá usa el dólar desde inicios del siglo XX.

bolsa-mexicana-valores-jpg El rasgo más positivo para la región lo presenta la inversión extranjera directa, la cual llegó a un nivel récord de 89 mil millones de dólares en 1999 y que genera buenas expectativas en especial para México y Brasil. En general, el futuro es promisorio para la región debido principalmente a que han disminuido las posibilidades de choques externos y sus efectos negativos en la actividad comercial internacional, así como el resurgimiento del optimismo por los mercados de capital latinoamericano. Con respecto a la competencia por los capitales en América Latina, México está en una posición sólida, ya que Argentina recibiría un flujo similar de 11 mil millones de dólares y quizá sólo sea superado por Brasil.

La magnitud de la desaceleración de 1998 y el ritmo de recuperación han variado a lo largo de la región. Tres naciones pequeñas encabezan los niveles de crecimiento económico: República Dominicana, con 8.4%; Trinidad y Tobago, 7.9%, y Costa Rica, 7.2%. Algunas de las naciones más grandes también han tenido un desempeño económico muy positivo, entre ellas Brasil, con una respuesta oportuna a la última crisis financiera de 1998, que detuvo la fuga de capitales especulativos y sentó las bases para una rápida recuperación económica.2

Otros países han enfrentando situaciones distintas. Argentina tuvo un efecto muy negativo en su economía debido a la caída de los precios en algunas materias primas, a choques externos derivados de la crisis brasileña y a la reducción en el acceso a fuentes de crédito internacionales, que la llevaron a una caída del PIB en 1999 del 3.1%, aunque se estima una recuperación de 1.7% en el 2000. En Colombia, Ecuador y Venezuela, con crecimientos esperados del orden de 3, 0.5 y 2.5% respectivamente, dificultades políticas internas y la debilidad estructural en los sistemas financieros han empujado a las autoridades a aumentar las tasas de interés para evitar fugas de capitales, generando tensiones económicas y políticas, así como equilibrios frágiles en aquellos países.

Se espera que el crecimiento de la región se sitúe alrededor de 4% a finales del año 2000.3 Sin embargo, aun con altos niveles de crecimiento, persisten profundas desigualdades de distribución de la riqueza en la mayoría de los países. Un 34% de la población de la región (mil 777 millones) vive en niveles de pobreza, lo que constituye la mayor fuente de inestabilidad social y política a mediano y largo plazos.

*México

Cifras preliminares sitúan el crecimiento del PIB para el 2000 alrededor de 7% y se prevé alguna desaceleración para el 2001. Se espera que la inflación mantenga su tendencia a la baja, después de que en 1998 fue de 15.9%, en 1999 de 16.6% y 9.5% en el 2000. La economía de México ha mantenido un crecimiento sostenido desde la recuperación de la crisis de 1995. Con una estricta política monetaria, México reaseguró su entrada a nuevas fuentes de crédito internacional que estimularon el crecimiento económico. Del mismo modo, los altos niveles de consumo interno, los altos flujos de inversión extranjera directa,4 el crecimiento de la actividad comercial internacional5 y el respaldo de los precios del petróleo han contribuido a la expansión de la economía de México.6

Además, es importante subrayar el efecto favorable que sobre la economía mexicana ha tenido el crecimiento de Estados Unidos, derivado de la intensa actividad comercial producida por el Tratado de Libre Comercio. Asimismo, las exitosas negociaciones del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUEM) son un importante indicador de la solidez de la economía mexicana, aunque se prevé que su impacto será menos intenso de lo que fue el TLC de América del Norte en el corto plazo, debido principalmente a la estructura del comercio exterior, la lejanía geográfica y la falta de vinculación comercial. A mediano y largo plazos se espera que este nuevo tratado reduzca la dependencia económica de México hacia Estados Unidos.

En este sentido, el nuevo gobierno ha reiterado su compromiso de continuar con una política económica ortodoxa que garantice una inflación menor a 7% y reducirla a 3% para el 2003. Se ha previsto no sólo una reducción en los precios internacionales del petróleo, sino también un menor crecimiento de las economías estadunidense y de los países industrializados. El área que sigue siendo fuente de inestabilidad y riesgo en el mediano plazo es el sistema financiero. Pese a que México ha logrado disminuir la carga de la deuda externa como porcentaje del PIB haciéndola más manejable en términos comparativos (de 59% en 1995 a 31% en el 2000), la deuda privada resultado del rescate bancario en manos del gobierno y de la banca privada asciende a casi 20% del PIB, lo que en conjunto significaría casi el mismo nivel de endeudamiento de 1995. Además, se ha iniciado el proceso de reestructuración del sistema bancario, que incluye la aprobación de leyes de quiebras, refinanciamiento de deuda, licitaciones y ventas públicas y, sobre todo, reformas que permitan la recapitalización del sistema bancario.

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Desde 1970 no se había dado en México una transferencia del poder en condiciones económicas tan estables. A esto contribuyen, además, los altos precios del petróleo, los cuales han generado equilibrio en el balanza fiscal. No obstante, existen temores fundados de que esta situación retrase, una vez más, la urgente reforma fiscal que México necesita debido a la profunda debilidad en los ingresos no petroleros del Estado. En este rubro, comparativamente con otros países de la región y con naciones con economías similares, México está entre los países de menor déficit fiscal, pero también es uno de los países con menor captación fiscal.

Asimismo, pese a las reformas, aún existe incertidumbre por la vulnerabilidad del sistema bancario en su conjunto y por la gran proporción de garantías y bienes -sin liquidez- en poder de la banca privada y del Instituto de Protección al Ahorro Bancario. Pero sin duda alguna el mayor reto de todos proviene de los ámbitos social y político. En lo social, reducir la brecha de distribución del ingreso que ha hecho de México uno de los países con el mayor índice de desigualdad económica, en donde una proporción muy alta de la población sigue viviendo en niveles de pobreza extrema. Esto aunado al hecho de que la nueva administración debe aprender las reglas de convivencia en un contexto democrático se convierte en los verdaderos retos de México en los años por venir.

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Notas

1 De 1.5% en 1998, 1.4% en 1999 y 2.3% en 2000.

2 Brasil pasó de tener un crecimiento de -0.1% en 1998 y de 1% en 1999, a alcanzar una tasa de 4% en el 2000.

3 Muy probablemente lidereado por México (6.5%), Chile (6%) y Perú (4%).

4 Del mismo modo México se ha convertido en el décimo primer país con mayores flujos de inversión extranjera directa. Esta entrada de capitales junto con los ingresos petroleros permitieron cubrir el déficit en la cuenta corriente y pagar por adelantado la deuda con el FMI, de 3 mil millones de dólares, sin afectar las reservas internacionales, que se ubican en cerca de 32 mil millones de dólares.

5 México se ha convertido en una de las naciones con mayor actividad comercial internacional. Datos de la OMC sitúan a México en el lugar número 12 entre los países líderes en exportaciones y número 13 en importaciones. El crecimiento de la economía estadunidense, de más de 5%, estimuló las exportaciones al mostrar una tasa mayor a 24% durante los primeros ocho meses del 2000.

6 Para el 2001 será difícil que el petróleo mexicano de exportación logre un precio de 27.70 dólares por barril, como lo hizo el año pasado, pues a lo mucho se estima que llegará a 18 dólares.

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* Los autores son candidatos al doctorado en la London School of Economics and Political Science (LSE).