LUNES Ť 29 Ť ENERO Ť 2001

Ť Alerta Ricardo Alarcón sobre el peligro de la guerra de las galaxias que "busca Bush"

Distante, el tono entre participantes de los foros de Davos y Porto Alegre

Ť Si esto sigue así, ya no será una globalización, sino una confrontación entre ricos y pobres

STELLA CALLONI ENVIADA

Porto Alegre, 28 de enero. Finalmente fue un diálogo de sordos. Davos y Porto Alegre parecieron muy distantes en el tono de sus participantes y la iniciativa de establecer un "videopuente" entre la cumbre de la elite económica y el Foro Social Mundial quedó trunca, aunque puso en evidencia la urgencia de que sean escuchadas las aquí llamadas "voces del silencio".

El megaempresario George Soros y sus acompañantes, Mark Malloch, del Programa de Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas; John Ruggie, consejero de la ONU, y Bjorj Edlud, representante de una multinacional sueca, parecían sorprendidos ante las demandas de los participantes de distintas organizaciones sociales, gremiales y de derechos humanos que los interpelaron.

Entre quienes hacían escuchar sus demandas se encontraban Bernard Cassen, director general de Le Monde Diplomatique, y presidente de la Acción por la Tributación de Transacciones Financieras (ATTAC), de Francia; Walden Bello, profesor de sociología de la Universidad de Filipinas; Hebe de Bonafini, de Madres de Plaza de Mayo de Argentina; Rafael Alegría, de Vía Campesina de Honduras; y el empresario brasileño Oded Grajew.

La voz de Porto Alegre sonó como un reclamo constante con diferencias de matices, algunos demasiado fuertes, cuando la propuesta era el diálogo, otros duros pero acertados.

Reclamo a "los monstruos"

El tono más alto lo dio Hebe de Bonafini, quien tras reclamar respuestas por la muerte por hambre de millones de niños, gritó "šUstedes son unos monstruos!". Esto pareció golpear muy duramente al empresario sueco Edlud, cuyo rostro se vio apesadumbrado del otro lado del satélite cuando recordó que había vivido cuatro años en Argentina durante la última dictadura militar y dijo comprender "la rabia".

La sorpresa fue que al comienzo se pasó un video sobre la represión contra manifestantes opuestos a globalización y contra trabajadores en diversas partes del mundo. El financista Soros recogió el guante y sostuvo que las protestas eran "buenas", pero también un desafío para la seguridad y una vía por la cual "nada" se iba a conseguir. También desde Davos se escuchó la voz de uno de los funci forosocial onarios de la ONU, quien aclaró que no estaban en esa mesa para discutir las protestas y que "existe una diferencia intelectual y política sobre la economía, pero no deben hacer una caricatura de sus oponentes, nosotros estamos aquí para escuchar".

Desde Porto Alegre, Walden Bello exigía hablar de la represión. El filipino no anduvo con vueltas y lanzó: "Davos es el planeta de los ricos y Porto Alegre es el planeta de los pobres preocupados por la injusticia social". Remató entonces deseando que "los empresarios en Davos fuesen montados en una nave espacial" para ser enviada fuera de este planeta.

El hondureño Rafael Alegría conmovió a los asistentes al exponer la tragedia de las zonas rurales, donde los campesinos están abandonados sin siquiera un contexto de protección jurídica para acceder a la tierra, y reclamar que los funcionarios de la ONU estuvieran en Davos, cuando "deberían estar en Porto Alegre". "Hay que hacer algo porque si esto continúa así ya no será una globalización de la economía, sino una confrontación entre ricos y pobres, entre aquellos que dirigen el mundo y los que nada tienen", advirtió.

Oded Grajew, empresario brasileño cuestionó a Soros por la enorme brecha entre ricos y pobres que -recordó- aumentó 84 veces entre 1960 y 1998, por los niños que mueren de hambre, mientras millones y millones de dólares giran en el mercado financiero.

Soros reconoció esta brecha, eludió responder sobre el movimiento de capitales financieros, e insistió en que el diálogo entre ambos foros debería buscar "hacer algo para corregir las injusticias sociales".

Desde Porto Alegre se insistía en que desde hace mucho tiempo los organismos sociales hacen llegar sus demandas a los organismos financieros e internacionales, sin encontrar respuesta. Se escucharon entonces frases como estas: "La lección de la democracia que ustedes están dando, es la de una minoría reunida que decide la suerte del mundo". Desde Davos, provocó sorpresa uno de los representantes de la ONU, cuando señaló en un momento que Suiza "fue pobre y ahora está integrada".

Esa fue la tónica de un diálogo que mostró la imagen de un Soros compungido que incluso decía estar en favor de la tasa Tobin para los movimientos de capitales financieros: "Estoy luchando con ustedes pero parece que no quieren un diálogo conmigo".

Al finalizar el videopuente entre estos dos mundos hubo aplausos y también críticas, pero la voz de los silenciados tenía que sonar fuerte porque la injusticia "nunca se cambia hablando bajito", como concluyó un campesino de los Sin Tierra.

Porto Alegre, 28 de enero. En el cuarto día del Foro Social Mundial que se celebra en esta ciudad brasileña, algunas de las principales conferencias giraron en torno a la necesidad de un sistema financiero que asegure la igualdad y el desarrollo, de promover la universalización de los derechos humanos y asegurar la distribución de las riquezas.

Pero la más concurrida fue la conferencia referida al tema de los Estados Nacionales, presidida por Ricardo Alarcón, líder del Parlamento cubano, quien alertó sobre el peligro de la carrera armamentista tras el anunciado regreso a la llamada "guerra de las galaxias" de la época del ex presidente Ronald Reagan, que ahora George W. Bush busca reflotar, y sobre los nuevos esquemas de dominación.

"El gobierno del imperio en manos de las más grandes empresas capitalistas exige que nadie se interponga ante el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Es una estructura vertical de dominación... el super gobierno necesita que nadie más gobierne. El neoliberalismo es el comienzo del fin de la democracia representativa", señaló.

Sobre la deuda que Estados Unidos tiene con la ONU desde hace años, el ex canciller cubano sostuvo que en lugar de perder sus derechos por esa mora, el mayor deudo negoció con Naciones Unidas y pagó parte de lo que debía, y por ello se produjeron cambios en la gestión administrativa del organismo mundial.

En tono irónico, destacó que la ONU está más activa que nunca a través de la "democracia preventiva y las intervenciones humanitarias", pero "nada hace para llevar a la práctica sus propias decisiones", como en el caso de Medio Oriente.

En tanto, seis gobernadores de Brasil que asistieron al Foro divulgaron una declaración que advierte: "El neoliberalismo impone el fin del los Estados naciones, para impedir ejercer políticas locales de desarrollo. El flujo de capitales financieros internacionales impone al mundo la lógica de la exclusión, condenando a naciones y personas a la miseria".

Por ello, "es preciso organizar a todos aquellos que rechazan la sumisión para garantizar que las relaciones de nuestros gobiernos con los grandes capitales internacionales y con otros países sea orientada prioritariamente por los intereses de los trabajadores. La población no puede ser mera espectadora del proceso político y debe, permanentemente, actuar como protagonista, discutiendo y deliberando sobre las acciones del Estado, a través de instrumentos efectivos de participación popular", señaló el documento, firmado por Olivio Dutra, de Río Grande Do Sul; Anthony Garotinho de Río de Janeiro; Joáo Capiberibe, de Amapá; Joreg Vianna, de Acre; José Ocirio dos Santos, de Mato Grosso Do Sul, y Ronaldo Lessa, de Alagoas.

Por otro lado, Danielle Mitterrand, viuda del presidente francés Francois Miterrand y dirigente de France Libertés, dijo la víspera a La Jornada que esa fundación "está preocupada por los pueblos indígenas y campesinos. Ellos son especialmente marginalizados por la globalización. Y (por ello) este foro es muy importante, es necesario que el Tercer Mundo escuche estas voces".

En coincidencia, el sociólogo argentino Atlio Borón señaló a este periódico que es "el Foro Social Mundial fue concebido como un espacio para discutir los impactos sociales derivados de la imposición del neoliberalismo en estos 20 años. El Foro de Davos discute situaciones de intereses, cifras abstractas, mientras que nosotros estamos registrando aquí la cifras reales de la pobreza, la exclusión social, la degradación (...) Nuestra propuesta tiende a tratar de influir para que los gobiernos tomen actitudes especiales, ante estas situaciones".

"Aunque se habían producido muchos movimientos de resistencia y lucha en distintos países contra el neoliberalismo o rebeliones como las de Chiapas o Ecuador, la ola que venía subiendo estalló cuando se produjo la rebelión de los antiglobalizadores en Seattle", concluyó Borón.