LUNES Ť 29 Ť ENERO Ť 2001
FUSILERIAS
Alfredo C. Villeda
Sting, tres lustros después
"Si regresáramos, barreríamos con todas las banditas de rock actuales." El aserto de Stewart Copeland hace sonreír a Gordon Summers, mejor conocido como Sting, quien pregunta: "ƑY qué hay de las grandes bandas?" Y rebate no porque desconozca la respuesta o esté en desacuerdo con su ex compañero de grupo, sino porque las diferencias entre ambos personajes parecen insalvables a 15 años de la desaparición de Police, cuyos integrantes (incluido el guitarrista Andy Summers) ofrecieron una entrevista colectiva para el número inaugural de la revista estadunidense Revolver.
LA ULTIMA gira de la banda, en 1986, se intituló Amnesty Tour. Invisible sun fue la canción del encore, con la voz del invitado Bono, líder de U2. Cuando terminó el concierto, los integrantes de Police entregaron simbólicamente sus instrumentos a los músicos irlandeses, porque éstos, asegura Sting, estaban a punto de ocupar el lugar del trío como la mejor banda del mundo. Andy Summers agrega irónico: "Entregamos a U2 los instrumentos desafinados para ayudarle a encontrar su sonido".
PARA COPELAND, Every breath you take es la mejor rola de Sting con el peor arreglo, y asegura que cada que la escucha se dice: "šQué pendejos éramos!", aunque reconoce el solo de guitarra por el que Summers reclama la pieza como suya. Sting pone unas cuantas monedas en la mesa: "Okey, aquí está el dinero ganado por esa canción. Desafortunadamente, ya me gasté el resto".
LA VIDA, argumenta el bajista, es estar chingando a los demás, y véanme, viviendo en Toscana.
COPELAND Y SUMMERS increpan a Sting por rechazar prácticamente cualquier propuesta de letras para las rolas. El bajista explica su actitud: "Escribo canciones desde los siete años. Pero Andy y Stewart se convirtieron en letristas cuando se dieron cuenta que implicaba ganar más dinero".
-STING, YO nunca robé ideas de filmes o fuentes literarias -expone Copeland.
-Eso es fácil para ti, Stewart, en tu vida has leído un libro -responde el bajista.
Al final, surge una camaradería difícil de creer. Sting: "En realidad nos queremos mucho, yo tengo un gran afecto por mis muchachos... pero gracias a Dios ya no estamos juntos en una banda".