MIERCOLES Ť 31 Ť ENERO Ť 2001

Alejandro Nadal

No vayas a Davos

La mitología de la globalización tiene varios tótems. Uno de ellos es el Foro Económico Mundial de Davos. Se supone que tiene por objeto analizar los principales problemas que aquejan al mundo. Pero en realidad, la agenda de Davos se define en el estrecho marco de los negocios y está cada vez más desconectada de las desventuras del planeta.

La descripción del tema principal de la reunión se encuentra en la página electrónica del evento (www.weforum.org): "Nunca antes había estado tan fuerte la economía mundial. Apenas estamos comenzando a cosechar los beneficios que proporciona la Internet y la tecnología de la información con el impulso a la productividad que generan. La revolución biotecnológica está ya con nosotros. Y la ausencia de crisis internacionales mayores, o de amenazas avasalladoras, genera un clima propicio para el desarrollo económico y social". De aquí se deriva el tema central del foro este año: cómo mantener la globalización avanzando al tiempo que se cierra la "brecha digital".

Casi todo es inexacto en ese párrafo. Si algo no tiene la economía mundial en este momento es fortaleza. El mismo Alan Greenspan admite que la tasa de crecimiento de la locomotora estadunidense es cercana a cero, y las principales economías del mundo corrigen a la baja sus expectativas. La perspectiva de un ajuste en los precios de activos financieros en Estados Unidos gravita peligrosamente sobre la economía mundial. Las transacciones de derivados en los mercados financieros obstaculizan la evaluación de riesgos de cualquier inversión y constituyen una fuente de volatilidad. Mientras la especulación sigue en expansión, la reforma financiera internacional está estancada. La complacencia regresó al FMI y no hay nada nuevo para prevenir o mitigar crisis futuras.

La mitad de la población mundial está hundida en la miseria y, como decía Hobbes, su vida es dolorosa, violenta y breve. Sus perspectivas no son buenas. Según el Banco Mundial, más de 2 mil 800 millones de personas sobreviven con ingresos menores a los dos dólares diarios. Mil 100 millones de personas padecen desnutrición y sufren de enfermedades crónicas curables. Desde hace 15 años la producción mundial de granos básicos per cápita está decreciendo. La desigualdad aumenta, dejando cicatrices hasta en los países ricos.

ƑCómo saben los organizadores de Davos que Internet es responsable de incrementos de productividad? Es una pregunta obligada porque, para comenzar, todavía se ignora por qué la tasa de crecimiento de la productividad en la economía estadunidense disminuyó a partir de 1973 (pasando de 2.4 por ciento anual, entre 1948-1972, a menos de 1 por ciento, de 1973 a 1990). Entre 1996 y 1999 esa tasa aumenta a 2.3 por ciento, pero nadie sabe a ciencia cierta si el repunte se debe a la conectividad de la red mundial de computadoras o a otros factores. Por supuesto, tampoco se sabe cuánto durará este ritmo de crecimiento.

Los lugares comunes sobre las ventajas del comercio electrónico (por Internet) no sustituyen una medición cuidadosa sobre su impacto en la productividad. De hecho, muchas de las ventajas asociadas al comercio electrónico ni siquiera pueden ser contabilizadas en el PIB y, por lo tanto, no aparecen en las estadísticas sobre productividad.

En Davos no importa el rigor analítico. Atribuirle a Internet el repunte en productividad es una buena forma de promover los negocios de la industria electrónica. Por eso, los organizadores consideran también que la prioridad del momento es cerrar la "brecha digital" (entre los que tienen acceso a Internet y los que no lo tienen). Pero los 3 mil millones de pobres del mundo necesitan algo más que un teléfono celular o una computadora personal.

El mejor ejemplo de frivolidad en Davos es la certificación de que las actividades del foro son "neutrales de carbono", es decir, que las emisiones de bióxido de carbono relacionadas con el foro (incluyendo el transporte de 4 mil participantes) serán neutralizadas por la siembra de árboles en un "mercado emergente". Pero precisamente este tipo de medidas son las que provocaron la desintegración del régimen de Kyoto sobre cambio climático, hace tres meses, en La Haya.

Las personalidades reunidas en Davos están preocupadas por la promoción de sus negocios, no por entender los problemas que aquejan al planeta. Dentro de un mes se realizará otra reunión del Foro de Davos, pero esta vez en Cancún. El contexto económico nacional estará marcado por perspectivas desfavorables en todos los indicadores económicos. En contraste, la marcha del EZLN generará una expectativa política de primera magnitud. El tótem del tedio comercial quedará reducido a polvo.