MIERCOLES Ť 31 Ť ENERO Ť 2001
Grave peligro por asentamientos en cerros y barrancas del DF
Con la lluvia, esto va a explotar un día
Miles de familias construyeron
sus viviendas en zonas de alto
riesgo. Ejidatarios y comuneros
aseguran que los problemas
agrarios, imbricados con los
de desarrollo urbano y rural en
el Distrito Federal, requieren de acciones enérgicas inmediatas,
y demandan políticas agrarias
que partan de las necesidades
de nuestros pueblos, de la defensa
de los territorios y la protección
de los recursos naturales
ROSA ROJAS/ II
El riesgo es real. En Ixtlahualtongo, Tierra Colorada y otros parajes del ejido San Nicolás Totolapan, delegación Magdalena Contreras, las miles de familias que viven en casas colgadas de las laderas de cerros y barrancas, junto a los arroyos, han tenido suerte "porque no ha llovido como llovía, pero esto un día va a explotar", advierten Gerardo Camacho Molina. presidente de la junta de Sanidad Vegetal del ejido, y el representante comunal Roque Nava.
Ejidatarios y comuneros de áreas rurales del Distrito Federal subrayan que la gravedad de los problemas agrarios, imbricados con los de desarrollo urbano y rural, requieren de acciones enérgicas inmediatas, tanto por parte de las autoridades del gobierno capitalino como de las federales.
Demandan, como lo hicieron por escrito desde 1999 al entonces titular de la Secretaría de la Reforma Agraria, "la elaboración de políticas agrarias que partan de las necesidades de nuestros pueblos, de la defensa de sus territorios y la protección de los recursos naturales que dan vida al Distrito Federal".
Denuncian que en las comunidades San Mateo Tlaltenango, Milpa Alta, Santo Tomás y San Miguel Ajusco, San Francisco Tlalnepantla y San Pedro Atlapulco, así como en los ejidos de San Nicolás Totolapan y San Gregorio Atlapulco, la constante es el crecimiento de asentamientos irregulares en sus tierras. Y, a pesar de las quejas presentadas en las delegaciones respectivas, el común denominador ha sido la inacción de las autoridades o el tortuguismo.
A continuación, un panorama de la situación en los lugares recorridos:
San Nicolás Totolapan
En el ejido San Nicolás Totolapan, delegación Magdalena Contreras, Camacho Molina y Nava González mostraron, durante un recorrido, cientos de casas precariamente construidas en las laderas de las barrancas de la zona montañosa.
En Ixtlahualtongo y Tierra Colorada hay 40 asentamientos irregulares, en los que viven cerca de mil familias, es zona de uso común que fue vendida "con la complicidad de comisariados ejidales, casi siempre de la CNC (Confederación Nacional Campesina, del PRI)". Se hicieron denuncias en la delegación, pero se dejó crecer el problema y la gente se fue asentando en laderas con pendiente muy alta de barrancas, junto a donde se pretende que pase la carretera Colegio Militar-Contadero.
El año pasado reubicaron sólo 40 viviendas como resultado de que con los derrumbes de la época de lluvias de 1999 hubo cuatro muertos. Hay un plan parcial de desarrollo mediante el cual se pretende reubicar en 70 hectáreas de los parajes Subestación, Gavillero y Tecutlapa, en suelo de conservación, a unas 3 mil familias. Ejidatarios y comuneros se oponen a este plan porque simplemente abriría a la urbanización incontrolada otra zona montañosa aún intocada.
Ambos manifiestan que a pesar de que se trata de una zona de conservación, el material para construir viviendas entra sin restricción alguna. Tampoco hay obstáculos para los camiones materialistas que van a tirar cascajo a las barrancas, taponando el cauce de los arroyos. Ni recibieron respuesta de la delegación ante las denuncias de que comisariados cobraban 50 pesos por camión de cascajo que dejaban pasar.
En 1924 y 1936 se dotó a San Nicolás Totolapan, como ejido, con 2 mil 704 hectáreas, luego de que se declararan "apócrifos" los títulos virreinales de 1535: el Códice Techialoyan y una Merced de 1563. "Sin embargo, el Archivo General de la Nación acaba de declararlos auténticos", afirmaron, y mantienen los documentos celosamente guardados en una bóveda bancaria.
Ahora la comunidad, buscando su reconstitución como tal, tiene instaurado expediente de reconocimiento y titulación, argumentando que existen más de 300 hectáreas libres.
Sobre el particular, el magistrado del tribunal unitario agrario 24, Jorge Gómez de Silva, informó en entrevista que el expediente ya está listo para resolución y que, "en efecto, se detectó una superficie libre que puede considerarse como bien comunal. Estamos a la espera de que el ejido de San Nicolás Totolapan, que reclama que son bienes ejidales y no comunales, haga valer sus derechos y eso se resuelva como una controversia".
ƑQué ocurre en tanto por esta indefinición jurídica? Camacho Molina explica que actualmente existe en el ejido "una parcelación de hecho, no de derecho; la gente cuida su parcela pero la de junto se les va. La especulación, con la complicidad de comisariados, se ha dado en la tierra que no es de nadie (la que está peleando la comunidad)". Al ejido le han expropiado 500 hectáreas que fueron invadidas lo mismo por priístas que por perredistas o el Movimiento Popular Independiente (MPI) para desarrollo urbano.
También han detectado "paracaidismo profesional: hay gente que estuvo primero en Santa Ursula o Santo Domingo, luego
en el Pedregal de San Nicolás, y después en el Sector 17 o en Bosques".
En la actualidad se siembran unas 400 hectáreas. "En todas las barrancas hay agua, es una zona de escurrimientos. Si se llega a erosionar, toda el agua y el lodo van a ir a dar a la ciudad. Y la Comisión de Recursos Naturales del DF (Corena) se la pasa vigilando la parte alta, donde existe bosque de oyamel".
San Mateo Tlaltenango
A la comunidad agraria de San Mateo Tlaltenango, delegación Cuajimalpa, por la zona boscosa de Valle de las Monjas, le quedan sólo 120 hectáreas sin conflicto de las mil 954 que le fueron reconocidas y tituladas en 1981 a 336 comuneros y sus familias, informaron Margarito García Cortés, presidente del comité de vigilancia de bienes comunales, y Juan Luis Flores, Sabino Cortés Flores y Vicente Razo, miembros del mismo.
La comunidad cuenta con un parque ecoturístico, Los Laureles, con área de recreación, un criadero de truchas con restaurante, un venadario y un vivero con 240 mil arbolitos para reforestar el bosque, a la orilla del aún límpido río San Borja.
En 1913, con base en su título primordial de 1534, comuneros de adherencia zapatista presentan solicitud de restitución de sus tierras. Pero les dotan como ejido 277 hectáreas en 1936.
A fines de los 60 y principios de los 70 el ejido empieza a pactar la expropiación de tierras, por lo que se retoma el trámite de reconocimiento y titulación. En 1981 le reconocen mil 954 hectáreas, incluyendo mil 529 del Desierto de los Leones.
Quedan en conflicto con Santa Rosa Xochiac 720 hectáreas y 542 hectáreas con Magdalena Contreras por conflicto de límites. La comunidad también tiene litigio con San Lorenzo Acopilco por 480 hectáreas y 113 en Loma de Pachuquilla con el ejido de San Mateo Tlaltenango.
En 1983 el gobierno expropia mil 529 hectáreas del parque Desierto de los Leones, pero "la comunidad sigue teniendo juicios de amparo combatiendo los vicios de origen del decreto de expropiación y mantiene la posesión del parque Desierto de los Leones. Tiene retenes en la entrada y pide cooperación de 10 pesos para apoyar el vivero forestal". Ahí, explicaron, está latente la amenaza del uso de la fuerza contra los comuneros desde que estaba la anterior delegada, Jenny Saltiel, actual secretaria de Transportes del GDF.
La comunidad pierde el control sobre los nuevos pobladores
Informaron que en 1988 la comunidad perdió 306 hectáreas ante Loreto y Peña Pobre. Luego Loreto le vendió a Carlos Slim, y este a su vez cedió parte de esas tierras a Televisa, a las familias Cañedo White, Azcárraga Milmo y Diez Barroso.
Otro problema grave, indicaron los entrevistados, es el crecimiento de la mancha urbana sobre San Mateo.
El ejido ha hecho cuatro aportaciones de tierra -parte en la zona en litigio con la comunidad- a sociedades inmobiliarias como el Club Hípico La Sierra, el Grupo Inmobiliario Leos y las inmobiliarias Cucats y Los Prados, que da lugar al club de golf Reforma. Por otro lado, con inmobiliaria Ako y Promotora Bosques, da lugar a la sociedad Río de Santa Fe.
"El problema es que esas tierras eran patrimonio territorial del pueblo, que pierde control sobre quienes llegan a habitarlo; hay temor de que se eleve el costo de la vida, aumente el valor del suelo y la gente nativa sea expulsada, se convierta en colonia y el pueblo desaparezca. En este proceso, que inició el ex regente Manuel Camacho Solís, no está interviniendo el pueblo. Quienes van a tener acceso son personas de mucho dinero. En Santa Fe llega a costar hasta 3 mil dólares el metro cuadrado".
"El gobierno 1997-2000, Cárdenas-Rosario Robles, incorpora al Plan Parcial de Desarrollo Urbano de Santa Fe parte de lo que era el ejido de San Mateo y parte que era propiedad privada, pero estaba el pueblo de Tlaltenango y casi toda esa tierra está en área de conservación. La Corena opinó que eso no era viable (oficio OOSMA01/1000/01011/2000), estableció que esa zona es reserva de flora y fauna, y eso contraviene lineamientos y políticas de desarrollo definidas sin que se puedan tomar medidas para mitigar", manifestaron.