MIERCOLES Ť 31 Ť ENERO Ť 2001

Ť El 2 de febrero en el DF y el 3 en Guadalajara

Festejará Santa Sabina 12 años de hacer música, en el Hard Rock

JUAN JOSE OLIVARES

Los integrantes de Santa Sabina (la Santa como se le conoce) nunca imaginaron que luego de pisar por primera vez el local Salón de los Aztecas -2 de febrero de 1989- llegarían a celebrar su 12 aniversario con seis discos en su haber y miles de seguidores. Y lo harán este viernes 2 de febrero con un recital "retrospectivo" en el Hard Rock Live y el día siguiente en el local del mismo nombre, pero en Guadalajara.

La de Santa Sabina es una historia de 12 años "de vivir experiencias de aprendizaje a nivel humano y musical, desarrollando cada vez más la capacidad de comunicarte con los demás", pero sobre todo de diseminar un rock muy ecléctico y profundo que ha sido percibido por diferentes generaciones de "fieles seguidores con los que se complementa el 50 por ciento de comunicación. Nuestras canciones son y han sido del público".

A 12 años, la Santa piensa que las disqueras cada vez son más prescindibles porque así los grupos tienen mayor control de sus grabaciones y no "se entra al juego de vender discos como tostadores, sin saber que es cultura lo que están vendiendo". De hecho, los sabinos lo hicieron al revés: comenzaron con disquera y terminaron haciendo un independiente. Y es que Santa Sabina "no es un grupo fenómeno que venda una canción casualmente sin que la compañía no trabaje. Nosotros somos de picar piedra con la gente".

Santa grabó a finales de 1992 su primer disco, con la producción del Alejandro Marcovich, titulado Santa Sabina. En 1994 concibió Símbolos, con el auspicio de Adrián Below (ex King Crimson). Posteriormente hizo Concierto Acústico, una edición limitada para auténticos fans, en el que la integridad musical se fusionó con espiritualidad y dedicación hacia sus escuchas.

Babel (1996) marcó una nueva faceta del grupo, aunque no tan alejada de su intensidad interpretativa, que le valió la adhesión de nuevos seguidores. El llamado Unplugged, grabado en la cadena MTV Latino, fue su segunda ofrenda acústica. Hasta que el año pasado los sabinos vislumbraron un nuevo horizonte: el de la autogestión con su álbum Mar adentro en la sangre, que fue sabina-2sin duda un viaje expresionista, traslúcido y más lleno de poesía.

Mar adentro... que ya tiene 10 mil copias vendidas en México y que algunas de sus canciones han sido incluidas en el sitio MP3 para un disco recopilatorio que cualquier internauta puede bajar de la red, "fue hecho, en parte, de una colaboración del Instituto de Cultura del Distrito federal" y el deseo de expandir sus fronteras sin esperar a que un emporio disquero lo medio hiciera por ellos. "Pedimos un apoyo, pero no tenemos deuda con el Instituto", dicen.

Son 12 años de Santa Sabina; de expresar su música y mostrar solidaridad, como el apoyo a los festivales de acopio (12 Serpiente y Gira Muévete) y ayuda a las causas sociales, como la del EZLN. "Por supuesto que participaremos en los actos que se hagan por la llegada de los zapatistas, no obstante que algunos medios traten de opacar este hecho", dice Rita, a quien secunda Poncho: "En cuanto a las máscaras nosotros hemos pensado que quienes las tienen son los diputados y senadores; los zapatistas están desenmascarados porque dicen una realidad".

Aunque lo más importante para los sabinos, agrega la siempre sensual Rita, es que luego de 12 años "sigamos disfrutando las tocadas; aceptarnos y descubrir que lo que nos une es el amor, que los problemas y los egos pasan a otro término, pero lo más relevante es la pasión por hacer música".

Y luego de alrededor de cuatro mil trescientos ochenta y tantos días de evolucionar dentro de un mundo musicalmente lóbrego y plagado de estéticas abstractas, Santa Sabina considera que sólo se mantiene por "la dedicación, honestidad, respeto mutuo, pero sobre todo -y como lo repitió Rita-, de cariño a la música": dardo que se ha incrustado en el corazón de su público.

Sin duda, este viernes es de celebración para Rita (voz), Alfonso (bajo), Jacobo (teclados), Pablo (guitarra) y Julio (batería), que junto con celo, un clarinete, un sax y unas percusiones que cobrarán vida por la sensibilidad de unos "amigos de otros grupos", acentuarán la "solidaridad gremial", premio para quien dedicó su leit motif a la sacerdotisa de los hongos de Oaxaca y la inmortalizó con eufónicos y hondos sentimientos.