Goya o los caprichos del juego de la oca
Ť mariana norandi Ť
El 6 de febrero de 1799 apareció un anuncio en el Diario de Madrid que ocupaba la primera plana. Anunciaba la venta, a 4 reales el grabado, de una colección de 80 estampas del pintor Francisco Goya y Lucientes que "censuraba los errores y vicios humanos". Se trataba de la brillante colección de grabados llamada Los Caprichos. Según Goya, estuvieron a la venta sólo "dos días", ya que fueron retirados del mercado bajo amenaza de la Inquisición.
LOS CAPRICHOS, por medio de un grotesco naturalismo, eran lo suficientemente agresivos como para ser prohibidos: atacaban flagrantemente a la Iglesia, a la superstición, a la aristocracia y a las costumbres sexuales de la época.
ESOS GRABADOS, junto a las posteriores series denominadas Desastres de la Guerra, Tauromaquia y Disparates, recobran vida en la obra teatral Goya o los caprichos del juego de la oca escrita y dirigida por Victoria Gutiérrez.
LA DRAMATURGA elige la forma de espiral del Juego de la Oca para unificar los grabados, en el cual, los actores van lanzando los dados y representando las imágenes goyescas, unas con movimiento, otras estáticas; unas con sonido, otras mudas.
CON CINCO actores, (Enrique Arreola, Gabriela Saldaña, Citlali Huezo, Abril Hernández y Gibrán Galaviz) además de una fantástica labor de iluminación y vestuario, se recrean más de 60 grabados que rescatan el espíritu más crítico y expresivo del padre de la pintura contemporánea.
LA CREADORA de esta obra expone: "Con este proyecto nunca me planteé explicar la vida de Goya ni narrar una anécdota biográfica. Sólo quería jugar con los grabados y que ellos mismos hablen en el inconsciente de cada persona".
Y EFECTIVAMENTE, en esta puesta no se cuenta la vida de Goya, se deja que sus grabados hablen por sí solos del artista y de lo que significó para la pintura y el pensamiento de la época. Según Victoria Gutiérrez, "esta obra la puede ver un público que no conozca los grabados ni a Goya. Lo importante es sentarse, observar y dejarse guiar por las imágenes".
LO QUE dice la directora es de sumo interés, pero al mismo tiempo carece de realidad intelectual. Es difícil asimilar esta obra si no se conoce la ironía del pintor, lo grotesco de su estilo, su pensamiento crítico y el contexto histórico del momento. La puesta en escena puede resultar divertida, de buen nivel plástico, expresiva, pintoresca, diferente, de una excelente demostración actoral y merecedora de halagos, pero si no se conoce mínimamente a Goya y su entorno, difícilmente se llegará a una comprensión integral o "te moverá las entrañas" como pretende Gutiérrez.
TODO ELLO no desacredita la obra, por el contrario, la hace más interesante y recomendable, pero de igual manera se aconseja acercarse al personaje y a su creación antes de acudir a verla, porque como dice su autora: "Esta es una obra que puede aclarar, pero también puede revolver, porque Goya es así".
GOYA O los Caprichos del juego de la oca, se presenta jueves y viernes a las 20:30 horas; sábados 19:00 y domingos a las 18:00 horas. Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart). Río Churubusco y Calzada de Tlalpan, colonia Country Club, estación del metro General Anaya.