MIERCOLES Ť 31 Ť ENEROŤ 2001
Ť En los últimos dos meses han ocurrido tres accidentes fatales
De la fama y la fortuna a la tragedia en el futbol
Ť Jugadores promesa han encontrado la muerte, la cárcel o inhabilitación física
NORMA ANGELICA HERNANDEZ PEREZ
En los últimos cinco años, al menos 20 personas han perdido la vida en accidentes automovilísticos, en los se han visto involucrados jugadores y equipos de futbol.
En la mayoría de los casos, la combinación exceso de velocidad, la falta de pericia y el estado de ebriedad son los principales factores que provocaron los percances y que han llevado a futbolistas que gozaban de fama y fortuna a la cárcel, al término de su carrera o incluso a la muerte.
En diciembre pasado y el presente mes de enero hubo tres accidentes que dejaron un saldo de siete personas muertas y la inhabilitación por una temporada de Ramón Ramírez, uno de los más brillantes jugadores mexicanos.
Los dos últimos percances cobraron la vida de jóvenes promesas: Pablo Hernán Gómez, campeón con Pachuca en el Torneo de Invierno 1999 (que murió instantáneamente junto con su esposa) y Pedro Peñaloza, de 20 años, quien se accidentó el 22 de diciembre del año pasado, un día después de que lo dieron de baja en los Pumas.
Antes, el 11 de diciembre, Ramón Ramírez embistió a un viejo auto en el que viajaba una familia, cuyos cuatro integrantes fallecieron, mientras que el seleccionado salió con rotura de talón de Aquiles en el pie derecho y esguince de primer grado en el tobillo.
Otro futbolista con un percance recientemente fue el delantero del Irapuato, Manuel Ríos, quien todavía con las marcas de las heridas en la cabeza entró de relevo en el partido de la fecha dos contra Cruz Azul.
Uno de los casos más sonados es el de Aurelio Rivera, jugador de Puebla, quien, en estado de ebriedad atropelló a dos personas en 1996 y las mató. Lo condenaron a seis años de cárcel, pero debido a su buena conducta salió a los dos años y regresó a jugar futbol.
En otro accidente ocasionado por el alcohol, Gonzalo Farfán atropelló a tres trabajadores de limpia y dos de ellos murieron. El ex jugador salió bajo fianza, pero se comprobó que manejaba alcoholizado. Esto opacó su inicio como director técnico, pues ocurrió luego de que como interino condujo al América hasta las semifinales de la liguilla del torneo de Invierno 1997.
En Guadalajara, tres prospectos vieron truncada su carrera. En noviembre de 99 César Andrade y Javier Amador, del Atlas, sufrieron un aparatoso accidente que le costó al primero la amputación de la pierna derecha y al segundo la imposibilidad de seguir como futbolista profesional por las lesiones que sufrió.
También en la perla tapatía, Alejandro Pérez, de las Chivas, se despedazó la rótula de la rodilla derecha el 31 de agosto de 2000 y está en rehabilitación.
El 1o. de noviembre de 1999, el portero Adrián Chávez atropelló con su Mercedes Benz a un ciclista y lo mató. Se comprobó que el jugador no iba alcoholizado y conducía a velocidad moderada.
En incidentes de los vehículos de los clubes, se recuerda cuando el camión en el que viajaba el equipo de Pachuca de la segunda división se quedó sin frenos y chocó cuando iba rumbo a Acapulco.
Fallecieron el director técnico Cesáreo Victorino, el entrenador de porteros, Jorge Salazar Martínez, los auxiliares técnicos José Francisco Oropeza Méndez e Isidro Félix Abreu y el jugador Vidal Camargo Montúfar, de 18 años, así como el adolescente Ezequiel Oropeza Hernández, hijo de Francisco Oropeza, quien murió cuando recibía atención médica. Ocho jugadores salieron heridos.
De igual manera, futbolistas del Gallos Blancos murieron en la temporada 86-87 y el elemento de las chivas José Martínez falleció en el autobús del Guadalajara tras un fuerte impacto.
En el ámbito internacional, Diego Armando Maradona se salvó de morir cuando chocó su auto contra un camión en Cuba, el 14 de septiembre del año pasado.