JUEVES Ť 1Ɔ Ť FEBRERO Ť 2001
Ť El gobernador del banco central niega diferencias con Hacienda sobre metas económicas
Mantendrá el BdeM la restricción monetaria un año más, dice Ortiz
Ť Los cortos no son responsables de que no haya crédito, señala; debe bajar la inflación, insiste
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
El Banco de México insistió en que la meta de inflación para este año no supere 6.5 por ciento, con el fin de que en 2003 el crecimiento promedio de los precios sea como máximo de 3 por ciento, al tiempo que anunció que mantendrá por un año más la política monetaria restrictiva, a través de la aplicación de los cortos, mecanismo que "puede ser revisado en el futuro", pero que hasta ahora ha sido eficiente para reducir las expectativas inflacionarias.
En conferencia de prensa, Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del banco central, dijo que la meta de una inflación no mayor a 6.5 por ciento este año no incorpora el efecto en el nivel de precios que podría derivarse de la eliminación de la tasa cero del impuesto al valor agregado en alimentos y medicinas, como pretende el gobierno federal.
"No sabemos si la reforma fiscal se va a dar o no. No podemos especular mientras no haya una propuesta, ni sabemos en qué medida una homologación del IVA -como pretende el gobierno- vaya a impactar en los precios. Cuando exista la propuesta, buscaremos que ese impacto no contamine las expectativas de inflación ni el precio de otros productos que no estén sujetos a esa alza", declaró.
El funcionario presentó este miércoles el informe sobre el comportamiento de la inflación en el último trimestre de 2000 y el programa de política monetaria para este año, ocasión que fue
aprovechada para defender la aplicación de los cortos como la mejor herramienta hasta ahora para contener las presiones inflacionarias, y que de paso sirvió para que Ortiz Martínez negara la existencia de diferencias con el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, sobre las posibilidades reales de crecimiento económico para este año.
"En diferentes círculos se ha mencionado que el corto perdió efecto para contener las expectativas de inflación, pero pensamos lo contrario", señaló en la conferencia, en la que estuvo acompañado por los integrantes de la junta de gobierno del banco central.
Después de reconocer que la economía mexicana enfrentará mayores dificultades este año, sobre todo por las "perspectivas sumamente inciertas en Estados Unidos", el principal socio comercial del país, Ortiz Martínez señaló que el banco central no suplirá el "corto monetario", que en la práctica implica una restricción, así sea marginal, de la liquidez, como instrumento principal de la política monetaria.
No descartó en un futuro -sin precisar fecha- la sustitución de ese mecanismo por uno alterno como la fijación de un nivel mínimo de las tasas de interés (ponerles piso), como hace la Reserva Federal de Estados Unidos.
Guillermo Ortiz sostuvo que el banco central no tiene diferencia de puntos de vista con la Secretaría de Hacienda sobre las posibilidades de crecimiento de la economía. La semana antepasada, Gil Díaz dijo que el PIB crecería 4.5 por ciento este año, mientras que el gobernador del banco central fijó esa tasa en 4 por ciento.
"La Secretaría de Hacienda hace bien en no estar modificando cada 15 minutos sus números. Pero entre el crecimiento que ellos prevén y el que el banco central anticipa no hay diferencia sustancial. No hay ningún desacuerdo en nuestras metas", señaló Ortiz.
Estimó que el financiamiento bancario, suspendido desde 1995, volverá a fluir en la segunda mitad de este año, aun cuando uno de los principales efectos de los cortos monetarios es el repunte de las tasas, que inhibe la contratación y otorgamiento de créditos.
Dijo que la preocupación empresarial sobre la falta de financiamiento no puede ser atribuida a la restricción monetaria establecida por el Banco de México. "Para que el financiamiento vuelva a fluir es fundamental que baje la inflación y, por tanto, las tasas. Con intereses altos es difícil que fluya el crédito. Por eso la inflación debe bajar, no hay de otra", apuntó. En el programa de política monetaria, el banco central recomendó que los incrementos salariales de este año no superen la inflación oficial prevista, de 6.5 por ciento, al tiempo que recomienda que el gobierno mantenga una posición fiscal sólida.