JUEVES Ť 1o. Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Conferencia de Gabriel Orozco en el Museo Tamayo

El arte crece como el universo, todo el tiempo se expande

Ť La palabra permite ''el tránsito de la obra por el mundo''

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

''El arte crece como crece el universo; todo el tiempo se expande. En el arte sucede igual, crece como un universo para cada individuo. Así es como aparecen las nuevas ideas. No sé por qué nos asombramos cuando surge un nuevo centro artístico". En esta expresión se resume la filosofía y el entorno conceptual dentro del cual se ubica la actividad creativa de Gabriel Orozco (Jalapa, 1962), tal vez el artista mexicano con mayor reconocimiento internacional, quien la noche del martes ofreció una conferencia en el Museo Tamayo, que actualmente acoge la muestra más grande que se haya hecho de su obra.

Ante una audiencia que atiborró el foro del Museo Tamayo, Orozco compartió conceptos y anécdotas que ilustran su relación con el arte, sus procesos creativos y sus opiniones sobre aspectos diversos: la perdurabilidad y fisicalidad de la obra; la crítica, la provocación, su rechazo al arte mitológico, el espacio, los museos, de sus exposiciones en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, etcétera.

Salpicada de aguda lucidez mezclada con ironía, la alocución del artista contó con la atención casi reverencial de los asistentes. En una de sus afirmaciones más categóricas, el autor de Caja de zapatos vacía sostuvo que es ''una mentira total la independencia entre el arte y la palabra; la palabra es la que continúa la idea de la obra y es a través de ella que la obra empieza a transitar por el mundo. Ninguna obra sería nada sin la palabra. Toda obra es -unas más otras menos- sujeto de discusión". Sea por su carga filosófica o histórica o por su intención mitológica.

La perdurabilidad, relación infinita

Acerca de la ''ecuación tiempo-perdurabilidad", señaló cómo ''un gesto", una intervención efímera en un espacio dado, por su impacto puede permanecer más tiempo que una obra en la cual su autor ha invertido meses o años. En otro momento hizo una reflexión que llamaba a reconsiderar la visión que se tiene de los trabajos menos importantes de un artista, incluido él: por un lado, sin ellos el artista no llegaría a sus mejores obras: ''La relación de perdurabilidad es infinita: una idea buena que acaba bien, seguirá viviendo". Y en cuanto a los ''malos trabajos, los de en medio, son infinitos en el sentido de que pueden ser algo más".

Como sea -apuntó Orozco- ''al final tal vez en mi obra en la mayor parte de los casos lo más importante es el encuentro de dos recipientes vacíos: la obra y el espectador. Cuando los dos se encuentran en el vacío es el momento más importante".

En su conjunto, así como ''la mayoría de mi trabajo se desarrolla de posibles centros, mi labor consiste en ubicar nuevos centros. Creo que las ideas artísticas se desarrollan de ese modo. La mayoría de las veces el arte sucede donde menos se lo espera uno".

A pregunta expresa de un asistente a la conferencia, Gabriel Orozco expuso su opinión sobre la crítica: ''Cada quien hace su trabajo y es su responsabilidad hacerlo con profesionalismo. Lo importante es que la crítica sea profesional, históricamente documentada y, lo más relevante, una buena idea, una idea novedosa. Yo tengo relación con los críticos, me interesa lo que piensan".

Cuando alguien le preguntó su opinión respecto del hecho de que en un museo su obra quedara fuera del alcance del ''pueblo", Orozco expuso: ''No creo que sea un problema de dónde; a mí no me interesa que en cada esquina haya una obra mía, no es esa mi relación con los espacios públicos. Lo que sucede en esos momentos físicos de la ciudad es muy extraño, no es una de mis prioridades. El trabajo que hago tampoco es muy fácil, tengo que hacer lo que me interesa y no creo que tenga que ver la clase social, sino un problema de individuo".

En otro momento de su conferencia, cuestionó el concepto ''espectacular" que se tiene de la museografía en México: ''Hay una crisis. Sé que puede ser cuestionable lo que digo, pero sí creo que en esa espectacularización del arte, la museografía está mediatizada, se melodramatiza". No obstante, reconoció que para la muestra de su obra encontró en el Museo Tamayo ''un espacio más noble de lo que esperaba". Y añadió que el extremo tampoco le gusta ni es posible, el de la ''ultraneutralidad del espacio".

(La muestra de Gabriel Orozco en el Museo Tamayo culminará el 4 de febrero.)