DOMINGO Ť 4 ŤFEBRERO Ť 2001

José Antonio Rojas Nieto

Remiendos nuevos en trapos viejos

Dice el Evangelio que no se rompe un lienzo nuevo para remiendo de uno viejo; rompería el nuevo y el viejo se desgarraría. Algo así está pasando con el nuevo gobierno en lo energético. Ejemplos. El primero el del gas natural. Frente al alza abrupta de precio, sin una reflexión de fondo sobre la mayor o menor pertinencia de sostener el vínculo ciego con el mercado del sur de Texas, se enfrentan las presiones de los grandes consumidores (sólo de éstos, porque los chicos presionaron mucho antes, sin éxito), y se determina un precio fijo de cuatro dólares por millón de BTU para los siguientes tres años. ƑPor qué este nivel?ƑSobre qué pronóstico?ƑQué hacer con los que se atengan a este nivel si el precio, como ya parece, más pronto de lo pensado se ubica por debajo? Pocas explicaciones. Hace falta, sin duda, el establecimiento de una nueva línea de política, no de remiendos.

Segundo ejemplo, el de la plataforma de producción de crudo. Ante el alza estacional de la demanda y una relativa saturación de la oferta, se sigue a la OPEP que disminuye en 5.6 por ciento su producción, pues, tardía y tímidamente, México reduce en sólo 75 mil barriles la suya: apenas 2.5 por ciento de su promedio anual (3 millones 12 mil barriles al día) y no más de 4.5 por ciento de sus exportaciones medias (un millón 652 mil barriles al día). También es un remiendo de política, más simbólica que efectiva, si consideramos que en invierno México exportó mucho más crudo a Estados Unidos y que por la ineludible caída de la vecina economía en los dos primeros trimestre del año, debiera reducirlo. ƑRealmente se quiere defender precio y recursos?ƑRealmente se quiere una nueva política de exportación una nueva política petrolera o sólo remiendos en trapos de una vieja política que hace mucho tiempo olvidó ciertos principios fundamentales definidos en aquel brillante -de veras que hoy se le puede caracterizar así- Programa de Energía de 1980.

Tercer ejemplo, el horario de verano. El decreto presidencial (de dudosa constitucionalidad, por cierto) es contundente: se ha utilizado como coartada un valioso estudio de la UNAM -más de 50 comisiones multidisciplinarias coordinadas por el Programa Universitario de Energía- cuyos resultados, sin duda, representan un avance importante en el análisis de la problemática tan diversa que se suscita con esta modificación de horario, pero que, por más que se diga, no justifican esa publicidad oficial de "enormes ahorros de electricidad" por el bien de México ƑNo prometió este gobierno actuar con la verdad por delante y siempre tratando de ir al fondo de los asuntos?

Cuarto ejemplo, el del precio del gas LP, de una gran inquietud social por el alza reciente, en parte explicada por cierta recuperación del precio internacional del crudo y sus derivados respecto al nivel de hace mes y medio, que motivó las aceleradas declaraciones oficiales sobre una reducción presupuestal; pero, sobre todo, por los altos impuestos. ƑNo hay necesidad de revisar a fondo estos altos impuestos de los precios de gasolinas, diesel y gas LP (mayores cuando la cotización internacional baja), en ocasión de la revisión fiscal que se hará en marzo a propósito de la impopular e inconsistente iniciativa de gravar alimentos y medicinas con IVA? ƑNo sería bueno también revisar la gravación a la producción primaria de crudo? ƑCerca de 30 mil millones de dólares de impuestos petroleros (derechos de extracción; impuesto especial a gasolinas, diesel, gas licuado y gas natural; IVA neto), que representarán entre cinco y seis por ciento del PIB del año 2000 no son buena oportunidad para repensar toda la fiscalidad en combustibles? ƑNo merece Pemex una consolidación de recursos propios antes de que -una vez más este nuevo gobierno- vaya a pedir dinero al extranjero?ƑNo es paradójico que se pida dinero fuera por temor a redefinir la fiscalidad de Pemex que, evidentemente, exigiría gravar con impuestos a sectores y actividades hasta ahora exentos?

Hay muchos ejemplos más: política de expansión del sector eléctrico, hoy concentrada en gas natural; desarrollo de fuentes desconcentradas y alternas de energía; política de control de emisiones de compuestos de azufre y de nitrógeno, clave, por cierto, en la comprensión de la crisis de California. Todos conducen a lo mismo: es urgente una revisión y una redefinición global e integral de nuestra política energética. No se pueden utilizar los lienzos nuevos -si los hay- para remendar los viejos. De veras que no.

Mi profunda solidaridad a Consuelo Licea y toda su famila