DOMINGO Ť 4 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Aceptan autoridades revisar casos de 34 mil migrantes

Suspenden en España su huelga de hambre unos 600 indocumentados

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 3 de febrero. Los cerca de 600 migrantes latinoamericanos, subsaharianos, paquistaníes, indios y magrebíes decidieron a las 4:30 de esta madrugada suspender la huelga de hambre que mantuvieron durante 14 días en ocho iglesias de Barcelona, luego de que las autoridades acordaron revisar el caso de 34 mil indocumentados a los que les negaron una visa de residencia y que estaban bajo riesgo de expulsión.

Pese a que el gobierno del presidente José María Aznar tildó de "chantaje social inaceptable" el ayuno de los trabajadores ex-tranjeros, un diálogo en el que sirvió como mediador el defensor del pueblo catalán, Antón Canellas, concluyó con el compromiso de Madrid de "no perseguir policialmente a los migrantes encerrados y revisar la mayoría de los expedientes rechazados en el procedimiento de regularizacion" de julio pasado, con lo que se conceden las principales peticiones de los manifestantes.

Madrid y Barcelona aceptaron revisar 85 por ciento de los expedientes rechazados y no expulsar a las 400 personas que son acusadas de falsificación de documentos.

Los inmigrantes, sin embargo, decidieron mantener los encierros en las iglesias hasta que haya una respuesta del gobierno a su petición de conceder permisos de residencia provisional por "razones humanitarias", figura en la podrían acogerse varias decenas de indios y paquistaníes.

Entre tanto, en Murcia 180 ecuatorianos, peruanos y marroquíes que exigen audiencia con el secretario de Estado para la inmigración, Enrique Fernández Miranda, co-menzaron una huelga de hambre.

Los 200 magrebíes que están en huelga de hambre desde hace cinco días en Melilla dijeron que continuarán con su protesta al menos hasta el próximo lunes.

Este sábado, y sin mencionar estas protestas, Aznar aseguró que "no estoy dispuesto a que los españoles pierdan una sola oportunidad", durante un acto proselitista de Manuel Fraga, quien pretende relegirse como presidente autonómico de Galicia, puesto que ha ocupado los últimos 20 años.

Fraga fungió anteriormente como ministro de Comunicación durante la dictadura de Francisco Franco.