LUNES Ť 5 Ť FEBRERO Ť 2001O
REPORTAJE
Doce soldados españoles podrían estar afectados
Exigen investigar sobre el síndrome de los Balcanes
Hace un año, Antonio Rodríguez López estuvo cuatro meses en la ex república yugoslava de Macedonia, frontera con Kosovo, como parte de una misión de carácter humanitario. Regresó a su natal Sevilla el pasado 13 de julio, donde murió dos meses después a causa de una leucemia aguda, en lo que se considera la primera muerte en España relacionada con la utilización de uranio empobrecido y plutonio durante el conflicto yugoslavo.
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 4 de febrero. El soldado español Antonio Rodríguez López pertenecía al aparato logístico que el ejército español envió el año pasado a la ex república yugoslava de Macedonia, en la frontera con Kosovo, en una misión de carácter "humanitario". Estuvo cuatro meses en la zona de conflicto y regresó a su natal Sevilla el pasado 13 de julio, donde murió dos meses después a consecuencia de una "leucemia aguda". La de Rodríguez López se considera la primera muerte en España relacionada con la utilización de uranio empobrecido y plutonio, en lo que se conoce como el síndrome de los Balcanes.
Patricia Rodríguez, novia del soldado español, narró a La Jornada: "cuando vi las primeras noticias sobre los soldados italianos muertos en circunstancias parecidas, lo primero que hice fue llamar a los compañeros de mi novio al cuartel, y fueron ellos los que me dijeron que estaban preocupados, pues una compañera desarrolló un linfoma, a mes y medio de haber regresado de Los Balcanes".
Al surgir los primeros informes sobre el síndrome de los Balcanes, el ministro de Defensa, Federico Trillo, negó ante el Congreso que el gobierno español tuviera datos sobre la utilización de municiones de uranio empobrecido en el conflicto de Yugoslavia.
El propio Ministerio de Defensa explicó a Rodríguez que la muerte de su pareja no podía estar relacionada con su estancia en los Balcanes, dado que él ni siquiera fue destacado en la zona donde hubo bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Pero la joven asegura: "Tengo fotos que mi novio se tomó con sus compañeros en zonas bombardeadas. También sé que muchos recogían restos de misiles como recuerdos".
Raúl Romeva, catedrático de derechos humanos de la Unesco y especialista en asuntos de armamento, explicó que se llama "empobrecido" al uranio que contiene una proporción del isótopo U-235 superior a la que de forma natural se encuentra en la corteza de la Tierra (0.714 por ciento), pero inferior a la del uranio enriquecido (3-5 por ciento), que conforma el combustible de los reactores nucleares.
El manejo de información
Willy Meyer, diputado de Izquierda Unida (IU, comunistas y republicanos, tercera fuerza en votos), fue quien interpeló al gobierno justo cuando la OTAN bombardeó Yugoslavia entre marzo y junio de 1999, y le preguntó si tenían informes sobre la utilización de productos químicos en los bombardeos a la nación balcánica.
"Nosotros estábamos ya muy preocupados desde que supimos que Estados Unidos había utilizado el uranio empobrecido en la Guerra del Golfo, basándonos en las pruebas que se habían hecho para intentar cambiar el tuxteno por el uranio empobrecido. Entonces ya nosotros teníamos la certeza de que Estados Unidos había usado uranio empobrecido en Irak", explicó Meyer.
Dijo también que durante los bombardeos a Yugoslavia, la participación española fue autorizada por el presidente del gobierno español, José María Aznar, sin respetar el requisito legal de que cualquier intervención militar debía contar con la autorización expresa del mando de la Organización de Naciones Unidas.
Hasta la fecha se conocen los casos de 12 militares españoles con padecimientos que pueden ser consecuencia de la exposición a uranio empobrecido, por lo que se ha reclamado desde diversas organizaciones sociales y políticas que se realice un estudio médico completo y a largo plazo, pues las consecuencias de la radiación pueden aparecer a los seis años de la exposición, y se cree que estuvieron expuestos al uranio los 27 mil soldados españoles destinados en la zona.
"Nosotros pedimos la destitución del ministro de Defensa por haber mentido en el Congreso de los diputados sobre la utilización de esas municiones perforantes, y la destitución del director general del Servicio de Intel igencia y Contrainteligencia (Cesid), el general Alejandro Calderón", apuntó Meyer, y agregó que es inverosímil la versión de que no fueron informados sobre la utilización del uranio por parte de la Alianza, pues la Cesid tiene una oficina especial, conocida como Otan, que recibe todos los documentos clasificados de Estados Unidos para los distintos gobiernos.
Romeva asegura que, independientemente de la vinculación entre el uranio con cuadros de cáncer, "la utilización de este tipo de munición perforante implica una violación a los derechos humanos, por que sus efectos no están demostrados" y, por lo tanto, viola la Convención de Ginebra de 1949 de Derechos Humanos.
Según el experto, hasta ahora sólo existe la constancia de la utilización del uranio empobrecido en la Guerra del Golfo, en Bosnia y en Kosovo; en los tres casos ha sido empleado en armamento estadunidense y británico. La fuerza destructiva del uranio empobrecido, combinado con las armas convencionales, "es mucho mayor, por ser de naturaleza piróforica, es decir que se inflama al impactar con el objetivo, y el intenso calor que produce este impacto funde el blindaje y lo penetra. La explosión produce una nueva mezcla de metales pesados y microparticular de uranio altamente tóxicas y radiactivas, que, al no desintegrase se dispersan en el aire y en la tierra, y pueden ingresar al organismo por ingestión, inhalación o contacto".
La utilización del uranio empobrecido en la industria militar ha sido frecuente desde la década de los 70, principalmente en Estados Unidos, que lo utilizó para "proteger" sus propios tanques y como contrapeso en aviones y misiles Tomahawk. Sin embargo, este tipo de munición perforante ha sido comprada o fabricada en unos 20 países más, entre ellos el Reino Unido, Francia, Canadá, China, Rusia, Grecia, Turquia, Irán, Israel, Taiwán, Corea del Sur, Pakistán y Japón.
Carlos García Alvarez, secretario general de la Oficina del Defensor del Soldado, explicó a La Jornada que "hay algunos datos que no sabemos, porque quienes tienen más datos son quienes más interés tienen en que no se conozcan. Lo que sí sabemos es que hay documentos del Pentágono, del ejército británico y el francés, que advierten de la peligrosidad de los efectos potencialmente nocivos para la sociedad civil y las tropas por la utilización de este tipo de munición perforante. Sabemos, además, que Estados Unidos y el Reino Unido son quienes utilizaron este tipo de armamento, aunque eligieron para el despliegue de sus tropas zonas no contaminadas, y fueron los ejércitos que no sabían de la utilización de este material los que desplegaron sus fuerzas en zonas contaminadas".
Mentiras inadmisibles
La Oficina del Defensor del Soldado considera inadmisible que las autoridades españolas hayan "mentido" y que ante las evidencias "niegan que exista un problema, luego de que se negó que existieran soldados españoles afectados". Agregó que cuando se comprobó que existían esos casos, la respuesta ha sido retar a la sociedad civil a probar la relación causa-efecto entre el uranio empobrecido y las enfermedades.
El diario El País informó recientemente que Aznar aprobó el pasado 1o. de enero una modificación a la Ley de Clases Pasivas del Estado, en la que el Estado se compromete a indemnizar a los mandos militares, pero no a los soldados, que "fallezcan o sufran incapacidad permanente, por accidente o enfermedad, en acto de servicio o como consecuencia del mismo". Es decir que aun cuando se reconociera el síndrome de los Balcanes en los soldados españoles, ni ellos ni sus familiares serían sujetos de indemnización.
El Instituto de Medicina Preventiva del Ejército ha extraído muestras de sangre a unos 2 mil soldados, entre los que se detectó la presencia de un alto nivel de plomo en al menos dos cabos, si bien todavía se esperan resultados de análisis realizados con el espectómetro ICP de masas, que permite medir el nivel de uranio en la orina, recientemente adquirido por el gobierno españo.
Este medición será vigilada por un Comité Científico de Asesoramiento, formado por seis profesores y doctores del ámbito universitario y sanitario, entre los figuran expertos en medicina nuclear, oncólogos, hematólogos y epidemiólogos.
No obstante, el ministro de Defensa español, Federico Trillo, insiste en abordar el tema basándose en las informaciones que recibe tanto del gobierno alemán como del secretario general de la OTAN, Javier Solana, que recalcan que "el uso del plutonio ha sido absolutamente residual por consecuencia de la utilización del uranio empobrecido".