En 1997, la UNESCO expresó su preocupación por la disminución en muchos países de los recursos públicos dedicados a las artes. El riesgo de esa reducción, explicó el organismo, sería el aumento de la tendencia mundial a la uniformización de los modos de pensar y de las producciones culturales, en favor de una ''rentabilidad máxima e inmediata; un peligro para la diversidad de la creación".
Si bien el sector privado ha manifestado un creciente interés en el apoyo al arte, en particular al impedir que se pierdan talentos creadores por falta de recursos, la UNESCO insiste en la importancia de que los Estados destinen fondos para respaldar a artistas y el desarrollo de la infraestructura requerida.
Durante 2000, el Consejo Nacional para la Cultura (CNCA) y las Artes ejerció un presupuesto de unos 3 mil 550 millones de pesos; la cantidad apenas se incrementó este año poco más de 10 por ciento.
Ante ese panorama, los museos de arte en México completan su presupuesto con los recursos que consiguen sus sociedades de amigos o patronatos, u organizando cursos y talleres. Lo que se recauda en taquilla no es de gran ayuda, a menos que se organicen exposiciones que convoquen a las masas, aunque el público deba recorrer las salas ''rapidito y de buen modo".
En opinión de la investigadora Graciela Schmilchuk, en México ''no existe un museo de arte popular y no alcanza lo que están haciendo los recintos existentes para recibir de manera adecuada a los públicos temerosos y poco instruidos. El arte jamás ha sido un fenómeno popular, es difícil que lo sea salvo con estrategias de publicidad televisiva muy fuertes".
Actividades de las asociaciones de amigos
En promedio, la entrada a un museo en México cuesta entre 15 y 25 pesos. En cambio, en Estados Unidos el acceso al de Arte Moderno de Nueva York tiene un precio de diez dólares; en Francia es un poco menor la tarifa, pero no baja de siete dólares; mientras que en España, por tres dólares, se visitan las importantes colecciones que resguardan el Centro de Arte Reina Sofía o el Museo del Prado.
En el Reino Unido, la importante subvención que el Estado otorga a la National Gallery de Londres hace posible que las piezas que alberga el inmueble (2 mil 300 pinturas y obras maestras del arte europeo occidental) puedan ser apreciadas por el público de manera gratuita.
Una de las apuestas de la pasada administración del CNCA en la materia fue el impulso al proyecto ''Munal 2000", que consistió en la remodelación del Museo Nacional de Arte ?se gastaron por lo menos 15 millones de dólares? para que obtuviera, entre otros beneficios, ''la posibilidad de atención a públicos más numerosos".
Ese recinto fue fundado en 1982 ''como respuesta a la demanda de la crítica, los estudiosos y amplios sectores de la sociedad". Entonces definió su vocación ''como espacio dedicado a coleccionar, conservar, estudiar, exhibir, interpretar y comunicar el arte mexicano desde el siglo XVI hasta la década de los cincuenta de la pasada centuria". Su acervo se conforma de 3 mil 500 obras.
El año pasado, con el cierre de la Pinacoteca Virreinal, casi 350 obras mexicanas de la época colonial se incorporan al Munal. La Pinacoteca se transformó en el Laboratorio de Arte Alameda, donde se exhiben manifestaciones de arte experimental.
Un ejemplo del impulso que las asociaciones civiles dan a los museos lo constituye el grupo que opera en el Museo Nacional de San Carlos, inaugurado en 1968. Difunde y exhibe arte europeo del siglo XIV a principios del XX. Su patronato fue constituido por iniciativa de Miguel Alemán Valdés en los años sesenta, con el fin de custodiar las obras de la Academia de San Carlos procedentes de Europa que no pasaron al acervo de la UNAM. Las gestiones de esta asociación propiciaron la compra del predio anexo al Museo para agrandar sus instalaciones y recibir obras de arte pertenecientes tanto a Hacienda como a colecciones privadas.
En 1995, Miguel Alemán Velasco, como miembro del patronato, colaboró en la terminación del edificio anexo y continúa las actividades de su padre para el mejoramiento de las instalaciones. Además del Patronato, el Museo Nacional de San Carlos tiene una sociedad de amigos, fundada en 1994; cobra 2 mil pesos por la membresía anual.
Respecto al Museo de Arte Moderno, fundado en 1964, su asociación de amigos logró recientemente la construcción de bodegas y la Sala Manuel Alvarez Bravo, dedicada a presentar fotografía.
La Sociedad de Amigos del Museo de Arte Carrillo Gil ?inmueble que alberga más de mil 700 piezas de la colección que el empresario yucateco Alvar Carrillo Gil donó a México en 1972? financia actividades educativas y de difusión, amén de contribuir a la adquisición de obras de arte contemporáneo.
Resurgiría centro cultural de Televisa
Televisa también tiene su historia en el ambiente museístico. En 1976, al asumir ''un compromiso cultural-educativo", signó un convenio con la UNAM e instituyó la Fundación Cultural Televisa (Fucutel).
Bajo el patrocinio de esa instancia y del Grupo Alfa, se inauguró en 1981 el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo. El recinto cuenta con un acervo de más de 300 obras, perteneciente a la colección del artista, fallecido en 1991.
En 1986, por decreto presidencial, el museo pasó a formar parte del Estado, administrado por el INBA. La Fundación Olga y Rufino Tamayo financia algunas actividades; adicionalmente a esa labor, en 1999 se creó el Círculo Contemporáneo, un ''grupo interdisciplinario de profesionistas interesados en el arte".
Al quedarse sin el Museo Tamayo, Televisa transformó el inmueble que albergó el centro internacional de prensa del Mundial de Futbol México 86 en su Centro Cultural/ Arte Contemporáneo, donde organizó llamativas y multitudinarias exposiciones durante 12 años y que fue cerrado debido a un recorte presupuestal. La Fucutel canceló actividades.
La colección permanente de ese recinto fue embodegada. Una pequeña parte de ella se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo, en Monterrey. Está constituida por más de mil piezas de pintura, escultura, grabado, arte-objeto e instalación, además de las mil 755 fotografías que Manuel Alvarez Bravo les cedió.
La Fucutel será ''reactivada" este mes, informó en 2000 Emilio Azcárraga. Se espera que, de nueva cuenta, la empresa busque tener su propio museo de arte.
Museos oficiales: El Palacio de Bellas Artes es considerado el recinto más importante de México que exhibe obras de autores ''de alto renombre". Se inauguró el 29 de septiembre de 1934. En 1947 el edificio se adaptó para ser la sede del INBA. En 1984 se ubicó ahí el Museo Nacional de Arquitectura. Diez años después se remodelaron las principales salas de exposiciones (la Nacional, la Paul Westheim y la Justino Fernández). El inmueble alberga los murales de Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Jorge González Camarena, Roberto Montenegro y Manuel Rodríguez Lozano. Apenas hace un año se conformó su sociedad de amigos, que no cobra la membresía. Para obtener fondos organiza actividades sociales.
El Museo de la Ciudad de México se creó en 1960 para ''acercar al visitante al pasado y al presente cultural" del DF. Es administrado por el Instituto de Cultura de la Ciudad de México. Su colección permanente está formada por objetos de arte de la época prehispánica al siglo XX. Organiza exposiciones temporales y programas educativos para niños; tiene una sala especial acerca del cauce del agua. En su financiamiento participan, además del ICCM, una sociedad de amigos y un patronato.
El Museo Nacional de la Estampa se creó en 1986 por decreto presidencial. Se dedica a conservar y difundir el arte gráfico en México; su acervo es de más de 30 mil piezas que van de la época prehispánica y la estampería religiosa de la Colonia a las obras más representativas de José Guadalupe Posada.
Ex Teresa Arte Actual se abre en 1993, destinado al ''arte especializado en tendencias, lenguajes y soportes contemporáneos". Por su concepto, explica el CNCA, ''no realiza muestras que saturen las salas; la mecánica consiste en invitar a los artistas a que realicen una o dos piezas a partir de una reconceptualización espacial y conceptual del espacio".
Museos de empresarios y coleccionistas privados: El Franz Mayer abrió sus puertas en 1986. Debe su nombre a que resguarda la colección de una de las primeras personas que realizó una donación de arte ''a gran escala". Nacido en Alemania y afincado en México, Mayer reunió piezas de ''arte aplicado" o decorativo. Hizo importantes adquisiciones en el campo de la pintura. El recinto muestra objetos producidos entre los siglos XVI y XIX en México y España. La instalación del Museo salvó de su desaparición un monumento colonial: el ex hospital de San Juan de Dios, fundado en 1582. El inmueble fue restaurado de manera conjunta por el gobierno y un fideicomiso.
El Museo Soumaya pertenece a la familia Slim Domit. Exhibe unas 120 esculturas de Auguste Rodin, la más importante colección de este autor en América Latina y una de las tres más completas del mundo. Forma parte del centro comercial que Carlos Slim construyó, a principios de los años noventa, en el terreno que ocupaba la fábrica de papel Loreto y Peña Pobre.
Museos universitarios: Las instalaciones del Museo Universitario del Chopo se fabricaron en el extranjero en 1902 y fue traído a México para albergar exposiciones industriales. En 1910, durante los festejos del Centenario de la Independencia, albergó la exposición de arte industrial de la delegación japonesa. De 1913 a 1964 fungió como Museo de Historia Natural. Desde 1929 pertenece a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En 1975, después de dos años de trabajos de restauración y rehabilitación, se inauguró como Museo Universitario del Chopo. En la actualidad se especializa en ''exposiciones de artes visuales de vanguardia, proyectos experimentales, propuestas de grupos marginales y artistas jóvenes". Entre su acervo incluye obras de Francisco Corzas, Pablo O'Higgins, Lucía Maya, Manuel Felguérez, Raúl Anguiano y Boris Viskin, entre otros, que se encuentran embodegadas.
El Museo Universitario de Ciencias y Arte, en 1998, después de un cambio de administración, organizó la exposición 68, 30 años después, una de las más exitosas en su historia, la cual fue visitada por casi 80 mil personas. A partir de entonces su programa de muestras de arte contemporáneo busca la presencia de creadores, coleccionistas e investigadores vinculados con la Universidad Nacional Autónoma de México.