ENTREVISTA
En nada ayudaría al partido tener dirección provisional y líderes intermitentes
ELENA GALLEGOS /II Y ULTIMA
Con la derrota llegaron "algunas" deslealtades, comenta Francisco Labastida Ochoa, pero asegura que él está empeñado en construir cotidianamente su nueva realidad "porque no hay nada más autodestructivo que quedarse mirando el pasado".
Después habla de su partido, el PRI: dice que el Consejo Político Nacional debe ampliarse y ser más incluyente. Se manifiesta contrario a la práctica de cambiar y cambiar dirigentes. Aclara que puede opinar del proceso desde la tranquilidad de quien no aspira a alguna posición partidista. "No tengo ningún interés personal. No busco ningún puesto de dirección ni ser diputado en la siguiente Legislatura ni cosa por el estilo. No me guían intereses ni apetitos personales".
A lo largo de la reflexión que hace de su campaña, vuelven a la conversación los sucesos relacionados con la polémica que surgió en torno a las soluciones que debían darse a los problemas de los jubilados, los autos chocolate y los fraudes en las cajas de ahorro. Conviene en que mientras el PAN se inclinó, entonces, por medidas que hoy rechaza "porque aquel era sólo un acto publicitario", los priístas se opusieron a las iniciativas de ley que daban salida a esos conflictos, "en contra de lo que ellos pensaban y por apoyar una decisión de gobierno".
El fin de la cultura de la sumisión
-¿Cuando usted menciona este asunto se refiere a la cultura de la sumisión?
-Ahora -ataja-, el partido gana en libertad, los legisladores expresan lo que ellos creen, defienden sus convicciones, se discute colectivamente para fijar una posición. En ese sentido el partido gana y ganan sus diputados y senadores.
"Por esta cultura de la línea no se expresaban las posturas y la gente decía: 'bueno, ¿qué este señor no tiene opinión?, ¿no habla?'. Esto es algo de lo que vamos a ganar y aflorarán buenos cuadros, militantes de avanzada que piensen bien y a fondo acerca de los problemas del país".
-¿Cómo ve la "sana distancia" que ahora los analistas dicen que no era tan sana, ya que removían una y otra vez dirigentes del partido?
-En estos años ha habido demasiados presidentes del partido. Mariano Palacios Alcocer, por ejemplo, fue un muy buen dirigente. Hace unos días me plantearon la posibilidad de que hubiera un presidente provisional para elegir luego a otro presidente. Yo les he dicho a varios de mis amigos: '¿vamos a seguir con esta postura de cambiar dirigentes intermitentemente?, ¿vamos a desgastar a nuestros líderes con cambios tan frecuentes? ¿Eso va a funcionar?'. Yo estoy convencido de que no.
"Por el contrario, debemos razonar muy bien y llegar a consensos sobre quién debe integrar la dirección y examinar, desde luego, la conveniencia de que Dulce María Sauri se quede. Ella no fue electa para año y medio, sino para cuatro. Se ha comportado con dignidad, honestidad, yo diría que hasta con gallardía. Estoicismo, incluso.
"Por otra parte, si llega una dirección temporal, ¿cómo va a tener capacidad de interlocución con el gobierno, con los legisladores, con los gobernadores, con los sectores del partido? ¿Cómo va a enfrentar las elecciones que se avecinan?".
Es insistente: "si Dulce decide quedarse, la posición debe ser fortalecerla. Hagamos un núcleo en torno a ella, y cuando digo 'hagamos' me pongo en el plan de uno más de los militantes del partido. Lo he dicho y lo refrendo: no ando buscando la presidencia ni algún otro puesto en el PRI. Por eso hablo con toda tranquilidad. Mi interés es que el partido defienda sus tesis originales y coadyuve al avance de México, no al retroceso".
-Después del 2 de julio se dijo que un grupo de ex presidentes propuso que usted dirigiera el partido.
-Me lo propusieron, pero yo les expresé que, en ese momento, asumir la dirección del partido significaba abrir fracturas y lo que necesitábamos era cohesionarnos.
-¿Creía, entonces, que los priístas depositaban en usted toda la responsabilidad o la culpa de lo que había pasado?
-No tanto por eso. Creí que se abrirían las fracturas generadas durante el proceso interno.
-Hace unos días se dijo que Diódoro Carrasco podría ser el presidente interino y Roberto Madrazo el definitivo, ¿hay ya un acuerdo?
-He conversado con muchos militantes del PRI. Legisladores, gobernadores y con Madrazo, Roque y Bartlett. Les he expresado mi convicción de que una dirección temporal no ayuda y que nadie puede decidir solo lo que ocurrirá en el partido. Hay una discusión y un intercambio muy rico de ideas, pero hablar ahora de acuerdos entre dos o tres personas pues no dejaría de ser eso: un acuerdo sólo entre un pequeño grupo, y las decisiones deben tomarse, como le dije, por consenso o por abrumadora mayoría.
"El PRI debe tomar pronto una decisión y reunir, a la brevedad posible, al Consejo Político Nacional ?anoche se supo que será el próximo día 28?. Lo tiene que hacer antes del 15 de marzo, que es una fecha límite porque se abre el periodo legislativo en el que se debatirán asuntos fundamentales para el país, como la iniciativa de Ley sobre Derechos y Cultura Indígenas y la reforma fiscal. Tenemos que trascender el debate sobre el partido para meternos en esos temas".
-¿Cómo observa la participación de los gobernadores en la toma de decisiones en el PRI?
-Me parece muy positiva. Creo que con los líderes de los sectores, de los sindicatos más importantes y de las cámaras en el Congreso se tienen que discutir los temas más relevantes del partido y de la agenda nacional. Creo también que el Consejo Político Nacional debe ampliarse para que en él estén todos los gobernadores y haya más presencia de los alcaldes, de los diputados locales; hacer, pues, un Consejo Político más incluyente.
-Frente a un gobierno como el de Fox, con una gran popularidad, ¿cuál debe ser la actitud del PRI como oposición?
-El PRI debe pensar en la responsabilidad que tiene frente al país. ¿Qué significa esto? Que cuando venga una iniciativa de ley que creamos es conveniente para el país, la apoyemos, sea popular o no. Y cuando consideremos que no, busquemos modificarla.
"Cada proyecto se debe valorar en la inteligencia de que estamos tratando de que nos vaya mejor a todos. Nadie puede apostar al fracaso del gobierno. Los priístas debemos responder con independencia a veces a favor y a veces en contra".
-¿Qué debe defender ahora el PRI?
Las causas de las mayorías
-Las causas de las mayorías y un proyecto de nación consistente con nuestra historia. Bien se dice que quien desconoce su origen, su pasado, no puede saber con claridad hacia dónde quiere ir.
-¿Qué pasa con los Labastida?
-A nosotros nos ocurre que en momentos como estos estamos mucho más unidos. Ella ?habla de su esposa, la doctora Teresa Uriarte? está muy bien. Es una mujer espléndida.
-¿Y ahora cómo se siente Francisco Labastida?
-Estoy pasando un periodo, diría que de amplias satisfacciones en algún campo... en el personal, en las relaciones con mi familia, con mi mujer, con mis hijos. He tenido más tiempo para estar con ellos y también para mí mismo. Veo a mis amigos, leo, estudio cosas, trabajo en proyectos de fondo sobre las inquietudes que recogimos en la campaña y cuyos resultados pondremos en manos del partido.
"Me han dicho: 'oye, con la derrota vienen muchas traiciones y deslealtades'. Bueno, obviamente sí han venido algunas, pero han sido las menos. Y al lado del 'no te conozco' hay amigos de una sola pieza. ¡Extraordinarios! Me siento gratificado por las demostraciones de amistad, lealtad y compañerismo. Ahora, las trincheras desde las que lucho por lo que creo son distintas, pero todas son válidas".
-¿Cuando se está tan cerquita del poder-poder y no se llega, luego se vive el abandono, por ejemplo, los que se decían labastidistas y ya no lo son?
-Obviamente una derrota de esta magnitud lo afecta a uno. Las cosas que uno deseaba hacer ya no se van a poder realizar. Eso afecta. Pero no hay nada peor, nada más autodestructivo que quedarse viendo el pasado. Uno tiene que buscar construir cotidianamente su nueva realidad y en eso estoy.