MIERCOLES Ť 7 Ť FEBRERO Ť 2001
Activistas homosexuales se confrontan con los conservadores
Las bodas gay dividen a EU
AP
Nueva York, 6 de febrero. El primer año de gobierno del presidente estadunidense George W. Bush será un campo de batalla en una lucha que seguramente dividirá al país durante años, debido a que promotores de las garantías de los homosexuales se disponen a exigir el derecho al matrimonio, a la relación civil y a la sociedad doméstica.
Mientras tanto, grupos conservadores de defensa de los "valores familiares" aseguran que no "tirarán la toalla" en sus esfuerzos por evitar que se legalicen y se reconozcan las uniones entre homosexuales, y crearán más grupos destinados a convencer a personas homosexuales que cambien su orientación.
Holanda es el único país del mundo en el que se han legalizado, recientemente, los matrimonios homosexuales, que a diferencia de lo que se conoce como uniones civiles, prevé que la pareja goce de todos los derechos de un matrimonio heterosexual, incluido el de adopción. La única restricción a esto en Holanda es que la pareja sólo tiene permitido adoptar a un niño holandés, para evitar problemas con otros países donde no está permitida una adopción así.
En Texas, los legisladores conservadores intentarán que este sea el estado número 35 que adopta una ley o enmienda constitucional que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras en Nueva York y Rhode Island se intentará legalizarlo.
En septiembre del año pasado los activistas celebraron el triunfo de una ley que autoriza las uniones civiles entre homosexuales en Vermont, aunque ven con preocupación la tendencia de otros estados de aprobar enmiendas que descartan tal posibilidad, precisamente para evitar otro caso como el de dicho estado.
Nevada deberá ratificar en el año 2002 la enmienda que prohíbe los matrimonios gay, pero la de Nebraska ya entró en vigor y es uno de los blancos del movimiento por los derechos homosexuales.
El grupo American Civil Liberties Union está preparando una demanda judicial contra la enmienda de Nebraska, que tiene más alcance que otras leyes, pues no prohíbe sólo el matrimonio, sino todo tipo de relación homosexual.
Esto es el ideal de asociaciones conservadoras que se oponen a cualquier tipo de unión entre personas del mismo sexo y que sostienen que las uniones civiles son "matrimonios homosexuales con otro nombre". Guyla Mills, presidenta de un movimiento en defensa de conservar la enmienda de Nebraska, aseguró que de muchos estados, grupos de "defensa de la familia" la han llamado para asesorarse sobre cómo pueden impulsar una enmienda que prohíba toda relación entre homosexuales y se quejó: "Se hace cada vez más difícil expresar oposición a los objetivos de los homosexuales por miedo a que a uno lo llamen promotor del odio".
Amy Desay, del grupo conservador Focus on the Family, definió así los recientes logros de las organizaciones que se oponen a las uniones homosexuales: "Hasta ahora, la mamá y el papá de la familia típica no consideraban estos matrimonios como una amenaza real, pero empiezan a despertar y a decir: 'no pueden obligarnos a aceptar cambios tan drásticos sin que nos enojemos muchísimo'".
En Texas, el representante conservador Warren Chisum presentó, sin éxito, en 1997 y 1999, una iniciativa de ley "de defensa del matrimonio heterosexual" y prometió presentarla nuevamente en el presente año por considerar que "después del fiasco de Vermont hay mejores posibilidades de que sea aprobada".
Según diversas encuestas, la mayoría de los estadunidenses opinan que las uniones homosexuales deben tener algunos de los derechos de las parejas heterosexuales, pero no el de un matrimonio pleno. De hecho, cada vez más empresas han empezado a reconocer como beneficiarias de una serie de prestaciones a la persona con la que vive el empleado, independientemente de su sexo. Sin embargo, es un hecho que el país está dividido entre el norte y el sur en este tema.