Ť Pagar porque nos publiquen ''es un crimen sin castigo'', considera el antologador
Zapata: lejos de estar en crisis, la poesía resurge y adquiere interés en el mundo
Ť Como nunca antes, ahora se traducen autores latinoamericanos en Francia y EU, dice
ARTURO JIMENEZ /II Y ULTIMA
La poesía no tiende a desaparecer ni pasa por ninguna crisis como afirman algunas voces, dice el escritor peruano Miguel Angel Zapata, antologador del grueso volumen Nueva poesía latinoamericana.
Más bien, sostiene, la poesía experimenta un resurgimiento y existe un interés en el mundo por conocer a los autores de los lugares más recónditos, incluyendo la poesía indígena y la poesía de la negritud.
''Los que suponen la desaparición de la poesía no saben lo que dicen", remarca, por si hubiera alguna duda, el autor de más de una decena de poemarios y libros de ensayos literarios.
Y para ello, argumenta, sólo hay que ver las numerosas antologías publicadas en otros países.
''Como nunca antes, ahora se traducen poemas de autores latinoamericanos en naciones como Francia o Estados Unidos, y lo mismo se hace en toda Latinoamérica y España con autores extranjeros. Y no sólo estoy hablando de César Vallejo, pablo Neruda u Octavio Paz."
Sucede, explica Miguel Angel Zapata, que cuando se habla de ''crisis en la poesía" se relaciona este problema con otro de índole económica:
''La poesía no se vende y los editores no te quieren publicar tus poemas. Es un horror que se tenga que pagar para publicar poesía. No se debe pagar, es un crimen sin castigo."
La prosa, recuerda, se vende más, pero hay pocos novelistas o cuentistas que pueden decir que han publicado buena poesía. ''Tal vez, durante todo el siglo XX, según dice Joseph Brodsky, el único escritor en prosa que llegó a ser un gran poeta es Thomas Hardy".
Superior a la narrativa
Incluso, para Zapata la poesía es un género mayor, es más antigua que la prosa y, por tanto, su esfera es superior. Y menciona el ensayo ''A poet and prose", en el que Brodsky señala que la poesía pertenece a una esfera más alta que la prosa, no sólo por lo anterior, sino por ''circunstancias implícitas en la elaboración de un texto poético y uno en prosa.
''Brodsky aclara que el escritor en prosa aprende de la poesía la dependencia de la gravedad específica de una palabra en contexto, su pensamiento concreto y enfoque, y la omisión de lo evidente.
''¿Y qué aprende el poeta de la prosa? No mucho, dice Brodsky: atención al detalle... en raros instantes la técnica de la composición (la mejor maestra para esto es la música). Sin embargo, dice el poeta ruso, todo esto se puede aprender de la misma experiencia poética, especialmente de la poesía del Renacimiento."
Después de preguntarse si el poeta puede sobrevivir sin la prosa, Zapata hace planteamientos para la polémica:
''Muchos poetas casi no leen prosa, porque llegan a aburrirse en las vueltas sin fin de una trama que no dice nada.
''En cambio está la música, la pintura, que se encuentran en su centro con la imagen y la metáfora de un trazo como una palabra. La Sinfonía concertante para violín y viola de Mozart, me da más que mil novelas."
La poesía, sin tiempo
Así, ante la cuestión de hacia dónde va la poesía, Zapata señala: ''Recuerdo lo que me dijo Alvaro Mutis en 1986, en la ciudad de México: que la poesía (latinoamericana) no va ni viene, la poesía es una permanencia, la poesía no tiene esa relación con el tiempo tan inmediata, tan lamentablemente periodística como se insiste en América Latina. La poesía no tiene tiempo.
''Razón de sobra tiene el gran Alvaro. Por eso ahora veo una vuelta, en los mejores poetas, hacia Quevedo, Fray Luis de León. Después de todo, a ellos hay que releer tanto como a San Juan de la Cruz y Santa Teresa.
''Lo mismo girar hacia Homero, Virgilio y Dante, a los franceses, italianos o chinos. O a la magnífica poesía estadunidense de los últimos años: Charles Simic, Mark Strand, Theodore Roethke, Louise Gluck". Estos cuatro, más Phillip Larkin, por cierto, traducidos por el propio Zapata.
Completa la idea: ''La poesía es una amalgama de signos y trans-textos, y no sólo podemos enmarcarla, como lo hacen muchos ingenuos, en la frontera de un solo país y limitarla a un signo provinciano".
Necesidad de antologías
?¿Qué dejó este arduo recorrido al investigador y al poeta Miguel Angel Zapata?
?El placer de haber leído cientos de libros de poesía latinoamericana, y la pena de no haber podido incluir a todos. También me di cuenta que el vivir en Estados Unidos me dio una ventaja: estar lejos de los conflictos internos y las broncas literarias que hay en cada país y que se precipitan luego de la publicación de una antología.
''Los poetas, que son los mejores antologadores, deben tratar de hacer una antología de sus poetas favoritos y publicarla. La verdad, hacen falta antologías. Las tres más recientes han sido publicadas en México. En Lima, Santiago, Buenos Aires, Caracas o Bogotá debieran publicarse antologías como la de Julio Ortega y de poesía joven latinoamericana para los lectores del futuro."
Como una especie de continuación de Nueva poesía latinoamericana, Zapata prepara otra antología pero ahora con poetas nacidos a partir de 1960. Además, se encuentra en prensa Al pie de la pluma. Ensayos sobre la nueva poesía latinoamericana. Y prepara Antología de la poesía mexicana contemporánea: 1960-2000, para la editorial El Santo Oficio, de Lima.
Entre sus poemarios destacan Imágenes los juegos, Poemas para violín y orquesta, Brookings Hall, Mi cuervo anacoreta, Lumbre de la letra y Escribir bajo el polvo. Y en ensayo, Metáfora de la experiencia. La poesía de Antonio Cisneros, El bosque de los huesos. Antología de la nueva poesía peruana y El pesapalabras. Carlos Germán Belli ante la crítica. Cuenta, además, con una maestría en literatura comparada y un doctorado en filosofía.