JUEVES Ť 8 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Misiva a legisladores
Exigen caficultores imponer aranceles a importaciones
Ť La actuación especulativa de Nestlé los afecta, afirman
MATILDE PEREZ U.
Considerar la problemática del café como un asunto de seguridad nacional, exigió el Consejo Consultivo Regional del Café (CCRC), de Soconusco, Chiapas, y solicitó a los diputados de los congresos estatal y de la Unión que actúen para que se emita una norma que imponga un arancel a las importaciones del grano aromático.
Miembros del CCRC alertaron sobre la inconformidad social que podría generar la indiferencia o una decisión tardía. Explicaron que los caficultores del Soconusco -la mayoría indígenas- producen 24 mil toneladas de café de la variedad robusta, equivalente a 80 por ciento del consumo nacional. Si el gobierno federal está interesado en "hacer de manera diferente las cosas, debe consensuar sus políticas con todos los sectores: productores, industriales y torrefactores, para planear la producción nacional", expuso Jorge Aguilar, asesor de los caficultores, y sugirió a los legisladores acercarse a los productores para conocer sus problemas y que se conviertan en parte protagónica.
Grave reducción de los precios
En un escrito firmado por el Consejo Consultivo de Organizaciones del Soconusco y el Movimiento Indígena Maya, los caficultores exponen que los precios actuales se están acercando a niveles tan bajos como en 1992, debido a la actuación especulativa de Nestlé, que tiene permiso para importar 600 mil sacos de café robusta, pero no ha comprado uno solo. Sin embargo, amenaza y presiona a los productores para que vendan su café a 4.65 pesos, "estamos ante un auténtico despojo y robo. Quien compre y beba el café de Nestlé saboreará un café con sangre y comprado con dolo". Según la revista Fortune, el año 2000 Nestlé obtuvo ganancias superiores en mil millones de dólares respecto de Coca Cola.
Aunque Nestlé afirme ante cualquier secretario de Estado que ya no importará café este año, el daño ya está hecho, la cosecha nacional se está comprando barata y miles de productores, principalmente de Oaxaca, Chiapas y Guerrero, podrían perder el patrimonio construido por generaciones, agregó Jorge Aguilar.
El gobierno federal se ha negado a intervenir para regular la sobreoferta artificial en la que incurrió Nestlé, y las instituciones relacionadas con el sector cafetalero actúan con gran lentitud e incluso "con prejuicios que dañan a los productores; argumentan que no tienen que actuar de manera populista ni en forma paternalista".
"Sabemos que esas importaciones -aún no realizadas por Nestlé- son un golpe psicológico al que responde el mercado y repercute en los productores. Además, el café importado procede de Vietnam, que recibe altos subsidios del Banco Mundial y en donde se paga 1.20 dólares por jornal, mientras en México el pago es de entre 3 y 4 dólares, y no puede hacerse ninguna comparación en las calidades", destacó.
La petición de los caficultores es clara: una tregua para que el sector reaccione y se consideren las bases jurídicas, técnicas, ambientales, sociales, productivas y de consenso en las decisiones.