JUEVES Ť 8 Ť FEBRERO Ť 2001
Prórroga de cinco años solicitan dueños de unidades
Los transportistas del país demandaron al gobierno no aceptar la apertura inmediata y total de fronteras al transporte de carga entre México y Estados Unidos y pedir una prórroga de cinco años, ya que los nacionales están en condiciones de desventaja y se puede generar un cierre masivo de empresas mexicanas. Los competidores podrían tomar el control de este sector estratégico y el mercado interno sufriría depredación de precios y barreras no arancelarias.
El presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), Miguel Quintanilla Rebollar, expuso en conferencia de prensa que no hay garantías de que mientras México cumpla con sus obligaciones de apertura al transporte de carga, Estados Unidos acepte este compromiso y, en la práctica, impongan condiciones, controles, reglamentos y otras barreras no arancelarias para que nuestros transportes no lleguen a su mercado, lo que generará un total desequilibrio en el sector y lo meterá una vez más en grave crisis.
Aseguró: "Da gusto haber ganado a Estados Unidos" en el panel de solución de controversias que revisó el caso de la apertura al transporte de carga, el cual estaba pactado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) desde 1995 y no había sido cumplido por la nación vecina.
No obstante, las diferencias entre los sectores de uno y otro país son abismales y los transportistas mexicanos se encuentran en franca desventaja, pues mientras la flota nacional asciende a 350 mil unidades, la de Estados Unidos consta de 7 millones y medio de camiones. Adicionalmente, los nacionales tienen costos más caros que sus competidores, en prácticamente todos los rubros, como son: combustible; peajes; mantenimiento vehicular; costo financiero y crédito, pues aquí el precio del dinero es tres o cuatro veces mayor que en Estados Unidos.
El autotransporte de carga no termina de salir de la crisis de 1994 y ahora tendrá que enfrentar una competencia feroz, indiscriminada, tiene un parque de 16 años de antigüedad y se encuentran en las carreteras camiones con 30 años de trabajo, sostuvo Quintanilla, y apuntó que se precisaría de inversiones por 1 mil 350 millones de dólares durante 10 años para mejorar este equipamiento.
Demandó a nombre de los transportistas del país que la resolución final del panel de controversias del TLC -en la cual señala que Estados Unidos tiene que cumplir con la apertura total al transporte de carga- se aplace cinco años y entre en vigor de manera gradual, no inmediata; asimismo que se apoye con créditos a este sector y se le otorguen beneficios gubernamentales para poder disminuir las asimetrías antes de abrir totalmente las puertas de nuestro país.
No se puede pensar que tan sólo con haber ganado el panel ya se resolvieron los problemas del sector, por el contrario, ya que son muy conocidas las prácticas de Estados Unidos en materia de intercambio, y si bien exigirá la apertura para sus transportes, pondrá trabas y condiciones muy elevadas, así como restricciones y regulaciones excesivas para que no pasen a su mercado los transportes mexicanos, los cuales quedarán en la revisión.
El dirigente de los transportistas también expuso que por parte del gobierno mexicano no debe haber "borrón y cuenta nueva" en este caso y que se debe imponer una sanción económica a Estados Unidos por no haber cumplido desde hace cinco con una medida a la que se comprometió.
Señaló que una apertura gradual hubiera preparado al sector mexicano para la competencia, además de que hay 184 empresas mexicanas de transporte que han pedido formalmente permiso para operar en Estados Unidos y no se les ha respondido. PATRICIA MUÑOZ RIOS.