SABADO Ť 10 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Oaxaca profunda, disco con el que rinde un homenaje a sus raíces

La grabación de campo es el testimonio de lo irrepetible y lo mágico: René Villanueva

Ť El músico e investigador vive uno de los momentos más productivos de su carrera

Ť Se despide del grupo Los Folkloristas y lleva muy adelantadas sus memorias

ANGEL VARGAS

El descanso es algo que apenas si tiene cabida en la actual dinámica existencial de René Villanueva. Inquieto y en continuo descubrimiento desde que vio su primera luz, hace casi siete décadas, el artista e investigador oaxaqueño no bien concluye un proyecto cuando ya tiene otro en marcha. Incluso, resulta raro no saberlo trabajando en varios de manera simultánea.

Así, con esa ansia vital y los cuidados de ''La Pajarita", como él llama con cariño a su esposa Beatriz Zalce, no sólo ha logrado mantener a raya una aguerrida enfermedad que lo aqueja desde hace poco más de un año, sino que ha restablecido en gran medida su salud y se asume en uno de los momentos más creativos y productivos de su carrera.

De ello rinde testimonio la gran cantidad de obras pictóricas que ha realizado de julio del año pasado a la fecha, cerca de una veintena y con las cuales planea montar dentro de unos meses una exposición.

Pero no sólo eso, también acaba de culminar una más de sus grabaciones de campo y, con ello, tiene consigo, listo, un valioso documento sonoro acerca de la riqueza de la música de su tierra natal.

Se trata del disco compacto Oaxaca profunda que, además de sumarse a otros ocho títulos suyos apoyados por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) como parte de un proyecto para rescatar y preservar el legado musical de México, guarda un significado especial para él, pues representa una suerte de ''modesto homenaje" a sus orígenes.

''Con este material busco dar un panorama lo más completo de Oaxaca, a través de su música. Es un mosaico de diversidades y convergencias; está lo mismo lo que se origina remotamente desde los abuelos y antepasados indígenas que lo que ha llegado de las costas de Sudamérica y se arraigó profundamente en las músicas y las danzas de cada una de las siete regiones del estado", subraya Villanueva.

Trabajo mágico

Recogidas en sistema digital, mediante minidisk, las 25 piezas que integran el disco representan un microuniverso del trabajo de grabación de campo emprendido por el músico y musicólogo desde hace 34 años, cuando adquirió su primera grabadora, y que le ha redituado una fonoteca cercana a 20 mil registros, de los cuales lleva clasificados 12 mil 500.

Villanueva es de los pocos que comprenden la valía de registrar en su hábitat natural las expresiones musicales de los pueblos de México: ''Este trabajo es fundamental y mágico, muy diferente a lo que se hace en un estudio, donde por la perfección se maquilla todo. La grabación de campo es el testimonio del momento, de lo irrepetible, cuando los creadores de la música tradicional ejercen su arte. Es recoger los conceptos, cuando el guajolote emite su ruido o un perro ladra mientras la anciana canta. Grabar eso y escucharlo desata la imaginación".

Su vehemencia lo mantiene en los preparativos de lo que considera será su más grande trabajo de campo, un material con la música y la danza de los concheros, proyecto que está por emprender.

Incansable, también detalla un par de discos con Los Folkloristas. El primero servirá para celebrar los 35 años del grupo -del cual es cofundador- y despedirse de éste y del público. El otro será un homenaje Cri-Cri, con temas que incluso los hijos del ''Grillito cantor" desconocen.

El músico, investigador, pintor, escritor y activista social lleva muy adelantadas sus memorias y no esconde su entusiasmo y emoción por el casi inminente encuentro que sostendrá con Marcos en la visita de éste al DF, para entrevistarlo no como insurgente sino como escritor y poeta.

(Oaxaca profunda será presentado hoy, a las 17:00 horas, en el Museo Nacional de Culturas Populares, en avenida Hidalgo 289, Centro de Coyoacán.)