D0MINGO Ť 11 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Con la inauguración de la muestra En el umbral del siglo, celebró su 99 aniversario

"¿Cómo puede un hombre cumplir tantos años?", se pregunta Manuel Alvarez Bravo

Ť La exposición reúne 57 fotos inéditas o poco conocidas, tomadas entre los años 30 y 80

MIRYAM AUDIFFRED

Tras meses de no aparecer en público, Manuel Alvarez Bravo, decano de la fotografía, asistió a la Galería Juan Martin para inaugurar la muestra En el umbral del siglo, que reúne 57 imágenes inéditas o poco conocidas realizadas por el maestro de la lente entre los años treinta y ochenta.

BravoRojoTambién acudió al recinto para celebrar su cumpleaños 99 y rencontrarse con los "grandes amigos" y los "hermanos de siempre". Y es que ahí, entre mujeres desnudas, cactus llorosos, huesos descarnados y momias dormidas, estaban personajes como Vicente Rojo, Manuel Felguérez, Fernando González Gortázar, Graciela Iturbide, Héctor García, Patricia Mendoza y, minutos antes de la llegada del fotógrafo, Carlos Monsiváis.

También acudieron Sara Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, e Ignacio Toscano, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Estaban allí, de pie, para hacer latir el corazón de un hombre que ha dedicado su vida a capturar el reflejo de un pueblo y que parece no cansarse nunca, pues entre los numerosos asistentes se comentaba que Alvarez Bravo solicita una modelo para fotografiar en su casa.

Mientras en la galería se vendían algunas de sus imágenes por mil 500 dólares, el artista ?quien, de acuerdo con su enfermera, no durmió anoche por la emoción; "parecía un niño a punto de hacer la primera comunión"? recibió aplausos, porras y unos tulipanes morados que le arrancaron una gran sonrisa.

"No tengo vergüenza ?dijo al ser abordado por los medios?. ¿Cómo un hombre puede cumplir tantos años?"

¿Qué se siente que te quieran tanto?, se le preguntó. "Creo que es un premio que no merezco. ¿O sí? Tal vez sí, ¿verdad?"

Más que una exposición con fines comerciales, el acto de apertura fue un homenaje a siete décadas de trabajo. Casi todos los asistentes ?entre ellos muchos estudiantes del arte de la lente? querían tomarse una foto con el creador de obras como Mano que da y Figuras en el castillo. Alvarez Bravo tuvo tiempo para todos.

Sin duda, la mañana de ayer fue toda suya y, si bien fue sólo un breve capítulo en su larga historia, quedó demostrado que su generosidad y talento lo han convertido en uno de esos extraños seres que no tienen enemigos. La magia... está en robarse el universo multicolor para hacerlo palpitar en blanco y negro.