LUNES Ť 12 Ť FEBRERO Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
HASTA ANOCHE, Víctor Cervera Pacheco se iba chamaqueando al gobierno foxista. Tanto, que el equipo presidencial ha debido entrar en una tregua vergonzosa en busca de una negociación política contraria a la ley que le permita abstenerse de usar la fuerza a la que un mandato judicial le ha llamado y con la que en un principio dragoneaban los ocupantes de Los Pinos y del palacio de Covián.
NO PUEDEN hacer otra cosa ni Fox ni Creel: nada bien se vería una protesta masiva de priistas de todo el país en el rancho San Cristóbal, mientras Bush le hace el honor a Fox de montar a Maximiliana, la yegua favorita del anfitrión que, a su vez, cabalgará en su cuaco preferido, El rey. Tampoco se puede armar una guerra en Yucatán mientras se dice que se busca la paz en el Chiapas del que en pocos días saldrá la marcha incómoda a la que no pudo el Presidente sino sumarse y apoyar, para mejor parecer que va montado en la cresta de la ola y no revolcado por lo bajo.
TODO ES IMAGEN, todo son medios. Al Presidente le importa más que nada la opinión pública internacional, y sabe el platillo de lujo que sería para la prensa mundial tener por telón de fondo de la Cumbre Marlboro el que días antes del show del Nuevo Agualeguas hubiéranse visto a policías de Fox peleando contra policías de un gobernador priísta, acaso corriendo sangre en tales proporciones que el terciopelo de la presunta transición mexicana fuese inequívocamente de color rojo.
EL GANADOR es sin duda Cervera. A grado tal que si logra impedir que se cumpla la orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y negocia la integración de un tercer consejo estatal electoral bipartita (cerveristas e independientes), se habrá instalado en el pedestal de héroe del desorientado priísmo que realizará su difícil reunión de Consejo Político Nacional (primera en su septuagenaria historia siendo huérfano de poder) el mismo día en que Maximiliana será montada por el preclaro visitante.
NO LE QUEDAN demasiados triunfadores al partido que hasta hace poco llamaban invencible y aplanadora. El más empecinado en hacerse de la presidencia del PRI, Roberto Madrazo, ha vivido un desgaste acelerado desde que le impidieron imponer a Manuel Andrade como su subordinado sucesor. La altivez con la que había manejado su relación con otras figuras del priismo, como Francisco Labastida, vino a acabar en acuerdos y arreglos de segunda división con éste, con los que se hizo evidente la fuerte devaluación del madracismo como opción de liderazgo priísta.
NO SON MUCHAS las figuras importantes que le quedan al tricolor, aunque la mayoría de ellas vienen del sur, como Madrazo, Cervera y el oaxaqueño José Murat, que jefatura una corriente interna que en general estaría con Madrazo, pero que igual tomaría rumbo propio. Ninguno podría, sin embargo, asumir la conducción inmediata del partido a la deriva. El tabasqueño porque quiere la presidencia definitiva, no la provisional; el yucateco y el oaxaqueño porque uno de los acuerdos genéricos logrados es que ningún gobernador busque hacerse del mando priísta nacional.
CERVERA, el Balo, que anda echando šbombas! en previsión de que le echen bala, sigue maniobrando, pez en el agua de la política marrullera a la que sus adversarios centristas apenas andan viendo si la conocen poniendo el buche para llenarlo de marinos sorbos. El Balo ha iniciado la campaña priísta por la gubernatura con la anticipación que le regaló el foxismo: movilizaciones con cargo al gobierno, pagos a la clientela con el ardid de la defensa de la soberanía local. Y ha obligado al priísmo local a cerrar filas en torno a él, para que pueda imponer a su futuro guardaespaldas en el palacio de gobierno, sin que tengan margen de escapatoria justificada priístas como Carlos Sobrino.
PERO ADEMAS, cada minuto, cada hora, cada día que pase sin que el gobierno federal aplique la ley que juró cumplir e imponer, será de afrenta pública para el foxismo y de triunfo para el cerverismo desacatador. El Gran Cacique del Sureste, el dinosaurio que se ha mantenido diez años como gobernador, el hombre que ha concentrado el poder político con el económico en sus propias manos, el miembro destacado del Sindicato de Gobernadores Salinistas, el amigo privilegiado de Ernesto Zedillo, tiene en jaque a los sedosos jugadores que desde el Distrito Federal le han querido ganar la partida a base de declaraciones que hoy deben engullir graciosamente, diciendo que la decisión está del lado del gobernador insurrecto, y que ya se le han puesto sobre la mesa varias opciones políticas para que decida con cuál de ellas tiene a bien burlarse de una decisión del tribunal electoral federal.
COBRAN IMPORTANCIA, por ello, los señalamientos que hace Porfirio Muñoz Ledo (cuya agudeza intelectual siempre estará por encima de sus devaneos personales) a Alvaro Delgado en la edición de Proceso de esta semana: "Lo que está en juego en este momento es la función histórica del gobierno de Vicente Fox: se hace una reforma de Estado o se banaliza esta administración como un presidente puente".
DOS SINONIMOS de banal son trivial e insustancial. Banales, triviales e insustanciales son las formas políticas que suele usar diariamente el jefe del Estado mexicano para referirse a temas que requieren de tratamiento serio, que no solemne. Ayer, por ejemplo, el presidente Fox calificó de "preocupones" a quienes temen por la soberanía nacional. Y, con habilidad de lengua, que no lingüística, dijo que no hay nada de qué preocuparse, que en todo caso, lo que sucede es que ahora hay un nuevo concepto de soberanía, una nueva realidad. Los "preocupones" podrían quedar en paz, como los mojigatos de Pro Vida ante las bodas virtuales que parejas de homosexuales realizarán el próximo 14 para escándalo de las buenas conciencias.
LA BANALIZACION de la política lleva al presidente Fox a usar muchísimas palabras de más para acabar diciendo lo que al otro día habrá de corregir o desmentir. Ayer enarbolaba la espada de la justicia para el caso Yucatán, y ahora pide paciencia, propone arreglos. E interrumpe a un reportero cuando le pregunta en rueda de prensa si los bajos salarios que pagan a las familias en el rancho de San Cristóbal obligan a la emigración, y le corrige para que no avance en esos temas que podrían relacionarse con las acusaciones de que su familia no paga a sus peones salarios justos: "Bueno, lo primero que hay que quitar es el asunto de si son salarios familiares, no es ese el punto". Y cuando le preguntan si las obras hechas en su rancho familiar han sido cargadas al erario municipal se defiende: "ƑCuáles obras? ƑComo cuáles?" Luego se atropella cuando le insisten sobre el tema: "Sí, son del municipio. La verdad no sé. Pero, si son, se lo agradezco mucho que esté trabajando por su comunidad, por su municipio. Me da mucho gusto que lo haga. No me consta que sea el municipio, Ƒeh? Yo le había pedido a mi hermano que lo hiciera".
PERO ESOS SON asuntos menores. Lo importante, lo trascendente, está en palabras doradas, como estas que también nos regaló ayer el presidente Fox respecto a su encuentro con Bush: "Me parece que estamos frente la gran oportunidad de trabajar juntos por el progreso, de construir un partnership, para la prosperidad, for prosperity, y esto es el espíritu de esta reunión: un pacto, un acuerdo para la prosperidad, trabajar juntos por la prosperidad de nuestras naciones. Un partnership for prosperity de Estados Unidos, de México y, al final, de todo el continente americano..."
PARTNERSHIP FOR PROSPERITY...Este tecleador cerverizado prefiere poner aquí punto final, deseándole suerte a Maximiliana.
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