LUNES Ť 12 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Confía en que impere el mutuo entendimiento

Rivera Carrera llama a evitar la violencia en el conflicto yucateco

JOSE ANTONIO ROMAN

En el conflicto electoral de Yucatán, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, pidió que las partes lleguen a un mutuo entendimiento, respetando la ley y sin la necesidad de recurrir a la violencia.

Entrevistado brevemente al término de su acostumbrada misa dominical en la Catedral, el prelado expresó su confianza de que en aquella esa entidad las partes se decidan a tomar el camino de la negociación política, sin caer en caminos de violencia y de enfrentamiento.

Pidió a todas las partes, autoridades federales y estatales, así como a partidos políticos y ciudadanos, presentar propuestas viables para resolver el conflicto y hacer que prevalezcan la ley y el bien común.

Durante su homilía, en la cual se celebró la Jornada Mundial del Enfermo, el jerarca eclesiástico aclaró que al alabar la pobreza y el sufrimiento involuntario e injusto, el Evangelio y Jesús mismo ''no canonizan'' la miseria ni el ayuno forzoso. ''Al llamar dichosos a los pobres, hambrientos y sufrientes, quiere decir que Dios toma partido por ellos, precisamente para que salgan de esa situación''.

Asimismo, recordó que Jesús no sólo habló de bienaventuranzas, sino también de las malaventuras, pero tampoco se trata de condenar a la riqueza, al alimento o la satisfacción. ''Lo que aparece con mucha claridad es que Dios es contrario a los ricos, hartos, satisfechos y famosos que se aferran a esas realidades despreocupándose de los demás y cerrando su corazón a Dios''.

Para Jesús, agregó, no pueden ser bienaventurados los pudientes, miopes ante la estridente pobreza y las desigualdades sociales indignas de los seres humano; los hartos, ciegos o insensibles ante los millones de niños y adultos hambrientos; y los que ríen, ignorando las lágrimas de dolor y sangre de tanto prójimo sumido en enfermedades y tragedias que fácilmente se podrían remediar.

Finalmente, el prelado envió un saludo y bendición a quienes familiar y profesionalmente atienden a los enfermos.