LUNES Ť 12 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť El proyecto reduciría la inmigración ilegal: Gramm

Fox y Bush discutirían programa para aceptar en EU trabajadores "invitados"

ELIZABETH VELASCO CONTRERAS

Una propuesta de un programa para introducir legalmente en Estados Unidos a trabajadores mexicanos "invitados", presentada por un grupo de senadores norteamericanos, figuraría en la agenda de la reunión que el presidente Vicente Fox y su homólogo norteamericano George Bush sostendrán el 16 de febrero próximo, según la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de aquella nación.

Encabezados por Phil Gramm (republicano de Texas), los defensores del proyecto aseguran que éste reduciría la inmigración ilegal, en tanto que daría a los trabajadores mexicanos la protección de las leyes estadunidenses.

Gramm fue uno de varios senadores que se reunió con Fox el 9 de enero pasado, en la ciudad de México, para discutir el programa que concedería permisos de trabajador legal: primero, a los mexicanos que ya radican como indocumentados en ese país, y finalmente a los que todavía están en México. Otros senadores que se entrevistaron con el mandatario mexicano fueron Pete Domenici, republicano de Nuevo México; Jim Bunning, republicano de Kentucky, y Zell Miller, demócrata de Georgia.

Luego de la reunión con Fox, Gramm consideró que el proyecto permitiría a Estados Unidos mantener el control de sus fronteras, en tanto que México se beneficiaría con el tratamiento equitativo de sus ciudadanos. Añadió que no dudaba que Bush apoyaría el plan.

De acuerdo con información proporcionada en Washington por un ayudante del Senado, el proyecto se presentaría en una fecha "relativamente temprana" en las comisiones senatoriales de lo Judicial o de Agricultura, Nutrición y Bosques, "según como esté redactado el proyecto", se asienta en el texto Evolución de las transiciones presidenciales en Estados Unidos.

Aunque Gramm no ha preparado todavía ningún proyecto, el ayudante afirmó que el republicano de Texas "mantiene discusiones y escuchará todas (las opiniones) para preparar el mejor proyecto posible".

Sin embargo, se destaca en el servicio noticioso de la oficina referida, que hay quienes se oponen a un proyecto de esa naturaleza. "El alcalde de una ciudad de Arizona dijo que si se estableciera un programa especial, sería necesario habilitar lugares para que vivan los trabajadores invitados, donde quedarían sujetos a condiciones de vida muy duras", citó.

A su vez, el Urban Institute, organización de investigación de políticas públicas, informó en un estudio que si bien la justificación racional de un programa especial de esas características es traer trabajadores temporales, éstos "tienden a quedarse por más tiempo que el que el país anfitrión desea o anticipa". El argumento más fuerte en contra de ese programa -dicen los opositores- es que no han servido para reducir la inmigración ilegal.

Los defensores del programa argumentan exactamente lo contrario. Consideran la propuesta como una manera de detener la "inundación" de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, y de asegurar el pleno respeto de los derechos humanos de aquellos.

El servicio noticioso, que aparece en la página web de la cancillería norteamericana, cita también una declaración del presidente de la Junta de la Reserva Federal, Alan Greenspan, en el sentido de que la "inmigración ayuda a contener las presiones inflacionarias, y que estos trabajadores deberían venir (a Estados Unidos) legamente y no como indocumentados".

Aun cuando el ayudante senatorial indicó que todavía "no ha sido escrita ninguna propuesta" para diseñar el proyecto que podría presentarse en el Congreso, destacó: "Hay, evidentemente, algún impulso" a favor de un proyecto que, según quienes lo apoyan, reformaría las leyes de inmigración para traer trabajadores a Estados Unidos "sin peligro y legalmente", como lo manifestó el año pasado el senador Slade Gorton, republicano de Washington. Gorton expresó al respecto que el programa eliminaría de las leyes de inmigración norteamericanas "la ambigüedad que convierte en delincuentes a trabajadores honrados y a empleadores honrados".