LUNES Ť 12 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Se necesitan programas públicos para mejorar las condiciones de vida a corto plazo
Tomaría 30 años erradicar la pobreza extrema en México, afirma investigadora del BID
Ť Es importante impulsar formas alternativas de organización, sostiene Nora Lustig
DAVID ZUÑIGA
Con tasas de crecimiento como la esperada para este año (4 por ciento) México tardará al menos 30 años en erradicar la pobreza extrema.
En un análisis elaborado por Nora Lustig, jefa de la Unidad de Asesoría sobre Pobreza y Desigualdad del Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se explica que si el producto interno bruto (PIB) per cápita crece a una tasa de 2 por ciento, pasarán 60 años antes de que la miseria -que no la pobreza- desaparezca del país.
En entrevista con La Jornada, la economista explica que el mensaje de este análisis, más que un número exacto, es que la pobreza extrema no puede esperar a que México crezca a tasas elevadas de manera estable y sostenida, algo que no ha ocurrido en los últimos 20 años.
El crecimiento, aclara, es condición necesaria pero no suficiente para acabar con la pobreza extrema. ''Se necesitan acciones simultáneas que permitan a la población de pocos recursos mejorar sus condiciones de vida en el corto plazo'' con programas públicos de nutrición, salud y alimentación acordes con las necesidades de cada región.
Interrogada sobre las características que deben reunir los programas de microcréditos para ser efectivos, Lustig explica que estos esquemas de financiamiento, cuya finalidad es que los beneficiarios tengan acceso al mercado y ''midan sus fuerzas'', no deben limitarse a los recursos públicos, sino incluir a empresas y organizaciones ciudadanas
''Es muy importante que se fomenten formas alternativas de organización como las cooperativas, de tal manera que la población con más acceso a capacitación y recursos financieros pueda salvar algunos intermediarios y tener acceso a la información y a los mercados de manera más directa'', agregó.
El dilema del impuesto al consumo
Interrogada sobre la polémica que ha generado la propuesta de cobrar un impuesto al valor agregado (IVA) de 15 por ciento en alimentos y medicinas, Lustig señala que reducir la dependencia fiscal de los ingresos petroleros y mantener un déficit público lo más bajo posible, son condiciones básicas para crecer sostenidamente y abatir la pobreza.
''Si bien es cierto que la mayor parte del beneficio de la tasa cero va a los no pobres, el impacto de su eliminación es muchas veces mayor para la población pobre por el peso que bienes como alimentos y medicamentos tienen en la canasta de consumo. Hay, en principio, dos posibilidades. Una es acompañar la medida con un subsidio focalizado para la población pobre; la otra es, como lo ha comentado el gobierno, restringir la tasa cero a los productos que verdaderamente pesan en la canasta del consumidor más pobre. Cuál opción seguir depende del contexto institucional -por ejemplo, la viabilidad institucional de aplicar un subsidio focalizado de manera adecuada- y de los costos y beneficios para el fisco''.
El libre mercado, perfectible
-Durante las protestas en Davos, Seattle y otras ciudades se ha cuestionado la compatibilidad del libre mercado con el abatimiento de la pobreza. ƑAún es viable el modelo?
-Es indudable que en los últimos años se ha agravado la desigualdad entre países. Los más avanzados tienen la responsabilidad de tomar iniciativas para cerrar las brechas, y esto tiene que ver con las reglas del juego para el intercambio de bienes, servicios y capitales. Dentro de los países es muy importante que se tomen medidas para que toda la población tenga cada vez más acceso a las oportunidades que brindan los mercados en expansión.