LUNES Ť 12 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Debe el gobierno apoyar productividad indígena: Calvillo
Rechaza Greenpeace presencia militar en áreas protegidas
Ť Propone educación ambiental activa en escuelas primarias
MATILDE PEREZ U.
La militarización de áreas naturales protegidas y de otras zonas de alta fragilidad ecológica no servirá como un manto protector. Recordó que la mayoría de esas regiones son ocupadas por comunidades indígenas, las más marginadas y olvidadas por una política gubernamental que les impide tener alternativas productivas, dijo el director de Greenpeace México, Alejandro Calvillo.
"Si ellos están en esas zonas montañosas, en las de mayor diversidad, es porque fueron expulsados de las tierras fértiles por todo tipo de intereses. Los hacedores de la política no conocen su realidad ni entienden las alternativas exitosas de productos orgánicos que se han hecho en algunas regiones. Toca al gobierno apoyarlos con la certificación y apertura de mercados para esos productos".
Valor especial para esos productos orgánicos implica una revalorización ambiental y a nivel internacional ya están marcados esos esquemas; en el caso de México habría que integrarlos a la política gubernamental, opinó. Pero advirtió que hay que combatir los intereses de las grandes industrias procesadoras de alimentos, no por la competencia de las comunidades indígenas sino "por la conciencia que empezarían a generar sobre la calidad de los alimentos que producen las grandes corporaciones".
"El Plan Puebla Panamá, megalómano"
Calvillo se manifestó a favor de aprender de las comunidades y no imponerles "proyectos megalómanos como el Plan Puebla Panamá. No estoy en contra de los grandes proyectos siempre y cuando integren a los pobladores de las comunidades rurales, con base en sus posibilidades y no considerarlos sólo como fuerza de trabajo para sus maquiladoras. Eso es tirar el gran potencial de diversidad cultural y biológica del país".
Insistió en que ya hay varios ejemplos de producción sustentable de las comunidades indígenas que podrían extenderse; "si los grandes productores quieren dejar de sembrar maíz y producir hortalizas, que lo hagan; a las comunidades les deben permitir continuar con su cultura, evolucionar con ella y encontrar las oportunidades y nichos de mercado donde puedan incidir y se les valore más".
Sobrino de Salvador Nava -luchador político que dejó una profunda huella en San Luis Potosí-, Alejandro Calvillo propone que una educación ambiental activa y no sólo teórica, forme parte de los programas de educación básica. Como ejemplo sugiere que explicar cómo funciona la capa de ozono y el peligro que corre por las emisiones de contaminantes y su efecto: el cambio climático, son parte de esa conciencia.
Consideró que las sanciones económicas establecidas en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente no son lo suficientemente duras para evitar que las empresas sigan envenenando los ríos, suelo y mantos acuíferos subterráneos. "La deforestación por empresas madereras no legales debería merecer encarcelamiento sin derecho a libertad bajo fianza o provisional, al igual que el tráfico con especies. El problema en el país es la impunidad, mientras no la rompamos y los responsables paguen con el valor real de lo que están haciendo, no habrá marcha atrás".
En entrevista, el integrante de Greenpeace -desde 1993, fecha en que la organización internacional inició sus actividades en México- dijo que "vivimos en un estado de derechos que es constantemente violado en las zonas urbanas y más en las rurales. El caso de Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera es una muestra en donde ni autoridades civiles ni del Ejército respetaron los derechos de los campesinos ecologistas ni atendieron sus demandas".
Tres grupos de ambientalistas
A los grupos ambientalistas los divide en tres grandes grupos: los preocupados por la situación ambiental del país y que mantienen un compromiso con las personas; aquellos que buscan estar en el gobierno y ser favorecidos económicamente por las grandes empresas, y los conservacionistas que centran su actividad en proteger los recursos naturales pero no consideran que en esos espacios viven personas, grupos sociales que tienen derecho a hacer un uso sustentable y digno de sus recursos naturales. "No creo en el esquema de darles dinero para que puedan sobrevivir sin explotar sus recursos".
Luego de ocho años de trabajo en Greenpeace, Alejandro Calvillo deja la organización por problemas de salud. El próximo mes un nuevo director asumirá el reto de lograr que crezca el número de socios y sus recursos para poder iniciar un trabajo de fondo en los temas forestal y del agua. "Tenemos cerca de 3 mil socios que aportan una cantidad mensual suficiente que nos ha permitido iniciar campañas como la de los transgénicos, la contaminación de Pemex en Tabasco, de unirse al movimiento antinuclear de Laguna Verde, entre otras".
Opina que la sociedad debe sostener a ONG
"Estamos iniciando junto con otras organizaciones no gubernamentales la cultura de que la sociedad entienda que debe ayudar a sostener a sus ONG; sabemos que hay pobreza en el país, pero también hay quienes pueden ayudar a estas organizaciones".
Sociólogo de profesión, creador de un grupo de teatro y activo ambientalista, Calvillo comentó que la creación de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap) fue un salto cualitativo en la vida del país. "Se distinguió del resto de las secretarías de Estado porque fue integrada por gente que procedía del medio académico, algunos incluso con trabajo social, pero no logró tener una fuerte presencia frente al resto del gabinete. "No sé si fue por falta de capacidad política de quienes estuvieron al frente de la Semarnap y no sólo me refiero a la maestra Julia Carabias".
Ahora, la actual Semarnat forma parte del gabinete de economía, del social y de seguridad nacional, "esperemos que logre hacer algo", dijo.