LUNES Ť 12 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Su poesía, majestuosa como la selva, dice Montemayor

Bañuelos nació en 1932 pero tiene cinco siglos: Gelman

Ť La presentación de su libro se convirtió en homenaje

Ť El público, atrapado por la lectura de Angélica Aragón

ARTURO JIMENEZ

Poeta de la democracia, como lo nombraron, pero que no descansa la calidad de su obra en su reconocida congruencia política, Juan Bañuelos recibió ayer en el Palacio de Bellas Artes un homenaje como secuela de la presentación de su libro El traje que vestí mañana, con prólogo de Juan Gelman y epílogo de Rosario Castellanos.

Este libro, editado por Plaza y Janés y que reúne el trabajo poético de toda su vida, tuvo ayer comentaristas de lujo: el propio Gelman, Carlos Montemayor, Elena Poniatowska y Angélica Aragón. Al final, ante una sala Manuel M. Ponce llena hasta en sus pasillos, la actriz leyó varios poemas del chiapaneco durante más de media hora, sin que alguien se moviera.
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Bañuelos, expuso Gelman, es una de las voces más novedosas de la poesía en lengua castellana. "Su voz se instala en la historia, pero no de cualquier manera", dijo, y agregó que el poeta "está atravesado por el tiempo de todos".

El poeta argentino observó que Bañuelos "recorre la realidad con ojos antiguos muy presentes y provoca el encuentro de misterios". E indicó: "Su palabra abraza la naturaleza para volverla infancia y devolverla al lugar que nadie puede escupir. Aquí asoma el prodigio: Bañuelos funde su mito personal con los mitos colectivos del pasado".

Las imágenes de su poesía, señaló Gelman, "tienen cara de recién sacadas de la tierra. Viven en estado constante de admiración, asombro y estupor". Hay en sus poemas, continuó, "una atención épica a las luchas de los hombres y las batallas del espíritu y, sobre todo, al enigma humano.

"Juan Bañuelos no va al pueblo, el pueblo desde allí, desde su humildad y su fulgor, desde la explotación, el hambre y la pobreza. De todo Juan sabe extraer belleza y esperanza, y esto es un milagro".

Concluyó Gelman: "Su palabra es joven, clara, vívida y corrige lo que pasó. El dueño de esa palabra habrá nacido en 1932, pero tiene más de cinco siglos en su edad".

La historia de nuestras palabras

En tanto, Carlos Montemayor aclaró que la magnitud e importancia de la obra poética de Juan Bañuelos no descansa sólo en su congruencia política, humana y vital. "Es una obra poética que tiene la misma  grandeza, pluralidad, majestuosidad y abundancia de la selva chiapaneca".

Su creación, añadió, "es una poesía de muchos verdes, tonalidades, de mucha risa, lágrimas, gritos, de muchas reflexiones". Y Montemayor apuntó: "En realidad, la obra de Juan Bañuelos es una historia de nuestras palabras. Es una historia de nuestras vidas, de nuestros pueblos".

No se trata, precisó, de una poesía solitaria y reflexiva, "que se duela consigo misma en busca de imágenes rutilantes, aunque esté llena de ellas". Es una poesía "que aprende a vivir y nos lleva a aprender a vivir, a mirar todo lo que solemos no observar, no recordar ni retener".

Con su fuerza, aseveró, la poesía de Bañuelos aspira también "a ser todo". Y leyó un fragmento de un poema del escritor chiapaneco: "No más que olas somos, nos levantamos brevemente, para seguir siendo mar".

La publicación de este libro representa "un gran día de fiesta para las letras de México, de nuestro continente y para nuestro idioma", consideró.

Al final, luego de la lectura de Angélica Aragón, las decenas de personas que abarrotaron la sala aplaudieron de pie, durante más de un minuto, para bien cerrar esta presentación-homenaje al poeta de la democracia, como lo nombró Poniatowska.