Religen a Rodríguez Alcaine al frente del CT
MATILDE PEREZ U.
El intento de disidencia y llamado a una renovación
profunda no tuvo eco. Las tácticas de los viejos líderes
sindicales se impusieron y por segunda ocasión Leonardo Rodríguez
Alcaine fue electo presidente del Congreso del Trabajo para el periodo
2001-2002.
Víctor Flores, líder del sindicato de ferrocarrileros,
llegó a la reunión del Pleno del Extraordinario Consejo Nacional
Electivo y presentó la "planilla única, de unidad", encabezada
por Rodríguez Alcaine, a la que se sumó la mayoría
de los directivos de las 33 organizaciones del CT.
Sólo la voz del jerarca de la Confederación Revolucionaria de Trabajadores, Mario Suárez, se alzó en contra de lo que calificó como una imposición y falta de entendimiento a la exigencia de un cambio. Se necesita gente nueva, porque los viejos fueron incapaces de transformar y dejaron en la miseria a los trabajadores, dijo.
Suárez perdió la batalla frente al resto de los homólogos, quienes una y otra vez aseguraron que Rodríguez Alcaine fue nombrado por consenso. Tanto en la reunión como en posteriores comentarios a la prensa, destacaron que el también líder de la CTM es la persona ideal por su receptividad a las propuestas de transformación y nueva dinámica que requiere la organización. "¡Responderá a esta última llamada! para el cambio", dijo Antonio Reyes, líder del sindicato de Fonacot y quien asumió el cargo de vicepresidente del CT.
Y frente al reto del cambio, Rodríguez Alcaine comentó: "No sé como le voy a hacer para sacar adelante al CT ?organ ización que tiene una deuda de dos millones de pesos?, pero lo haré. Exigiré a las organizaciones que cumplan con sus compromisos legales y políticos", ese será el primer paso, anunció.
Semanas antes, Rodríguez Alcaine había asegurado ante la prensa que no aceptaría nuevamente la presidencia del CT, y los nombres de sus posibles sucesores empezaron a surgir: Enrique Aguilar Borrego, líder de la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios; Carlos Romero, de los trabajadores petroleros; Antonio Reyes, que dirige del sindicato de Fonacot, e incluso Netzahualcóyotl de la Vega, vocero de la CTM.
Al término de la reunión, Rodríguez Alcaine afirmó que su relección no fue "una farsa" ni tampoco "soy un gangster" como lo señaló Francisco Hernández Juárez en declaraciones a la prensa. "El auténtico gangster y más maligno para todo el movimiento obrero y sus representados, es Hernández Juárez".
Ante la petición de que precisara los argumentos de su calificación, cortó: "Lo haré en el momento que lo considere; sólo le devuelvo el mismo calificativo".