MARTES Ť 13 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Escándalo en Argentina

Exigen la renuncia del titular del Banco Central

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 12 de febrero. En otro capítulo del escándalo por el lavado de dinero en Argentina, el ex presidente Raúl Alfonsín de la oficialista Unión Cívica Radical (UCR), y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el opositor Carlos Ruckauf, exigieron hoy la renuncia del presidente del Banco Central, Pedro Pou, por "negligencia", ante los presuntos casos de movimiento de dinero ilegal que realizaron entidades financieras locales investigadas aquí y por el Senado de Estados Unidos.

Sin embargo, el presidente Fernando de la Rúa -de la UCR, que con la coalición Frepaso conforma la Alianza gobernante- estima que la remoción de Pou corresponde al Senado, que lo ratificó en su cargo al frente de una entidad "autónoma". Por otro lado, el gobierno inició una contraofensiva, al anunciar que mañana pondrá en funciones la Unidad de Investigación Financiera antilavado, aprobada en abril pasado.

Este día, la justicia procesó al ex presidente del PAMI (el programa gubernamental de asistencia médica para jubilados y pensionados), Víctor Alderete, como presunto jefe de una asociación ilícitam y le embargó bienes por 7 millones de dólares.

A su vez, Pedro Pou se presentó de forma voluntaria ante la justicia para solicitarle que lo investigue y determine si incurrió en el delito de incumplimiento de sus deberes de funcionario público.

Hace dos años y a pedido del Congreso, Pou habría declarado no tener pruebas de que el Banco República y el Federal Bank incurrieran en actividades ilícitas.

Este escándalo se remonta a1998, cuando los jueces archivaron un pedido de informes de dos diputados del Frente País Solidario (Frepaso) sobre Pou, quien ahora debe responder por qué no sancionó a Moneta por desobedecer resoluciones del Banco Central.

El conflicto con Cuba

Pero además de este frente de tormenta, el gobierno se encuentra en una situación difícil por los reclamos de vastos sectores de la Alianza gobernante ante su política de respaldar a Washington en "la politización" del tema de derechos humanos hacia Cuba. En un primer momento el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini manejó la situación de la polémica con Cuba, asumiendo las fuertes declaraciones del presidente Fidel Castro sobre el tema de "lamer las botas yanquis", como una ofensa al pueblo argentino.

Pero la difusión del discurso textual de Castro cambió las cosas, y la sorpresa fue que ocho de cada diez argentinos rechazaron la "sumisión" argentina hacia Washington, según sondeos. Hubo quienes rechazaron el alto voltaje de las declaraciones de Castro, pero estimaron que el voto de condena a Cuba de abril pasado y el eventual en la próxima reunión de la Organización de Naciones Unidas en Ginebra, es "vergonzoso".

Ahora la tensión volvió a subir de tono por las declaraciones del canciller cubano Felipe Pérez Roque, quien responsabilizó a Giavarini por la situación, mientras que éste insistió en que Argentina aún no define su voto para abril. Y si algo faltaba, es que este lunes llegó el ex futbolista Armando Maradona para decir que Fidel no había descubierto "nada nuevo".