MIERCOLES Ť 14 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Conclusiones del seminario bipartita en torno al tema que fue convocado por la OIT

Persisten los criterios dispares entre empresarios y obreros sobre cálculo y pago de la productividad

FABIOLA MARTINEZ

Representantes obreros y empresariales avanzan hacia la creación de un sistema operativo y legal para el pago de la productividad, alternativa impulsada desde la crisis económica-financiera de 1995 en el marco de la nueva cultura laboral.

Desde los primeros acercamientos para analizar el tema, ambas partes coinciden en que la forma actual de calcular y aplicar bonos compensatorios por productividad no ha sido conveniente ni efectivo para mejorar la productividad en las empresas y los niveles de salario.

Sin embargo, aún existen marcadas diferencias respecto a la forma en que habrá de calcularse dicho pago y la eventual reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) para hacerlo obligatorio cuando el trabajador produzca más de lo que su jornada laboral, contrato y salario le precisen.

El principal diferendo asemeja un juego de palabras: los sindicatos se inclinan por que el pago de productividad sea exclusivamente compensatorio al salario base y manifiestan su desconfianza respecto a la distribución de los beneficios de la productividad, y los patrones desearían que el salario se fijara con base en la productividad y situación particular de cada empresa.

En las conclusiones particulares al término del seminario bipartita Productividad y Salarios, convocado por la Organización Internacional del Trabajo, la mesa empresarial --integrada por delegados de organismos cúpula del sector privado-- insiste que para calcular salario y productividad no se deben considerar los elementos macroeconómicos (índice de precios al consumidor o índice inflacionario), sino la situación particular de cada empresa.

Los empresarios aprovecharon esta discusión con los líderes sindicales para sugerir nuevamente "congruencia entre marco jurídico y transformación productiva del país".

Por ello, aseguran, es necesario modificar esquemas como el contrato ley y las prácticas de ascensos por antigüedad, o escalafón ciego, así como la "rigidez legal" para el ajuste de plantillas de personal a las necesidades productivas de cada empresa.

Según representantes del sector privado, el esquema actual para el pago de salarios mínimos "marca señales de referencia para el salario contractual", es decir, no refleja la situación particular de las empresas, sino un cálculo con base en la inflación esperada.

En términos operativos proponen un diagnóstico compartido sobre la situación de competitividad y condiciones laborales de la empresa; elaborar un "plan de productividad" que incluya las posibilidades económicas, la medición de la productividad y asegure la libre negociación de las partes. En función de ello, explica, se procedería a una propuesta de vinculación de productividad con salarios.

Por su parte, los dirigentes sindicales que participaron en las mesas de trabajo en torno al tema concluyen que la productividad es "fundamental para la negociación pero no decisiva, sino complementaria con otros esquemas de revisión salarial". Coinciden con los empresarios en la necesidad de regular los términos que debe revisar este indicador, pero siempre en el marco del contrato colectivo, con base en información sobre el desarrollo financiero de las empresas.

En resumen: los sindicatos advierten que la productividad debe negociarse a partir del salario base que los trabajadores tienen asegurado, y a partir de ahí negociar un bono variable. Añaden que se debe incluir el concepto de pagar más al trabajador "no sólo por hacer más, sino por saber más".

Sin embargo, reconocen que hasta ahora han faltado mecanismos para medir la productividad; no hay una definición consensada, y sobre todo, muchos empresarios aún no están dispuestos a negociarla.