MIERCOLES Ť 14 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť "Si gano quizá me entre una depresión", bromea Alejandro González Iñárritu

Amores perros, nominada al Oscar como mejor película extranjera

Ť La responsabilidad será tener más rigor y calidad en las historias, dice el cineasta

ARTURO CRUZ BARCENAS

Faltaban 10 minutos para las 8 de la mañana ?de ayer? y un grito estremeció los alrededores de Real de Catorce. Algunos perros ladraron al oír ese alarido seguido de llanto. La imagen era rulfiana o de una atmósfera de Cien años de soledad. El piso de una habitación vibró porque un cineasta ?que pasa un tiempo en la localidad produciendo comerciales para una firma automovilística? brincaba jubiloso.

Era Alejandro González Iñárritu, quien recibía de su amiga Martha Sosa la noticia de que su película Amores perros estaba, ¡ya!, nominada al Oscar, el máximo galardón que se entrega a una producción cinematográfica dentro de la "industria". En este caso, en la categoría de mejor película en lengua extranjera. Hasta el momento la película ha ganado 27 premios internacionales, algo único para una opera prima.

La noticia corrió como reguero de pólvora. A avisarle a todos los que hacen propio el triunfo ?gane o no el Oscar? de Amores perros. Las agencias dieron en breves despachos los pormenores. No era suficiente. Los noticiarios televisivos lo dijeron como primicia. Tampoco era bastante. Había que expurgarle más.

Vivificador del cine nacional

La convocatoria a una charla con el director de moda, González, fijaba las 14:00 horas, en las oficinas del emporio de los espectáculos CIE-Ocesa. Se trataba de un enlace telefónico con el vivificador del cine nacional, nacido en el Distrito Federal en 1963, y quien cuenta en su currículum con haber sido, a los 23 años, director, productor y disk-jockey de la estación de radio WFM; estudios más, estudios menos, en 1990 es nombrado director creativo de Televisa, y en 1991 crea la compañía de producción Zeta Film.

Estudió dirección de teatro con el polaco Ludwig Margules, y de actores en Maine y Los Angeles con Judith Weston. En 1995 dirige su primer cortometraje para la televisión, Detrás del dinero, con Miguel Bosé. Hoy la rueda de la fortuna lo tiene en un asiento en todo lo alto y es socio del Grupo de Producción y Publicidad Zeta. Premios más, premios menos. Hasta que en 1999 dirige y produce su primer largometraje Amores perros.

En la que fuera alguna vez su casa de trabajo (Ocesa Presenta, donde fue director), González Iñárritu responde algunas preguntas, aún con la alegría a flor de teléfono:

Esta nominación, dijo el dire Amoresperrososcar ctor, "me ha hecho más consciente de los regalos que Dios le da a uno en la vida. Creo que soy un mejor ser humano con un reconocimiento de esta magnitud. Creo que hay que tener mucha serenidad; estas cosas también pasan. No hay que ser engreídos ni creérsela toda.

"Esto es parte de una industria, de una fiesta; lo importante es hacer buenas películas... la siguiente, y luego la siguiente; más allá de los premios". Amores perros lleva 10 meses de presentaciones en festivales, en concursos.

Dijo que su película lo ha llevado a tres continentes. "Cada país tiene una visión distinta del cine; es difícil entender todo lo que hay detrás después de hacer una cinta, lo cual no lo enseña nadie.

"He conocido gente importante, increíble, pero también he conocido la parte política, frívola, comercial, que no es la más agradable, pero que sí es parte de la industria."

-¿Tu segunda película la filmarás bajo el esquema comercial de Hollywood?

-Hay en eso un prejuicio sobre si le venderé mi alma a Hollywood, al Diablo; creo que eso se puede hacer en la esquina de la casa. Es un mito, eso de que pierdes toda tu personalidad, tu voz propia. Hay algo de eso, en ciertos casos. Pero una gran historia, algo que te revuelva las entrañas y el corazón, lo hagas en Estados Unidos o en Turquía, o en Japón, en España o en México, será una gran historia, en cualquier lugar. Se requiere libertad. Siempre me guiará mi corazón.

-¿Qué repercusiones tendrá esta nominación para el cine mexicano?

-No creo en eventos mágicos ni que vaya a cambiar necesariamente la historia del cine. Los grandes cambios se dan por medio de procesos muy largos. No creo en los milagros aislados que hagan toda una voltereta. La influencia o el efecto de esta nominación va a depender de lo que hagamos los directores, los productores, del gobierno, de la iniciativa privada, de los actores, en fin, de todos lo que estamos involucrados. La responsabilidad será tener más rigor en las historias, más calidad; no se trata de depender del aquí y ahora. Esta es una sola película.

"Es un granito de arena. Que Amores perros sea una película en español me parece especial. Demuestra que no hay que hacer nuestro cine en inglés para poder introducirnos al mercado internacional. No hay que avergonzarnos de nuestro idioma. Me parece maravilloso que esta cinta no se doble. El cine no está hecho de palabras, sino de imágenes, emociones que son capaces de romper cualquier frontera.

-Si ganas el Oscar, ¿cómo lo festejarás?

-Desconozco qué sentimiento me pueda provocar tener un premio de esa magnitud. Quizá pueda entrarme una depresión, o tal vez mando fundir (la estatuilla) y le hago a mi esposa un anillo del tamaño de su mano. No, la verdad es que me pondré una buena borrachera con mis amigos, con mi gente querida. Ya llegará el momento.


México y la estatuilla

1955: Kathy Jurado, por coactuación femenina, por Lo que la tierra hereda (producción estadunidense).

1958: Torero, de Carlos Velo, por mejor documental.

1962: Animas Trujano, de Ismael Rodríguez, por mejor película en lengua extranjera.

1963: Tlayucan, de Luis Alcoriza, por mejor película extranjera.

1965: Gabriel Figueroa, por mejor fotografía de La noche de la iguana, de John Houston.

1970: Olimpiada en México, de Alberto Isaac, por mejor documental.

1971: Centinelas del silencio, de Robert Amram, por mejor cortometraje y mejor documental de cortometraje (ganó en los dos).

1976: Actas de Marusia, de Miguel Littin, por mejor película en lengua extranjera.

1983: Alcino y el cóndor, de Miguel Littin (coproducción México-Nicaragua-Cuba), por mejor película en lengua extranjera.

1996: Emmanuel Lubeski, mejor fotografía por La princesita, de Alfonso Cuarón.

2000: Emmanuel Lubeski, por mejor fotografía de La leyenda del jinete sin cabeza, de Tim Burton.