Ť Gesto "de buena voluntad", al reanudarse el diálogo para la paz en Colombia
Entregan las FARC a 16 niños guerrilleros
Ť El Estado les dará educación y protección Ť Retoman la agenda suspendida en noviembre
REUTERS, AFP, AP, DPA Y PL
Santafe de Bogota, 14 de febrero. Delegados del gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reanudaron hoy las negociaciones de paz, a la par con la entrega por la guerrilla de 16 niños que militaban en sus filas y que optaron voluntariamente por la desmovilización.
La entrega de los niños guerrilleros, con edades entre los 12 y 16 años, muchos de ellos con militancia de hasta tres años, tuvo lugar en La Uribe, en la zona de distensión, poco después del reinicio de las pláticas que se celebraban en Los Pozos, en una decisión al margen del proceso de paz y como gesto de "buena voluntad" de las FARC.
Los menores fueron recibidos por delegados de la ONU, Austria y la directora del programa para la reinserción de guerrilleros del ministerio del Interior, Gloria Quinceno, quien explicó que el compromiso del gobierno ante las FARC fue de que deberán recibir educación escolar y protección por parte del Estado.
Luego de tres meses de parálisis se reiniciaron las negociaciones en el caserío de Los Pozos, también en la zona desmilitarizada, en donde después de cinco horas las partes concluyeron una primera ronda en la que abordaron la cuestión del cese al fuego y de las hostilidades, en un ambiente de optimismo mutuo.
Las representaciones comenzaron por analizar el acuerdo de 13 puntos suscritos la semana pasada entre el presidente Andrés Pastrana y el máximo líder rebelde Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo, pues se proponen avanzar en la creación de tres comisiones y sobre la invitación a países amigos para respaldar el proceso.
No se ha fijado ningún plazo para estos encuentros, pero de momento se dijo que proseguirán este jueves y viernes, y que retomarán la agenda suspendida el 14 de noviembre, cuando se discutían temas como la generación de empleos y el posible cese del fuego y de las hostilidades, en torno a los que entonces hubo diferendos.
La delegación gubernamental estuvo encabezada por el comisionado para la paz Camilo Gómez, mientras que el ideológo rebelde Alfonso Cano alabó el acuerdo Pastrana-Marulanda con miras a la paz y declaró a El Espectador que las FARC evalúan la posibilidad de cesar los secuestros y no se oponen al derecho internacional humanitario.
Y mientras Venezuela comparó al líder paramilitar Carlos Castaño con el jefe mafioso Al Capone, la Asociación Latinoamericana para los Derechos humanos planteó a los gobiernos de Colombia y Ecuador la necesidad de instalar una fuerza multinacional de paz en la frontera común entre ambos países, afectada por la violencia.