VIERNES Ť 16 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Supervisó los trabajos de remozamiento para recibir al mandatario estadunidense
Fox prevé "conversaciones relajadas" con Bush
Ť Las polvorientas calles de San Cristóbal han sufrido un "transformación milagrosa"
JUAN M. VENEGAS, ROSA VARGAS Y MARTIN DIEGO
Rancho San Cristobal, Gto., 15 de febrero. Con los últimos afeites que recibieron hoy el centro de este poblado y la casa donde Vicente Fox recibirá a su invitado, George Bush, y que él mismo se encargó de explicar y mostrar a las cámaras de televisión, ya sólo falta escuchar: "pásele a lo barrido''.
Para ello, el Presidente supervisó el escenario, ensayó las frases que usará para referirse a su encuentro con Bush y, en sentido figurado, hasta se hizo cargo del menú que ofrecerá a la comitiva del mandatario estadunidense. "Será una comida no pesada, ligera, para ahí mismo poder seguir trabajando'', explicó.
El jefe del Ejecutivo arribó alrededor de las 16 horas a la casa de su madre, doña Mercedes, sólo para saludarla.
No había aceptado detenerse con los cerca de 100 periodistas que aguardaban en la plaza del pueblo y que a su llegada corrieron en busca de una declaración que les rompiera el tedio de las tantas horas que llevaban dando vueltas por la plaza y la casa de la señora Quesada, buscando de él la información tantas veces repetida en las últimas semanas: los temas de la agenda, el tono de la reunión, el ambiente, posibles compromisos...
Para entonces ya hacía varias horas que se había ido el embajador estadunidense Jeffrey Davidow, quien también había dicho -por tercer día consecutivo, aunque esta vez en San Cristóbal- los temas de la agenda, el tono de la reunión...
En esa insistente búsqueda de "nueva información", algunos reporteros se fueron en expedición a Silao, a buscar a José María Garnica, el abandonado padre de la cuñada de Bush, para que reviviera la triste historia que ha venido contando desde hace varias semanas: cómo su hija Columba, esposa de Jeb Bush, se ha olvidado de él, y mostrando la "miseria" en la que vive.
Arreglos especiales
Más tarde, Fox se explayaría mostrando para las cámaras los detalles de su finca, los arreglos que se hicieron para esta reunión, lo hermoso del estanque que tiene a un lado de la casa, la zona donde -dijo- unos 400 o 500 periodistas escucharán el mensaje de los mandatarios y podrán hacer 10 preguntas, cinco por cada país.
Pendientes y sin perder detalles, arrobados por lo bien que va quedando todo, lo seguían su hermano José, su cuñada Lucha, su hija Ana Cristina y la vocera Martha Sahagún, además de algunos elementos del Estado Mayor Presidencial.
Vicente Fox, con la desenvoltura que ha ido ganando en la frecuente conducción y animación de sus presentaciones, exponía cómo ha planeado que sea su reunión con Bush. "Serán cerca de seis, siete horas de conversaciones amplias, profundas, relajadas, porque lo último que queremos aquí es un escenario de tensión o de dificultades'', adelantó.
En seguida, retomando lo que dijera de él Klaus Schwab, presidente del Foro Económico de Davos, Fox destacó que su costumbre es "ver todo desde el lado optimista y convertir cualquier cosa que parezca un problema, en una oportunidad''. Así será, ofreció, el tono de su relación con Bush.
Lo anterior pudo ser oído y visto en directo por el exclusivo grupo de televisión que tuvo acceso a su casa, a unos tres kilómetros de San Cristóbal. Afuera, mientras tanto, permanecían aquellos que, ya sin asombro, daban cuenta de las transformaciones "milagrosas'' que ha tenido el pueblo en las últimas semanas: sus polvorientas calles céntricas, sus veredas de tierra y sus patios "pelones'' hoy tienen empedrado, banquetas nuevas, cercas de alambre y hasta bardas de ladrillo con pintura en un tono, eso sí, rosa mexicano.
No es que se trate de un San Cristóbal vuelto a hacer, pues entonces la escenografía así sería creíble, o de que aquello luzca como un set de televisión -aunque algo hay de eso. Basta caminar más allá de las dos calles principales para encontrarse la misma ranchería ajena todavía al desarrollo prometido por Fox desde su paso por el gobierno estatal.
"Por algo se empieza'', comentó una divertida y "changarrera'' Mercedes Angel, feliz de que en su condición de cronista informal de San Cristóbal ha podido no sólo hacerse más popular, sino también lograr pingües ganancias con la venta de los souvenirs foxistas, a los cuales para esta ocasión les aumentó hasta en más de cien por ciento los precios. Y ni qué decir de su sanborcito, que de espontáneo convite a los fuereños ha pasado a ser el único restaurante del pueblo y que ofrece, como "gancho'' publicitario, servir los frijoles "igualitos como le gustan a Vicente''.
Se ha previsto que mañana, al llegar a este lugar, Fox y Bush saluden a la gente que, tras riguroso control, posibilite el contacto de los mandatarios con el pueblo. Por eso, en la zona de ese recorrido y a cuenta del erario público, hay dos placitas nuevas, abundan el pasto verde -el resto del pueblo es de una aridez total- y los arbolitos en el área de jardines.
De este modo, todo está listo para la que ya se conoce como Cumbre Marlboro, que durará no más de ocho horas, pero para la cual se han acreditado 190 representantes de medios del Distrito Federal, más de 100 provenientes de diferentes estados del país, 185 corresponsales extranjeros y se espera, con Bush, el arribo de 90 periodistas que cubren la Casa Blanca.
Sin contar el enorme desplazamiento de técnicos y camarógrafos de las dos principales cadenas televisivas, lo mismo que de equipo, antenas, vehículos y demás (cada una con cerca de un centenar de enviados), están presentes aquí 68 periódicos, 13 revistas, 27 radiodifusoras, 35 canales de televisión y 27 agencias informativas.
En el camino al rancho de los Fox, desde Silao, la actividad de remozamiento a la carpeta asfáltica, la limpieza y decorado de camellones y puentes no termina aún. El gobierno del estado y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes dipusieron de pesadas y modernas máquinas aplanadoras, barredoras y de señalización para colocar letreros, boyas, luces de camino...
Un ejército aparte, sin embargo, está conformado por quienes tienen como única función no dejar sin pendones de plástico alusivos al encuentro Fox-Bush cada poste de cada cerca, de cada rancho, de cada cruce, de cada colonia por donde transitarán los presidentes.
Todo para que, a su paso, aquello se vea muy bien y así decir a los invitados de Estados Unidos: "pásenle a lo barrido''.