MARTES Ť 20 Ť FEBRERO Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
YA QUE SE HAN ido las visitas, el chamaco yucateco retobón ha comenzado a buscar las paces. Hasta Coca Cola ha dicho que bebe de costumbre, para ver si así encuentra gaseoso nicho de oportunidades. La redonda diputada local que le acompañaba en sus alharacas separatistas ahora también está convencida de que un tercer consejo electoral sería una buena solución para el conflicto que armaron. Ni los tuyos ni los míos: los nuestros, ha propuesto con tono de bolero romántico la memorable legisladora.
TODO HA CAMBIADO velozmente luego de la partida de Mister Amigo Bombardeante. Los panistas peninsulares se han engallado, permitiendo incluso a su candidato a gobernador, Patricio Patrón Laviada, mostrar una peligrosa faceta, congruente con el historial de intolerancia que domina a la derecha yucateca.
SANTIAGO CREEL, el Caballero de las Leyes, trata de mantener ecuanimidad en el asunto. Es importante que no se evidencie el apetito electoral del gobierno foxista en el caso Yucatán. Por ello, el secretario de Gobernación sigue haciendo esfuerzos para que no corra la sangre. Dialoga, susurra, comenta, analiza, propone, negocia, sugiere. Oficio de tinieblas, el de Bucareli.
PERO NI CREEL ni su jefe Fox parecen reparar demasiado en advertencias formuladas por miembros destacados del Poder Judicial Federal, sobre todo Genaro Góngora, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y José Luis de la Peza, miembro del Tribunal Electoral de ese poder. En distintos tonos y ante diversas audiencias, han hecho sonar la alarma: negociar las leyes, buscar arreglos políticos respecto a sentencias judiciales, llevaría a la nación a la barbarie y a un grave debilitamiento de las instituciones.
DIFICIL HA DE SER el entendimiento de tales prevenciones para quienes, como el presidente Fox, han tenido en su historia política participación en procesos de distorsión de las leyes a cuenta de intereses electorales, como sucedió en Guanajuato cuando compitió contra Ramón Aguirre y, finalmente, propuso y consiguió que Carlos Medina Plascencia durase un sexenio en el gobierno sin haber recibido ningún voto popular a su favor, extendiendo una y otra vez, hasta el final, el lapso de ejercicio legal, pero ilegítimo.
TALES DISTORSIONES han sido trasladadas al plano internacional. Como si fuese necesario subrayar con más energía el papel dependiente a que se ha acogido México en relación con Estados Unidos, el canciller Jorge Castañeda ha hecho malabares para tratar de que las declaraciones oficiales no acepten plenamente lo que en la realidad es indudable: México ha aprobado no sólo con su silencio, sino con una postura enredada, tal vez pretendidamente manejable conforme al auditorio al que sea presentada, el ataque estadunidense (y británico) a Irak. No son tiempos estos de invocar la difunta Doctrina Estrada, que abogaba por el respeto a la autodeterminación de los pueblos, pero sí a un poco de decoro a la hora de colocarse en el tablero de ajedrez como peones. Varias naciones han señalado con precisión que el ataque a Irak carece de fundamento jurídico, y han protestado no en defensa del régimen de Saddam Hussein, pero sí en prevención de que la máxima potencia mundial pretenda actuar en cualquier lado sólo a partir de sus propias decisiones. México, por su parte, ha apoyado en los hechos el sonar del chicotito que centelleó con la Cumbre Marlboro como bonito marco de referencia y que hizo temer al presidente Fox: "Chin... ya nos van a tumbar la nota".
TALES PÉRDIDAS de congruencia parecen inherentes al ejercicio del poder. El jurista Creel cree necesario sacrificar las leyes en Yucatán en aras del pragmatismo político. El diplomático Castañeda cree necesario sacrificar principios en tierras lejanas por beneplácitos de reinos vecinos.
ESE PROCESO de transformaciones ha hecho a Castañeda incluso contrarrecetar a sus pacientes: meses atrás escandalizó al gremio periodístico al regañarlos por no leer diarios en inglés para normar su criterio. Ahora desestima la visión que los medios de aquella nación han esparcido respecto a la personalidad de su presidente, George Bush junior. En Estados Unidos se discute abiertamente cuál es con exactitud la causa de que el jefe de la Casa Blanca cometa con frecuencia deslices lingüísticos que no sólo manifiestan problemas técnicos de dicción, sino ignorancia, enredo mental y otros conceptos menos generosos que esta columna, en honor al Espíritu de Guanajuato, prefiere no mencionar.
PUES BIEN, a esas características personales de Bush parece adherirse con especial entusiasmo el Presidente mexicano, quien dijo en varias entrevistas que ambos son muy parecidos, hablan de modo similar y tienen muchas cosas en común. Castañeda, por lo pronto, ha suavizado el modelo seguido por su jefe: Bush, dijo ayer, es diferente a lo que se dice de él: "sus rasgos no corresponden a lo que los medios en Estados Unidos dicen. Conoce los asuntos de los que habla, prepara todo sobre lo que hablará. No es ni rudo ni muy ligero (...) tiene una manera muy sencilla de ser, que facilita las cosas y hace las reuniones muy agradables", según nota de Mario Arteaga en Milenio.
šCHIN!š AHORA, Ƒqué hacer? Ya no sirven las leyes ni los tribunales electorales, ni la Doctrina Estrada ni los principios de política exterior mexicana, ni los editoriales de The New York Times u otros diarios insignia... ƑEn qué o en quién confiar ahora?
ASTILLAS:
Hoy a las 12 horas, en el Salón Verde de la Cámara de Diputados, se llevará a cabo una mesa redonda denominada El papel del Congreso en el marco de la transición mexicana. Participarán Miguel Angel Granados Chapa, José Cárdenas, Ricardo Alemán, Ramón Pieza Rugarcía y el líder sindical vitalicio de este Astillero. La sesión es organizada por el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, que encabeza Martí Batres. El jueves venidero, a la misma hora y en el mismo lugar, los congregados serán Héctor Aguilar Camín, José Antonio Crespo, Enrique Semo, Alonso Lujambio y Alfonso Zárate... Con la mayor naturalidad del mundo, Martha Sahagún, la primera dama en ser vocera presidencial, suele iniciar sus conferencias de prensa anunciando que les va a dar a los reporteros un breafing sobre algún tema que la administración foxista desea destacar ese día. La señora Sahagún, quien según comentarios no desmentidos, ha logrado, con el apoyo del obispo Onésimo Cepeda, que la Iglesia católica la declare en libertad de volver a casarse con quien le dé la real (o presidencial, o ministerial, o ejecutiva) gana, olvida que el idioma oficial de esta nación es el español y que, en esta lengua, se puede decir que se darán datos o apuntes, o que se hará un resumen o una explicación de determinado asunto. Pero, usar breafing en actos oficiales del gobierno mexicano, suena a una anglofilia inaceptable... ƑQuién iba a pensar que, un año después de sus fanfarronadas pro labastidistas, el multimillonario jineteador de trabajadores, Leonardo La Güera, habría de pronunciar tan bellas frases como las de ayer frente a Vicente Fox en un acto del Congreso del Trabajo? "Señor Presidente, los obreros vemos con entusiasmo la renovación de las prácticas electorales. Confiamos en que la consolidacion de la democracia será un gran paso hacia delante en el desarrollo del país. Los trabajadores nunca nos hemos opuesto al cambio social, al contrario"...
Ahora sí: ya viene la marcha...
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