MIERCOLES Ť 21 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Autor de la novela La bruja de Afkah o la tercera Diosa
La ''mujer con poder'', riesgo para la civilización patriarcal: Zahar
ARTURO JIMENEZ
En una civilización patriarcal como la nuestra, dominante desde hace unos 8 mil años, genera mucho miedo la idea de la ''mujer con poder" o la ''mujer de poder" y por eso la tendencia ha sido a marginarlas, estereotiparlas o de plano eliminarlas como en la época de la llamada ''cacería de brujas", señala León R. Zahar.
Este narrador, internacionalista y diplomático es autor de La bruja de Afkah o la tercera Diosa (Plaza & Janés), novela político-religiosa que potencializa la crisis y decadencia de los tres monoteísmos abrahámicos: cristianismo, judaísmo e islamismo, y teje una ficción sobre el arribo de una deidad andrógina, más que femenina.
Esa narración puede leerse de manera más ligera como ''novela de intriga", pues tiene acción, crímenes, pasión, complot. Y, en un segundo nivel, como una ''novela de prospectiva" que lleva situaciones y personajes actuales a momentos extremos en un futuro cercano.
Otro aspecto, agrega Zahar, es que quizá el tema central son las religiones y sus problemáticas internas que las llevan al conflicto. ''Aquí se sacan todos los trapos sucios, sobre todo de las tres religiones llamadas abrahámicas".
Y en un sentido más profundo, completa, se encuentra ''el mensaje" de la novela. ''La idea de que hay que elaborar o se podría llegar a elaborar un nuevo concepto de divinidad acorde con nuestro nivel de civilización actual y la relación hombre-mujer, que debe ser más pareja".
Ni hombre ni mujer, sino ambos
Acerca de lo andrógino divino, dice que es una idea mística y ocultista que se manejó dentro de la alquimia y las religiones antiguas, aunque siempre se mantuvo sólo al nivel de los iniciados. Ahora, este autor lleva esa posibilidad a su novela.
-ƑEso sería consecuencia del matriarcado existente en un primer momento de la historia de la humanidad y que luego fue sustituido por una religión patriarcal, que aún subsiste?
-Es una especie de evolución de las religiones: primero la matriarcal, con deidades femeninas, luego patriarcal, con dioses masculinos, y después, como síntesis, vendría una religión dual o andrógina. En la realidad actual hay una serie de elementos que nos llevan cada vez más hacia un equilibrio hombre-mujer.
-ƑHay entonces en la novela una reivindicación feminista?
-No es feminista. Es la idea de que el elemento femenino debe ser liberado dentro de las religiones, pues ha sido reprimido, suprimido. Y en esta novela sale a relucir de manera violenta después de tantos años de represión. La heroína (Astrid), que es la sacerdotisa, proclama un nuevo concepto de divinidad, más que una nueva religión.
-ƑQué tan válido sería reivindicar la posible solución a los problemas actuales mediante lo religioso, cuando históricamente se ha visto que las religiones han traído pocas cosas buenas a la humanidad?
-André Malraux se preguntaba sobre si el siglo XXI sería religioso o no. El hombre, y eso también lo dice Carl Jung, no puede vivir sin la idea o sin el apoyo de un concepto de divinidad. Entonces, si no podemos deshacernos de esta necesidad, lo que se plantea en la novela es un esfuerzo de imaginar cómo podría ser una nueva divinidad, que llenara nuestras necesidades espirituales.
Entre las características de esta nueva divinidad Zahar menciona el elemento andrógino: ni hombre ni mujer, sino las dos fuertzas equilibradas.
"Y por otra parte sería una deidad que, como se dibuja en la novela, está muy vinculada a la naturaleza. Es algo que en nuestros días se maneja como el movimiento eco-feminista, la idea de la madre tierra, de la madre naturaleza.''