jueves Ť 22 Ť febrero Ť 2001

Gustavo Leal F.Ť

"Calidad", Ƒuna lidia sin torero?

El 14 de febrero la Presidencia de la República y la Secretaría de Salud convocaron a un grupo de especialistas a la "consulta popular" sobre el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 en materia de calidad de la atención médica. Ante un amplio y atento auditorio sostuve:

En salud, el foxismo y sus agregados coyunturales pueden representar una seria amenaza para la situación sanitaria de las grandes mayorías nacionales. Ojalá esta "consulta popular" contribuya a la reorientación posible que aguardan todos aquellos mexicanos que votaron por un cambio, no de elites, sino de políticas efectivas para esas mayorías y sus necesidades de salud. Finalmente, la verdadera evaluación de cualquier acción de gobierno la tiene la "sociedad civil". Como gusta decir la doctora Brundtland, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS): "las políticas son diálogo".

En un artículo reciente sobre la Cruzada Nacional de Calidad de los Servicios de Salud (La Jornada, 5/02) afirmé que "los médicos y enfermeras mexicanos sonreirán sólo cuando cuenten con condiciones dignas de trabajo; cuando dispongan de políticas específicas para su labor percibidas por el paciente". Y en efecto, de eso se trata: de políticas percibidas, para lo cual hay, primero, que localizar el corazón de esas políticas.

El paciente constituye el Sol alrededor del cual gira el sistema de atención. No es aquél que aguarda con paciencia: es el que padece. A partir de él y por él, brota el sentido de las órbitas que trazan los diferentes "planetas" del sistema: su curso describe un recorrido que gira para, desde y en torno al centro de referencia que él representa. Es, pues, su causa y móvil; el que dota de sentido al proceso en su conjunto.

Las evidencias cualitativas respecto al corazón de cualquier conjunto de políticas orientadas hacia la calidad muestran que ésta reposa en la situación extraordinariamente singular y única: la dimensión relacional entre el médico y su paciente.

Precondiciones para una atención médica responsable orientada hacia el paciente son: a) la presencia de una adecuada dotación tecnológica: instalaciones, equipo, insumos y medicamentos, entre otros que en la literatura especializada internacional se conoce como MTA (Medical Technology Assessment), y b) las destrezas técnico-clínicas del médico, que incluyen la formación de pregrado, post grado, educación continua, medicina basada en evidencias, normas técnicas y protocolos, de que ya se ocupa la Asociación Mexicana de Escuelas y Facultades de Medicina (AMFEM).

Pero lo básico es la dimensión relacional sobre la cual en las políticas mexicanas casi no se trabaja: Ƒquién genera condiciones propicias para el encuentro médico-paciente?, Ƒquién capacita científicamente los componentes emocionales (incertidumbre, resolutividad, ansiedad) que se juegan en él? Algo es claro, como el torero frente al toro: ningún "sistema" garantiza una atención sin riesgo.

Es bien cierto que también para las labores de la salud pública cabe un concepto estricto de calidad. ƑCuál es una reacción adecuada del sector salud ante los distintos tipos de riesgo? ƑCómo comunicarlo eficaz y respetuosamente a la población, en forma tal que se le garantice una información a la vez confiable, comprensible y convincente? No sólo en clínica, sino también en salud pública, es fundamental contar con indicadores de buena práctica.

Lo percibido de las políticas dependerá, con mucho, de que se incida sobre este corazón. En este sentido, el Programa Nacional de Certificación de Hospitales que diseñó la administración Zedillo coincide con la imagen de una lidia sin torero. Debería haber sido el final y nunca el principio de un proceso de trabajo estratégico sobre el corazón del acto clínico. Es decir, arribar a un programa de esta naturaleza debería ser la conclusión de un largo recorrido desde abajo hacia arriba y nunca el punto de partida. Este trabajo estratégico abajo es el que puede ser percibido por el paciente.

Al terminar el acto, con mucho sigilo, voz suave y orgullosamente enfundado en una inmaculada bata blanca del IMSS se acercó un médico y dijo: "coincidirán conmigo en que, sin pacientes, no hay políticas. Pareciera que los foxistas no quieren entenderlo. Sueñan, a la Huxley, con un mundo feliz de puros sanos que trabajan diariamente para proteger financieramente su salud. Pero, špor favor!, no me malinterpreten --aclaró con rapidez--, Huxley también escribió Las puertas de la percepción. Allá ellos". Allá nosotros, si lo permitimos, agregué.

Ť Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco