JUEVES Ť 22 Ť FEBRERO Ť 2001

Jean Meyer

ƑQué decir?

Iba a escribir sobre Chiapas, pero se me atravesó el encuentro de dos presidentes en San Cristóbal; iba a escribir sobre el encuentro de San Cristóbal, pero Bush ordenó bombardear a Irak; iba a escribir sobre el décimo aniversario de la operación Tormenta en el Desierto, pero me ganó Arik Sharon al ofrecer la cartera de Seguridad nacional a Barak y la de Relaciones a Shimon Perez; iba a escribir sobre Israel, pero Sharon borró del mapa la izquierda de su país al pasarla a su gobierno de unión nacional, unión sellada en la sangre de los palestinos (85 por ciento) y de los hebreos (15 por ciento), y lo único que puedo escribir es: por lo mismo, opino que Israel debe evacuar los territorios ocupados en 1967 y desmantelar las colonias levantadas en dichos territorios con una terquedad digna de mejor empresa.

Iba a despedir al french doctor Bernard Kouchner y felicitarlo por todo lo que pudo hacer en Kosovo, pero el bombazo contra un camión fletado y escoltado por las fuerzas de la ONU en Kosovo, bombazo en el cual perecieron 11 civiles serbios, me recuerda que las víctimas de ayer, o sus parientes, asumen con ligera alegría el nuevo papel de verdugo y šcon cuánta eficacia! De junio de 1999, cuando se retiraron las fuerzas serbias, hasta la fecha, unos 1000 serbios han muerto asesinados en el interior de Kosovo. Los 11 muertos y los 70 heridos del 16 de febrero volvían de la ciudad de Nis, en Serbia, a donde viajan regularmente los pocos serbios que quedaron adentro de Kosovo, para adquirir los productos de primera necesidad que los albanokosovares no les quieren vender; o que no pueden comprar porque no quieren arriesgar la vida, saliendo de su reducto para cruzar la calle. Entre ida y vuelta el viaje de Nis significa 120 kilómetros de tortuosas carreteras, un sin fin de controles y ahora la muerte o las heridas. Tal es la situación de los pocos miles de serbios que sobreviven en unos enclaves diseminados en Kosovo (con la sola excepción de Mitrovica, sobre la frontera norte con Serbia, en donde viven 30 mil serbios (que han expulsado a sus antiguos vecinos albaneses, como debe ser).

ƑQué puede hacer la Organización de Naciones Unidas? No sé, pero como dice el general inglés Robert Bry, comandante en la zona, el atentado demuestra "un total desprecio por la vida humana y por la reputación de Kosovo en todo el mundo". La guerrilla albanokosovar que se está desarrollando en el sur de Serbia, en los distritos contando con población albanesa, es de mal agüero y el gobierno serbio tiene todas las razones para pedir a la comunidad internacional que tome sus responsabilidades. He escrito lo suficiente a favor de los kosovares para no subrayar la paciencia del gobierno democrático de Serbia el cual, hasta ahora, supo no caer en la tentación, en la trampa de unas represalias deseadas por los guerrilleros. ƑHasta cuándo podrá esperar? Acá, como en muchas partes, los demonios andan sueltos y no se ve quién podrá controlarlos. Realmente, los mexicanos, con todo y nuestros problemas, tenemos suerte en comparación con salvadoreños (ƑPor qué no lanzamos una gran campaña de solidaridad con ese pequeño, admirable y tan castigado país?), haitianos, colombianos, palestinos y otros kurdos o... (sigue una lista muy larga).

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