VIERNES Ť 23 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Sigue prohibida la visita familiar en 13 penales
Reitera el gobernador de Sao Paulo que no cederá al chantaje de reos
AFP Y REUTERS
Sao Paulo, 22 de febrero. El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckim, declaró hoy que no dará marcha atrás en su decisión de impedir el derecho a visita de las familias de los presos de 13 de las 29 prisiones que se rebelaron el domingo pasado, pese a que los reos amenazan con nuevos motines.
"El gobierno no cederá al chantaje del crimen organizado", afirmó el gobernador, quien prometió "todos los esfuerzos para desmembrar" al Primer Comando de la Capital (PCC), la poderosa banda que organizado el supermotín del domingo, para exigir que diez miembros del grupo fueran regresados al complejo penitenciario de Carandirú.
A esa rebelión de poco más de un día, la mayor en la historia carcelaria de Brasil, y que dejó 19 muertos, le siguió otro motín el lunes, que culminó con un muerto, mientras este jueves 40 presos de la cárcel de Sao José de Río Preto pusieron punto final a una breve rebelión, sin herir al agente que mantenián como rehén.
La prensa local aseguraba hoy que los líderes del PCC negociaron 90 días de tregua con el gobierno, a cambio del traslado de varios de sus miembros, pero otras versiones dijeron que los presos podrían protagonizar la semana próxima nuevos motines en los presidios del estado, que albergan a 93 mil reos, la mitad del total del país, si no se restablece pronto del derecho de visitas.
Según el gobernador paulista, las penitenciarías que no recibirán visitas en estos días resultaron muy dañadas durante las rebeliones y no ofrecen las condiciones de seguridad necesarias para recibir a los familiares.
De su lado, la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños arremetió hoy contra la "frecuente" corrupción que desvía recursos financieros destinados al sistema carcelario "para satisfacer intereses políticos y compromisos con el sistema financiero internacional".
Los obispos instaron al gobierno a agilizar los procesos penales pendientes y proporcionar penas alternativas a la cárcel a aquellos que hayan cometido crímenes menores, como pequeños hurtos, en lugar de ir a parar a celdas en las que conviven con homicidas y mafiosos.