ISLA GRANDE
Jaime Avilés
Chiapas por dentro y por fuera
ESTALLA LA GUERRA DE LA BUENA ONDA
Esto es, a primera vista, lo nuevo en Chiapas: en Tuxtla Gutiérrez, el destartalado aeropuerto de Terán se ha convertido en un limpio y eficiente puerto aéreo que el piloto de nuestro vuelo, antes de despegar de México, anuncia como "base militar seis". La guerra ha penetrado en el lenguaje comercial de Aviacsa. Esperando la mochila después de aterrizar, entre decenas de viajeros que se abanican, recuerdo otros cambios que hablan de un considerable esfuerzo del establishment por "recuperar" lo más frívolo del zapatismo en su provecho. Pienso no sólo en el anuncio televisivo en que el subcomandante Marcos y el comandante Tacho se van de compras a Viana: pienso, ante todo, en un "espectacular" que vi en el viaducto. Una empresa equis ?no me fijé cómo se llama porque así de eficaz era su slogan?, ofrece al público lo siguiente: "DESDE CHAPAS HASTA MARCOS" (lo copio en altas para que se perciba correctamente el efecto visual).
Durante el vuelo me entero de una noticia que, por insólita, me aturde: a petición del presidente Fox, el hombre más rico de México acaba de donar 10 millones de pesos para sacar de la cárcel a 200 indígenas, cuya libertad, si la calculadora no engaña, costaba, apenas, 50 mil pesos por piocha: una bicoca. Instalado ya en el hotel, prendo la tele y comprendo. La poderosa cadena de negocios formada por Sanborns, Sears, Mix-up, y otras, invita a su distinguida clientela a visitar sus tiendas y depositar una palabra y una firma en pro de la paz en Chiapas. La resistencia de los indígenas rebeldes aparece por primera vez como artículo gancho en nuestras vidas. Serán los consumidores quienes, a fin de cuentas, harán de los indios presos, modernos esclavos libertos.
Ha estallado, según parece, la guerra de la buena onda, cuya batalla magna será el concierto de Jaguares y Maná en el estadio Azteca. Pero al calor de la ofensiva de los bienintencionados entran en acción nuevos actores mediáticos. El miércoles, horas después de que Marcos endureciera su lenguaje ante Fox por la negativa del gobierno mexicano a la presencia de la Cruz Roja Internacional, la respuesta de los aliados de Fox llega por Internet, cuando el portal electrónico de Microsoft y Telmex recuerda, en caracteres bien visibles, que para alcanzar la paz "todavía falta que el EZLN entregue las armas". Pero esto no es todo lo novedoso en Chiapas.
PABLO SALAZAR EMPIEZA A TOMAR LAS RIENDAS
Cosas del sureste: mientras el PRI se atrinchera
en Mérida tras la guayabera de Víctor Cervera Pacheco, y
Roberto Madrazo prepara en secreto el fraude electoral del próximo
noviembre en Tabasco, en Chiapas los caudillitos tricolores que pretendían
mantener en jaque a Pablo Salazar Mendiguchía poco a poco se desinflan.
Noé Castañón, presidente del Tribunal Superior de
Justicia, se ha replegado tras la denuncia penal que le formuló
la Procuraduría del estado por el desvío de cuantiosos
dineros públicos que fueron utilizados por el "gobierno" corrupto
y sangriento de Roberto Albores Guillén para la guerra sucia
contra los zapatistas.
Carlos Mario Culebro, líder de la campaña
permanente contra el secretario de gobierno, Emilio Zebadúa, ha
renunciado a su cargo como líder de la mayoría priísta
en el Congreso estatal. Culebro no sólo hizo imposible la vida al
ex consejero ciudadano del IFE, acusándolo de no ser chiapaneco
y exigiendo su inmediata renuncia, sino que, con ese pretexto, impidió
la aprobación del presupuesto de egresos para el año en curso.
Hasta ahora, 75 días después de haber llegado al poder, el
gobierno de Pablo Salazar no ha tenido con qué poner en marcha ninguno
de sus programas estratégicos. Los únicos fondos de que ha
dispuesto son los que le permiten pagar los sueldos de la burocracia pero,
más allá de eso, Chiapas ha sufrido una parálisis
económica de proporciones considerables.
Para contrarrestar esta política, los operadores de Salazar Mendiguchía, con gran discreción y perseverancia, convencieron a 12 de los 26 diputados locales que integraban la mayoría priísta en el Congreso, de que retiraran su apoyo a Culebro a fin de obligarlo a renunciar. Este dimitió, finalmente, el martes. Ahora los desequilibrios se han invertido, la coalición de partidos que apoya al gobernador ha dejado de ser minoría y los recursos comenzarán a fluir una vez que se vaya la caravana zapatista.
Por otra parte, de las 15 alcaldías que se hallaban ocupadas violentamente por los priístas, cuando Salazar Mendiguchía entró al relevo de Albores Guillén, hoy no queda una sola donde se observen signos graves de conflicto. Pero hay más novedades en Chiapas.
VUELVE CONSTANTINO KANTER AL FRENTE DE LOS COLETOS
En San Cristóbal de Las Casas, mientras tanto, el gobierno municipal de Mariano Díaz Ochoa, naturalmente priísta, ha creado un agradable andador sobre la calle 20 de noviembre, donde los paseantes caminan con holgura, lejos de las angostas banquetas donde antes se apeñuzcaban con angustia, sofocados bajo los muros flotantes de chamarras y vestidos que colgaban sobre la fachada de las tiendas. La gente disfruta de esta redistribución del espacio público, pero detrás, como siempre ocurre en Chiapas, hay lágrimas, chipotes, moretones, costras de sangre y dinero mal habido.
Para llevar a cabo esta obra, el alcalde que pronto dejará de serlo, aunque no se vislumbra todavía la cara de quien lo sucederá, desalojó a principios del mes pasado a los indígenas vendedores informales ?no ambulantes, porque todos utilizaban a diario un sitio fijo?, y les propinó una formidable paliza. Durante los hechos, la televisión priísta contrató a "testigos" y "víctimas", que llorando y gritando culparon a Pablo Salazar. En respuesta, el gobernador mandó que el procurador de Justicia del estado abriese una averiguación previa en contra de quien o quienes hubiesen ordenado la salvaje represión contra los indígenas. El mensaje no podía ser más claro para Mariano Díaz, quien bajo la tutela de su padre, Ricardo Díaz Martínez, jefe de los coletos auténticos, ha optado, se dice, por dedicar sus ratos libres a organizar la contraofensiva.
De acuerdo con fuentes oficiales en Tuxtla Gutiérrez, Díaz Ochoa se ha reunido en distintas ocasiones con algunos de los alcaldes priístas de los Altos, tratando de convocarlos a formar un frente común. El éxito ha sido relativo, al menos hasta ahora. Con el apoyo de esta coalición secreta, el ganadero de Altamirano, Jorge Constantino Kanter, ha saltado a la arena de nuevo y, braveando sin mucho eco, ha amenazado al país entero con bloquear a la caravana zapatista cuando mañana parta de La Realidad rumbo al zócalo. Hace algunas semanas, Kanter dio una clara demostración de su fuerza al plantarse bajo el balcón del gobernador en Tuxtla con un contingente de cuarenta hombres de sombrero y botas, que no lograron impresionar a nadie. Por eso, entre el martes y el miércoles de esta semana, luego de una reunión privada con Salazar Mendiguchía, modificó su amenaza y ahora promete que impedirá el retorno de Marcos a La Realidad, si la Cocopa y Fox no lo incluyen en el diálogo para la resolución del conflicto. Con esta patraña, los ganaderos que a duras penas representa desean exigir la restitución de los ranchos recuperados por los zapatistas en 1994, amplias y feraces tierras por las que han sido indemnizados más de una vez.
FACTORES DE RIESGO EN LA CARAVANA ZAPATISTA
No hay, pues, signos de que la marcha del EZLN, a su paso por Chiapas, encuentre dificultades. Salazar Mendiguchía ha colocado a un coordinador general en cada uno de los 16 municipios por donde habrán de transitar los indígenas hasta Rizo de Oro, la ciudad ?¿o comunidad, o ejido, o qué será?? que colinda con la frontera de Oaxaca. De allí en adelante, la responsabilidad será total y completa del gobernador Jorge Murat, aliado de Roberto Madrazo y, por ende, se infiere, de Víctor Cervera Pacheco y de los priístas de Chiapas.
Dueño al fin de su propio gobierno, Murat disfruta la derrota de Francisco Labastida, gracias a la cual se alejó del poder omnímodo del centro el ex gobernador y ex secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco. Feliz en su puesto, y deseoso de conservarlo hasta el último día de su periodo constitucional, Murat ha ofrecido su apoyo absoluto a la marcha de los más pobres entre los pobres que son tan pobres como los indios de su montañosa entidad, pues ya se sabe que el territorio de Oaxaca habría sido el más extenso de la República, más grande incluso que el de Sonora y el de Chihuahua juntos, si no estuviera tan arrugado como una bolita de papel.
Por estabilidad interna, por proyecto personal, por lealtad a Fox, por obligación opositora, a Murat le conviene que la caravana del EZLN desfile por sus tierras con éxito y cruce en paz las fronteras del estado de Puebla. Allí no se sabe si al gobernador Melquiades Morales le interesa o no el asunto: no ha dicho media palabra memorable al respecto, si acaso habló alguna vez desde que Marcos anunció la marcha el 2 de diciembre pasado. Pero a cambio del silencio que profesa el discreto heredero de Manuel Bartlett (que no tiene buenas relaciones con Bartlett), otras fuerzas han tomado providencias.
En la Sierra Negra de Puebla, en esas montañas igualmente paupérrimas y desconocidas para el mundo, que pronto el mundo podrá ver, el Ejército ha tomado posiciones estratégica. ¿Para qué? Desde luego, para garantizar que el convoy no tenga pero tampoco provoque transtornos y contratiempos. Bien dice alguien: la comitiva del EZLN hará evidente el México de la miseria absoluta.
A su paso por Hidalgo, Tlaxcala, Veracruz, Michoacán y Guanajuato, los peregrinos tampoco enfrentarán problemas, al menos en teoría, porque los gobernadores de cada entidad han dado ya la bienvenida y aguardan con alborozo al gentío que vendrá con Marcos. ¿Qué les aguarda en Guerrero? A saber. ¿Y en Morelos? ¿Y en Querétaro? Lo previsible es que el Estado Mayor Presidencial aplacará a los bravucones que han amenazado de muerte al subcomandante Marcos. ¿Cuál es entonces el único factor de riesgo que no puede controlar el gobierno de Fox? Lo adivinó usted: el narcotráfico.
Nadie, ni Bush, ni Vladimir Putin, ni la Unión Europea, y mucho menos Adolfo Aguilar Zinser, nadie tiene la fuerza necesaria para evitar que, si en ello se obstina, el narco perpetre un acto de sabotaje en gran escala. Si la caravana indígena sufre "cualquier cosa desagradable que pudiera ocurrir en este viaje" (para usar las palabras del Sup), todo se descosería en Chiapas; Fox se debilitaría ante los empresarios, los obispos, los jerarcas del PAN más rancio y más duro, que no quieren el diálogo sino la represión y que aspiran a manejarlo hoy, hoy, hoy, como antes movieran los hilos del títere de Zedillo, y una vez orillado a la represión, Fox se devaluaría ante la opinión pública. Esto es, bromas al margen, lo que estará en juego a partir de mañana y durante los próximos diez días que conmoverán al mundo.
REGRESA CHANTEAU; VOLVIERON LOS EXPULSADOS ITALIANOS
El anciano sacerdote francés, Michel Chanteau,
que fue párroco de Chenalhó en los Altos de Chiapas, durante
casi 30 años, y que en 1998 fue expulsado supuestamente a perpetuidad
por el "gobierno" de Ernesto Zedillo, regresará a México
de un momento a otro con todos sus documentos en regla. Por su parte, a
lo largo de esta semana aterrizaron en el aeropuerto del Distrito Federal
16 de los 43 pacifistas italianos de la Asociación Ya Basta que,
también en 1998, fueron deportados, según esto, "para siempre".
Esta es la cara amable de la política exterior
de Vicente Fox por lo que toca a la revuelta zapatista, pero detrás
de los hechos visibles hubo una tensa batalla entre el Instituto Nacional
de Migración, que encabeza el panista jaliscience Felipe de Jesús
Preciado, y la cancillería de Jorge G. Castañeda. Según
fuentes diplomáticas y espontáneos colaboradores de esta
página en Madrid, París, Venecia y Roma, hubo, asimismo,
una dura pugna entre el ex senador panista Gabriel Jiménez Remus,
embajador de México en España, y Mario Moya Palencia, el
dinosaurio priísta que todavía ostenta "nuestra" representación
diplomática en Italia.
De acuerdo con dos versiones al menos, Jiménez Remus urgió a Tlatelolco y a la propia Secretaría de Gobernación a que se despejaran de una vez los obstáculos que impedían el retorno de cinco españoles expulsados, igualmente "para siempre", por la administración de Zedillo. El ex líder de la fracción del PAN en el Senado habría llamado a las oficinas de Castañeda y de Santiago Creel para exigir que se pusiera fin a la "táctica dilatoria", impuesta como línea de acción por Relaciones Exteriores, y se borrara la impresión de que se estaban dando largas para no resolver el tema de los deportados sino cuando hubiese concluido la caravana zapatista.
En el extremo opuesto, revelan otros informantes, se colocó Moya Palencia. Militantes de la Asociación Ya Basta en la península de la bota escribieron al correo electrónico de esta plana para dar a conocer que, por distintos medios, incluso con inserciones pagadas en los diarios, la embajada de México en Roma advirtió que "ningún ciudadano italiano expulsado por las autoridades del país tendrá derecho a reingresar en territorio nacional, mientras no cuente con la documentación correspondiente".
La amenaza iba aún más lejos. "Todas aquellas personas que no muestren su oficio de readmisión en cualquiera de los puntos por los que pretendan internarse a la República mexicana, serán devueltas a su país de origen", concluye el texto que distribuyó la oficina de Moya Palencia, siempre según los afectados por tales medidas, que lo incluyeron en sus denuncias y quejas cibernéticas.
CASTAÑEDA VS PRECIADO: NO AL TORTUGUISMO
La política trazada por Tlatelolco en materia de expulsiones, evidenciada por la postura de Moya Palencia y rechazada con sensatez por Jiménez Remus, exhibe el doble lenguaje que Jorge G. Castañeda mantiene frente a la guerra del sureste. En declaraciones públicas, formuladas a la largo de la pasada campaña electoral, el ex intelectual orgánico del Partido Comunista Mexicano dijo que el conflicto de Chiapas requería de una mediación internacional. Sin embargo, al igual que Adolfo Aguilar Zinser, comisionado de Seguridad, se opuso en forma tajante a que el Comité Internacional de la Cruz Roja brindara protección a la caravana del EZLN. Primera grave contradicción.
Segunda: cuando Fox asumió la Presidencia de la República, Castañeda anunció que todos los extranjeros deportados por ofrecer solidaridad a las comunidades indígenas en resistencia podría volver a México sin dificultad, siempre y cuando respetaran las leyes vigentes. Sin embargo, en los hechos, el canciller instrumentó una táctica dilatoria para impedir que el retorno coincidiese con el desarrollo de la marcha.
Quien se apuntó una importante victoria política al obtener la anuencia del presidente Fox para el retorno inmediato de los expulsados, fue el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Felipe de Jesús Preciado. Fuentes de la Secretaría de Gobernación aseguran que, "en un esfuerzo por interpretar correctamente la línea de Fox", Preciado propuso una fórmula aceptada finalmente por el Ejecutivo: que los deportados vengan como turistas a México, no significa que estén perdonados, pero si no intervienen en asuntos de política nacional ni observan conductas antilegales, podrán quedarse y acompañar a los zapatistas como cualquier otro visitante que desee atestiguar la histórica movilización de los indios.
Con esta decisión en su contra, Castañeda suma tres derrotas grandes en el lapso de una semana. La primera se la infligió George W. Bush, al ordenar el bombardeo de Irak desde el rancho de Fox en Guanajuato: en una actitud indigna de la tradicional política exterior mexicana, Castañeda guardó silencio ante la inexplicada e injustificada agresión de Estados Unidos contra un país que mantiene relaciones amistosas con México, pese a que su gobernante principal sea un esperpento.
Convertido en caricatura de sí mismo por obra de Bush, Castañeda perdió entonces la batalla de los expulsados y entonces, debido a una extraña jugarreta denunciada por Marcos, de la cual no hay pruebas, se enfrascó en una fugaz polémica con el vocero del EZLN, a proósito de un mensaje que parece no del todo increíble. Según Marcos, Castañeda le mandó decir: "Quieren una guerra de mentiras, tendrán una guerra de mentiras". Según Castañeda, Marcos inventó la sentencia. ¿A quién le cree usted? Sería interesante que Joaquín López Dóriga se lo preguntara a su auditorio.
LA CRUZ ROJA INTERNACIONAL DESPROTEGIO A VICENTE FOX
Con esas tres derrotas a cuestas, Castañeda hizo frente común con Aguilar Zinser cuando la mañana del martes pasado, en medio de una ceremonia oficial encabezada por Fox, ambos ex militantes de izquierda recibieron con disgusto la noticia de que la Cruz Roja Internacional había aceptado acompañar a los 24 delegados del EZLN en su trayecto por 12 estados del país.
De acuerdo con las normas del derecho internacional humanitario ?basado en el precepto latino que reza: ius in bello (el derecho en la guerra) y que se declara independiente del derecho a la guerra (ius ad bellum) y del derecho a impedirla (ius contra bellum)?, la Cruz Roja tiene la facultad de intervenir en un conflicto armado con el fin de "proteger a las personas que no participan o han dejado de participar en las hostilidades y, por otra parte, limitar los métodos y medios de hacer la guerra".
La solicitud que el Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI) elevó al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), al margen de que ambas entidades compartan las mismas siglas, encaja en el segundo supuesto descrito en el párrafo anterior: el CCRI invoca la protección del CICR para "limitar los métodos y medios de hacer la guerra". ¿Alguien ha olvidado acaso que el obispo Onésimo Cepeda, con todo el peso de su investidura, calificó a Marcos de "pobre diablo"? ¿O que el gobernador de Querétaro, Ignacio Loyola, y el dirigente de la Canacintra, Raúl Picard, han pedido la pena de muerte para los zapatistas? ¿O que un diputado panista de Morelos se jactó de contar con francotiradores para asesinar al jefe rebelde?
La Cruz Roja Internacional hubiese neutralizado automáticamente la sola posibilidad de que fanáticos exaltados por estas arengas ampliaran los métodos y medios, empleados hasta ahora por el aparato de seguridad del Estado, para hacer la guerra a los indígenas del sureste. Sin embargo, al conseguir el apoyo de Fox para que el gobierno de México expresara su inconformidad por la presencia de la Cruz Roja en la marcha, Castañeda, y en el mismo plano de responsabilidades, Aguilar Zinser, no sólo dejaron a los delegados del EZLN a merced de su suerte, sino que desprotegieron a Fox. Las banderas, los vehículos y los voluntarios de la Cruz Roja Internacional habrían cuidado mejor que nadie a los caminantes, pero además le habrían proporcionado un blindaje político insustituible al Presidente.
Sube el monto de las apuestas: si la caravana zapatista es atacada, Castañeda y Aguilar Zinser tendrán que salir del gabinete. Pero ésta sería la menor de las consecuencias...
DEL CARNAVAL DE TUXTLA AL CONCIERTO DEL AZTECA
Mañana, si los planes continúan de acuerdo con lo previsto, una columna de autobuses y microbuses, prolongada por incontables autos y camionetas de reporteros y fotógrafos de México y de todo el mundo, entrará en las ardientes calles de Tuxtla Gutiérrez, en momentos en que la capital de Chiapas comenzará a celebrar el carnaval con que todos los años festeja el inicio de la Cuaresma.
Entre carros alegóricos, reinas de la belleza y miles de individuos disfrazados con máscaras de juego y burla, los zapatistas llegarán hasta la Plaza de Armas y ante el palacio de Pablo Salazar Mendiguchía realizarán un acto político. En seguida volverán a sus transportes y continuarán hasta Juchitán, en el Istmo de Tehuantepec, donde Marcos pasará su primera noche fuera de Chiapas al menos en los últimos siete años.
La semana próxima, entre tanto, continuarán los preparativos del concierto en el estadio Azteca, en torno del cual la opinión pública especula con varias dudas. Sin la participación de Santana, ¿lograrán Jaguares y Maná llenar el gigantesco edificio? Recuérdese que la misma noche, en el Metropolitan, cantará Joaquín Sabina.
¿Y si el público no se aglomera ante las taquillas del Azteca, los organizadores meterán un gentío artificial, acarreado, cuya función consista en gritar consignas contra el EZLN? ¿Será, pues, un concierto antizapatista? De la sociedad civil depende, y de los universitarios particularmente, que la reunión del coloso de Santa Ursula se convierta en una multitudinaria manifestación a favor de las demandas indígenas.