SABADO Ť 24 Ť FEBRERO Ť 2001


Ť Libro-objeto de Rojo y Villoro, primero que como editor presenta Carlos Payán

Tiempo líquido une la devoción por el grabado y el gusto por las letras

Ť Doce obras y un cuento reflejan el paso escurridizo de las horas en el metal y el papel

Ť El creador plástico y el narrador fueron invitados al taller coordinado por Emilio Payán

MONICA MATEOS-VEGA

El paso del tiempo es el tema del que parte la obra narrativa de Juan Villoro y el trabajo gráfico de Vicente Rojo, creadores invitados por Tiempo Extra Editores con el fin de conformar una carpeta donde se unen la afición casi devocional por el grabado y el gusto por la literatura.

Una caja azul resguarda los doce grabados y un cuento que son reflejo del paso escurridizo de las horas a ROJOtravés del metal y el papel. Este libro-objeto se titula Tiempo líquido y es el primero que como editor presenta Carlos Payán; anteriormente participó en la producción de Horas de junio, una carpeta con la obra plástica de Carmen Parra y la poesía de Carlos Pellicer, así como el libro-objeto de Leonora Carrington, The Dark Book, que contiene 20 grabados de la pintora de origen inglés, acompañados de haikús de su hijo Gabriel Weisz.

Payán inició su labor como editor en los años sesenta, ''de manera subterránea, cuando publiqué, también con la colaboración de Vicente Rojo, 50 ejemplares de un libro realizado para apoyar a los presos políticos que entonces se encontraban en Lecumberri.

''Metimos los volúmenes a la cárcel para que los presos los firmaran y luego los vendimos para ayudarlos", recuerda el ahora productor de televisión y cine.

Desde entonces, agrega, su sueño ha sido impulsar un taller para que artistas mexicanos produzcan libros, ''mi propuesta al participar en Tiempo Extra Editores (taller de grabado que coordina su hijo Emilio) es hacer un libro-objeto anualmente, quiero dedicarme a ello hasta el último año de mi vida. Espero que, si con el tiempo llegamos a hacer 10 o 12 carpetas, proponer una gran exposicion con ese material".

Paralelismo por oposición

Tiempo Extra Editores comenzó en 1989 con Alberto Gironella, y en el taller han trabajado desde pintores de la ''ruptura'' muy reconocidos, como Juan Soriano, Manuel Felguérez, José Luis Cuevas, Gilberto Aceves Navarro, el mismo Gironella, Joy Laville, Vicente Rojo, Vlady; ''jóvenes'' con reconocimientos importantes como los hermanos Castro Leñero, Miguel Angel Alamilla, Irma Palacios, Magali Lara, Saúl Villa, Eloy Tarcisio; hasta ''saliditos de la escuela".

La mecánica para la realización de Tiempo líquido fue la misma con la que se invita a todo artista: el creador acude al taller exclusivamente a crear, con total libertad y sin preocuparse por problemas técnicos, es decir, ''el artista nada más viene a dibujar, a pintar, no tiene que meter las manos al ácido", explica Emilio Payán.

El cambio de siglo fue el pretexto para este nuevo trabajo en el que invitó al escritor Juan Villoro y a Vicente Rojo, con quien el taller ha trabajado en varios rojo-villoro-payan-carpeta2proyectos. Ambos reflexionaron acerca del paso del tiempo y aunque el tema fue común, la diferencia en la interpretación fue lo que unificó los trabajos.

Es decir, explica Rojo, ''no ilustro el relato ni él se refiere exactamente a mis grabados; es una conjunción de un tema que se va llevando paralelamente. Son vasos comunicantes por inexistentes".

Fijación infantil

Los grabados del artista a manera de hojas de calendario a veces parecen tableros de juegos, del color de las estaciones, invierno, primavera, verano, otoño. Al respecto, el creador señala que lo lúdico es un tema que ha manejado siempre, pues ''aspiro a ser un niño que no ha crecido, aunque ya es un poco tarde para mantener esa posición. En este caso, y sin buscarlo, lo lúdico en mi obra funcionó un poco como oposición al texto de Villoro, que, él considera, es ligeramente triste. También ahí se establece un paralelismo entre los dos trabajos, por oposición".

Rojo explica su pasión por el grabado, derivada de su gusto por el papel, ''fijación que ha tenido desde niño. El papel por sí mismo tiene un valor, una presencia que en mi caso es constante por mi trabajo como diseñador gráfico, desde el papel más modesto de un diario hasta papeles más ricos, por ejemplo, los de un catálogo".

La edición de Tiempo líquido consta de 75 ejemplares, es decir, se imprimieron 900 grabados, con cuidado devocional en la manufactura de cada uno. La presentación de la carpeta se realizará hoy, las 12:00 horas, en la sede de Tiempo Extra Ediciones, donde se mostrará cómo se imprime la obra en los tórculos manuales, en Cuarta Privada Altamirano número 452 y Arteaga, Barrio Loreto, San Angel, frente a la Plaza Loreto.