Liberados, los ocho rehenes de cinco asaltabancos en Guamúchil
JAVIER VALDEZ Y VICTOR GUERRA CORRESPONSALES
Culiacan, Sin., 23 de febrero. Poco antes de la medianoche fueron liberados los ocho rehenes que permanecieron casi 14 horas secuestrados por tres delincuentes, quienes pretendieron asaltar una sucursal del banco Bancrecer en Guamúchil, Sinaloa.
Los rehenes se encuentran en buen estado de salud, mientras que los tres delincuentes fueron trasladados a la agencia del Ministerio Público en Guamúchil. Allí se les tomó su declaración y quedaron en calidad de detenidos. También se les acusará por la muerte de un bebé de siete meses de gestación, debido a que la madre sufrió una crisis nerviosa que le produjo la pérdida.
Los hechos
El grito "¡este es un asalto!" rompió la tranquilidad y el ambiente festivo del carnaval en la ciudad de Guamúchil, municipio de Salvador Alvarado, atraco infructuoso que mantuvo durante 14 horas en vilo a la policía, a ocho rehenes y a la sociedad, que esperaba el desenlace.
Eran las 9:30 horas cuando cinco asaltantes irrumpieron en la sucursal Evora del banco Bancrecer. Al salir, agentes del escuadrón de bicicletas detuvieron a Jesús Medrano Gamboa y a Joel Ferrero Lara, dos de los delincuentes, y liberaron al gerente Manuel Beltrán y al empleado Arturo Soto Higuera, a quienes llevaban como rehenes.
Los otros tres ladrones se replegaron al interior del banco, en donde tomaron prisioneros a 14 clientes y empleados. Dos horas después, cuando decenas de agentes rodeaban ya la zona por la avenida Francisco Labastida Ochoa, los infractores dejaron en libertad a cuatro personas, entre ellas un menor de edad, a las empleadas Rafaela Gaxiola Beltrán y María Lizbeth Angulo Guerrero, la primera debido a que estaba embarazada (perdió al bebé) y la otra porque cayó en crisis de histeria. Después de las 22 horas aceptaron liberar a otras dos personas, por lo que sólo mantuvieron prisioneras a ocho.
Agentes de la Policía Ministerial del Estado (PME) y de la Dirección de Seguridad Pública Municipal asignados a labores preventivas del carnaval tuvieron que ser reasignados en las inmediaciones y alrededor del banco.
Apoyados por las Bases Operativas Mixtas, los agentes sumaban alrededor de 150 y se mantuvieron atrincherados en medio de un tenso ambiente. Al lugar se dieron cita el procurador de Justicia, Ramón de Jesús Castro Atondo, y el director de la PME, Jesús Antonio Aguilar Iñiguez, quien encabezaba la negociación con los asaltabancos.
Hubo un momento en que incluso Aguilar Iñiguez llegó a darse la mano con los maleantes en señal de acuerdo e incluso los agentes guardaron sus armas en cada una de las unidades motrices como un gesto de distensión.
Trascendió que los delincuentes se entregarían a cambio de ser acusados de asalto en grado de tentativa. Sin embargo, la versión no fue confirmada por la procuraduría, que insistía en garantizar la integridad de los rehenes y de los asaltantes.
Inicialmente, los delincuentes pidieron la presencia de un reportero local y un socorrista de la Cruz Roja para liberar a los rehenes y emprender la huida. Luego agregaron a sus demandas un helicóptero, una camioneta y la presencia de personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Tras diez horas de peticiones, negativas, tensiones y cesiones, las autoridades autorizaron la presencia de la unidad motriz, que se instaló frente al banco, y de personal de derechos humanos. El resto de las condiciones fueron retiradas durante la negociación.
Sin embargo, se facilitó el ingreso de medicinas, personal médico, teléfonos celulares para la comunicación entre las partes y comida para los que permanecían en las instalaciones bancarias.
Entre los rehenes figuraban Fidel Montoya Ibarra, Rafael Pineda Cervantes, Alín Aydé Montoya Araiza y Cecilia Angulo Verduzco, además de un policía preventivo que estaba asignado a la vigilancia dentro del edificio.
Como hace algunos años en Los Mochis, de donde se filmó la película Tarde de perros, en la que también varios asaltabancos fueron sorprendidos en el interior de la institución que robaban, los delincuentes advirtieron que si no les cumplían sus condiciones matarían uno a uno a los rehenes, según habrían dicho por teléfono al secretario de Seguridad Pública en el estado, Humberto López Fabela.
Por órdenes del gobernador Juan Millán Lizárraga se instruyó a los policías que acordonan la zona no hacer un solo disparo. "Tenemos que agotar todo el diálogo posible con los fascinerosos y no poner en peligro la vida de los rehenes", repetía a los medios el Ejecutivo estatal. Catorce horas después terminó el episodio.
En Culiacán, en tanto, la sucursal Palmito de Banamex fue asaltada por tres jóvenes que huyeron con 2 mil 500 pesos, sin que la Policía Ministerial haya dado con ellos. Los empleados entregaron una videocinta tomada por las cámaras de la institución.