domingo Ť 25 Ť febrero Ť 2001

José Agustín Ortiz Pinchetti

La nueva hora

Muchos comunicadores y una buena parte de la opinión pública piensan que el Gobierno del Distrito Federal quiere impedir que se implante un nuevo huso horario (el horario de verano). Están equivocados. El GDF, al promover la consulta sobre el tema, tiene como objetivo dar vida a un instrumento de democracia.

En ningún momento el gobierno ha hecho propaganda a favor o en contra de la aplicación del horario. Si el resultado de la consulta fuera que la mayoría de los ciudadanos se inclina por el horario nuevo, el gobierno aceptaría la opinión popular. Para actuar con la mayor responsabilidad, se pide a los ciudadanos que en caso de que se opongan al cambio de horario, opinen si estarían a favor de que el jefe de Gobierno decretara que se conserve el uso vigente en la actualidad. La resolución del jefe de Gobierno se sustentaría, por lo tanto, en una opinión adversa respecto del cambio y en una opinión favorable en el sentido de no adoptar el horario nuevo.

Se ha producido una amplia especulación sobre los motivos de la consulta. Las cosas son mucho más sencillas:

1. El jefe de Gobierno prometió en su campaña que sujetaría a consulta el tema del nuevo horario. Está cumpliendo su promesa, es decir está demostrando congruencia política.

2. Los Poderes Ejecutivos no tienen facultades para imponer un nuevo huso horario. Ninguna ley los autoriza para ello. La facultad para fijar las medidas, de volumen, espacio, tiempo, etcétera, corresponde en forma privativa al Congreso de la Unión. El Congreso ya emitió una Ley de Metrología, que no considera las medidas de tiempo.

3. Así que existe una omisión legislativa que no puede ser colmada por un acto del Presidente de la República, y mucho menos por un acuerdo administrativo de uno de sus secretarios. Ninguna dependencia federal está facultada o autorizada para intervenir en la fijación de los husos aplicables en el territorio nacional.

4. La fracción XVIII del artículo 73 de la Constitución, que otorga esta facultad al Congreso, es una norma sabia. Sería absurdo que los Poderes Ejecutivos federal o locales pudieran cambiar a su antojo los horarios o el calendario.

5. En contra de lo que se ha dicho, la consulta promovida tiene un sólido fundamento legal. El capítulo IV de la Ley de Participación Ciudadana del Distrito Federal otorga facultad para convocar a la consulta vecinal a los órganos políticos administrativos del Distrito Federal. La consulta va dirigida a todos los habitantes de todas las demarcaciones.

6. La ley autoriza que la consulta pueda hacerse en forma directa por encuestas y por otros medios. La consulta telefónica es un medio de gran certeza y transparencia que garantiza su eficacia.

7. La consulta se justifica no sólo por el vacío legal. En multitud de encuestas privadas se expresa una importante inquietud ciudadana. También hay indicios de una extensa resistencia popular a la medida.

8. Una consulta hecha a través de las urnas hubiera significado la movilización, por lo menos, de 45 mil gestores. Se hubieran tenido que organizar 15 mil mesas. Se habrían tenido que publicar los lugares de votación. Hubiera sido necesario, también, todo un enorme aparato de vigilancia para poder tener la certeza de que se respetaba el voto. Todo ello, con un enorme costo.

9. La consulta telefónica supone un aparato muy complejo de líneas inteligentes en computación, que opera en automático, no puede ser alterado ni desviado. La base de datos numéricos ha sido proporcionada por el IFE, mediante un convenio. Nadie tendrá acceso a los nombres y direcciones de los votantes. Sólo serán admitidas a voto aquellas personas que den el número clave. La computadora rechazará a quienes intenten ejercer el voto y no sean ciudadanos del Distrito Federal. También rechazará a quien intente votar dos veces.

10. El proceso, mucho más barato que una consulta en urnas, será auditado por expertos en esta tecnología. También certificará su consistencia el Colegio de Notarios del Distrito Federal. Los resultados serán revelados en pantallas en forma instantánea y serán accesibles libremente vía Internet.

11. Los mexicanos hemos logrado consolidar las instituciones de la democracia representativa. Nuestros votos ya son bien contados. Sin embargo, la democracia participativa es un campo inédito en México. Esta será la primera vez que se utiliza tecnología avanzada en un ejercicio de democracia directa.

La hora que propone el Gobierno del Distrito Federal no es la que significa la imposición de horario. Es la nueva hora del respeto por la opinión ciudadana. La democracia nació en una plaza de la Grecia antigua. Hoy estamos intentando recrear el ágora en un espacio virtual.

[email protected]